Los especialistas coinciden en que en las últimas décadas la situación de la salud pública ha mejorado sustancialmente. Hoy los indicadores del sistema chileno son exitosos: alta cobertura de vacunas, baja mortalidad infantil, alta atención hospitalaria del parto y una esperanza de vida superior al de Estados Unidos. Pero es evidente que es en la salud donde radica parte importante de la sensación de injusticia y rabia que están en el origen del estallido social de octubre. Eso explica en parte que el gobierno haya anunciado hace algunos días una reforma al sistema Fonasa.
¿Cuáles son los problemas estructurales de la salud pública chilena? ¿Por dónde pasa su eventual solución? ¿Cuánto contribuye este proyecto de ley en ese camino?