En ocho meses de gobierno, el peruano Pedro Castillo ha enfrentado una sucesión de graves problemas que lo han tenido al borde de un final prematuro. Acusaciones de corrupción en su círculo más cercano, una errática conducción, la pérdida de pisco político, una controversial gestión económica y la opinión pública en contra acechan al gobernante que sorprendió al mundo con su elección hace casi un año.
Aunque la semana pasada Castillo logró sortear un segundo intento de destitución en el Congreso, el panorama sigue siendo sombrío y pocos se atreven a apostar por la posibilidad de que cumpla su período de gobierno. Esta semana un paro de transportistas ha alterado el funcionamiento de buena parte del país, y el gobierno de Castillo ha reaccionado decretando un toque de queda en la capital Lima y en Callao, agudizando el descontento popular. Ayer por la tarde, el presidente y sus ministros concurrieron al Congreso, convocados por los líderes del poder legislativo para buscar una salida a la crisis social.
¿Existe tal salida? ¿Qué le espera al presidente Castillo? ¿Qué puede hacer el sistema político peruano?Hoy en El Café Diario conversamos con el periodista y analísta político del diario La República Augusto Álvarez Rodrich.