Tras una semana en el poder, la administración del presidente Gabriel Boric ya puede decir que ha echado un vistazo a la complejidad de la situación que enfrenta. O, como otros han resumido, ha sufrido un baño de realidad.Aún se desarrollaban las celebraciones de la instalación cuando el gobierno se vio enredado a las primeras controversias. Por ejemplo, la polémica desatada tras el anuncio del supuesto reclutamiento del sacerdote Felipe Berríos para asumir una función en el trabajo en torno a los campamentos. Paralelamente ocurrió la polémica por el rechazo del presidente Boric a la presencia de autoridades religiosas cuestionadas en el te Deum del sábado. Luego, el impasse diplomático tras las declaraciones del presidente culpando al Rey de España por el atraso de la ceremonia de toma de mando, acusación refutada después por parte de la Casa Real.
Y, por supuesto, el incidente que marcó la semana: la emboscada a la comitiva que trasladaba a la ministra del Interior, Izkia Siches, en la comunidad mapuche de Temucuicui, con cortes de camino y disparos al aire que la obligaron a retroceder. Una situación que puso también a prueba el manejo político y comunicacional del flamante gobierno, y que sembró dudas sobre su capacidad para solucionar un conflicto que ha superado a cada uno de sus antecesores.
Sobre la primera semana del gobierno de Gabriel Boric conversamos hoy en El Café Diario con el sociólogo y doctor en Ciencias Políticas Octavio Avendaño, académico de la Universidad de Chile.