Llamó a una demostración de fuerza y lo logró. El martes pasado multitudinarias manifestaciones en Brasilia y Sao Paulo le dieron al presidente de Brasil Jair Bolsonaro el baño de masas que había pedido y en medio del cual elevó el tono en su enfrentamiento con la Corte Suprema de su país. En la fecha que se conmemoraba el día de la independencia brasilera, el mandatario envió un ultimátum a los jueces que han abierto investigaciones contra él y su entorno y advirtió que no acataría sus decisiones.Sin embargo, la jugada puede haberle perjudicado. El tono de sus palabras cruzó para algunos actores políticos relevantes el límite de lo tolerable, y ahora las presiones por un impeachment parecen más viables que la semana pasada. Cómo termine la historia es desde luego un misterio, considerando que los comicios donde él aspira a ser reelegido son recién el próximo año. Lo que sí podemos saber con anticipación es el libreto de Bolsonaro: aquel escrito por el hombre que salió en enero de la Casa Blanca alegando un fraude.