Los problemas y las amenazas son inherentes a la actividad comercial, y como en todas partes del mundo, los comerciantes chilenos han enfrentado su dosis: para los independientes y más pequeños, esto tradicionalmente ha estado representado la hegemonía de los grandes retailers y la imperiosa necesidad de adaptación a las nuevas tecnologías y las nuevas formas de consumo.

Y como en todas partes del mundo, los comerciantes chilenos enfrentan hoy su prueba más dura y más incierta en sus perspectivas: el derrumbe económico en medio de la pandemia del coronavirus, y la segura crisis económica que quedará. Como si las cosas no fueran suficientemente difíciles, para los chilenos la tormenta llegó después de otro evento traumático: el estallido social de octubre. Y mientras los comerciantes luchan por sobrevivir, intentan además tomar control del acelerado cambio que se les viene encima.