La historia es conocida: al principio primer ministro británico le bajó el perfil al Covid-19, luegose contagió con el virus, hizo un video indicando que estaba bien y a los pocos días estaba internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Saint Thomas en Londres. Hoy, a la preocupación por el avance del virus en Reino Unido, los británicos agregan la inquietud por la incertidumbre política que ha provocado la salud del Primer Ministro.

Las dudas en torno a la figura del canciller Dominic Raab, quien quedó interinamente a cargo del gobierno, y la incertidumbre económica provocada por la paralización de buena parte de la economía configuran un panorama complicado.

Hasta ayer, en el Reino Unido se contaban 7.097 muertos y más de 60 mil contagiados. El gobierno ha anunciado que la próxima semana se evaluarán las medidas de confinamiento y otras restricciones, mientras que figuras como el alcalde de Londres, Sadiq Kahn, han advertido contra esa posibilidad, señalando que no están aún ni siquiera cerca del peak de contagios proyectados. Mientras la información oficial dice que Boris Johnson se recupera satisfactoriamente, persiste la duda sobre cuál es la situación real del líder conservador. ¿Cuánto se puede confiar en el relato del gobierno?