La invasión rusa a Ucrania entra en su segundo mes y lo hace con un fantasma amenazando los pronósticos: el de la posibilidad de que las fuerzas de Vladimir Putin recurran a sus armas químicas para darle el golpe fatal a la resistencia ucraniana.
Más lejos de los bombardeos que han costado al país invadido pérdidas por 63 mil millones de dólares en infraestructura, las presiones y señales políticas suben de tono. El presidente estadounidense Joe Biden concluyó este fin de semana una gira por Europa que tenía por objetivo reafirmar el apoyo de su país a la OTAN y advertir a Putin de no escalar aún más en la guerra.
Pero su propio discurso en Varsovia calentó las cosas, al llamar al presidente ruso “un carnicero” y afirmar que “no puede seguir en el poder”. Posteriormente, la Casa Blanca matizó los comentarios de Biden, aclarando que no se trataba de una amenaza.
En Ucrania, en tanto, mientras el presidente Volodimir Zelensky sigue pidiendo más apoyo militar a los países de la OTAN, la resistencia se envalentona con la hazaña de estar vendiendo cara una derrota que todo el mundo veía como segura y rápida. Mientras ciudades como Mariupol sufren las consecuencias del dominio ruso y otras como Irpin y Bucha soportan intensos bombardeos, la capital Kiev aún se resiste al avance ruso.
¿Cómo viven los ucranianos el día a día de esta guerra? Hoy en El Café Diario conversamos con el periodista español Alberto Sicilia, corresponsal de laSexta y Público, quien nos habla desde Kiev.