Medicamentos tan caros que ni el Estado los puede costear
Desde hace tres años, crecientemente, la Tercera Sala de la Corte Suprema ha fallado en favor de una serie de pacientes o familiares de pacientes de enfermedades con tratamientos de alto costo. Acogiendo recursos de protección, el Tribunal ha ordenado al Estado financiar los medicamentos que pueden salvarle la vida a los recurrentes. Han establecido que el derecho constitucional a la vida está por encima de las limitaciones del presupuesto público. Estas últimas, sin embargo, existen. El Estado tiene una cantidad limitada de dinero para gastar en medicamentos. A veces, los números no dan. Y los pacientes que sufren enfermedades poco frecuentes (que no son un mercado masivo ni "atractivo") y necesitan medicamentos demasiado costosos, parecen condenados a morir. A veces los números no dan. A veces la gente está condenada a morir. A veces son niños. ¿Puede la Corte Suprema cambiar esa realidad? ¿Puede el Estado cumplir y, más aún, evitar que esto suceda?
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