Fue el propio ex presidente peruano Pedro Castillo quien la semana pasada terminó por acelerar su caída del poder. El miércoles, adelantándose a un voto sobre su continuidad en el Parlamento, salió a hablarle al país para anunciar la disolución del Congreso y el inicio de un estado de excepción constitucional. En ello demostró no solamente cuan solo estaba, sino además lo mal que había calculado su movida. Los propios parlamentarios reaccionaron al poco rato votando por su destitución, y después de incluso intentar pedir asilo en la embajada de México, fue detenido y puesto a disposición de la justicia.

En su lugar juró la abogada Dina Boluarte. Pero la llegada al poder de la presidenta en funciones no ha terminado de aplacar las protestas en el país, y aún es una incógnita si podrá controlar o al menos encauzar el descontento popular con las reformas políticas necesarias para terminar con la prolongada crisis. También está en duda el calendario que ha propuesto: el fin de semana Boluarte propuso anticipar las elecciones para abril de 2024, pero todo indica que no tiene tanto tiempo.¿Cómo puede la política peruana cortar el ciclo de presidentes destituidos y protestas sociales? ¿Qué alternativas asoman en el camino? Sobre esto conversamos hoy en El Café Diario con el politólogo peruano Carlos Meléndez, académico de la Universidad Diego Portales y autor del libro “Populistas. ¿Cuán populistas somos los peruanos? Un estudio empírico”, publicado este año.