El caso por incluir neuroderechos en nuestra constitución
Hace cinco meses, Chile se convirtió en el primer país del mundo en avanzar hacia una legislación que proteja los llamados “neuroderechos”, es decir, que proteja nuestro cerebro contra la intromisión y manipulación de terceros por vía de las neurotecnologías. Uno de los principales cerebros, literalmente, detrás de esta iniciativa es uno de los líderes mundiales en este campo: el neurocientífico español Rafael Yuste, investigador de la Universidad de Columbia en Nueva York. Entre otras cosas, Yuste es el líder de la iniciativa BRAIN, programa público privado impulsado por el gobierno federal de Estados Unidos, lanzado en 2013 por la administración Obama, que apunta a generar e integrar los conocimientos para entender el funcionamiento del cerebro humano y fomentar el desarrollo de tecnologías innovadoras en esa área. Justamente en su investigación, Yuste ha visto con preocupación no sólo los enormes beneficios que los avances en este campo podrían significar, sino también las grandes amenazas que pueden representar si no existe una legislación que los regule. Junto a un grupo de expertos en la materia ha estado abogando por el reconocimiento de los neuroderechos como parte de la declaración universal de derechos humanos. Ahora, con Chile avanzando en la materia y ad portas de redactar una nueva constitución, Yuste ve una oportunidad para que el país se convierta en un pionero al incorporar esta dimensión de derechos en la carta fundamental.
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