En el debate en torno a un cuarto retiro del 10% de fondos previsionales se ha repetido una serie de argumentos que apuntan sus efectos nocivos tanto para los propios pensionados y cotizantes como para las arcas fiscales. Pero esta vez hay un punto que ha hecho sonar las alarmas como nunca. Se trata de la extensión de la lógica de los retiros desde los fondos de las AFP a otro instrumento: las rentas vitalicias.
Fue en el pasado proyecto de retiro, el tercero, en que se incluyó a las rentas vitalicias por primera vez, y las advertencias sobre su ilegalidad y efecto en el mercado de aseguradoras no se hicieron esperar. Pero esta vez, en este cuarto proyecto de retiro, las consecuencias pueden ser peores.
Eso ha motivado a la Comisión para el Mercado Financiero, por ejemplo, a alertar sobre una potencial pérdida de un 60% del patrimonio de las aseguradoras. De ellas, según el mismo organismo, entre tres y nuevas compañías, nacionales y extranjeras, quedarían bajo el nivel de capital regulatorio mínimo para funcionar.
¿Qué hay específicamente en este proyecto de anticipo de fondos que alerta de esa manera al mercado? ¿Cuál sería el efecto sobre cotizantes y pensionados?