Hace exactamente un mes, la elección presidencial de Estados Unidos fue declarada a favor del candidato demócrata Joe Biden, derrotando al actual presidente, Donald Trump. Sin embargo, y tal como lo advirtió la misma noche de la elección del 3 de noviembre, Trump no ha reconocido su derrota, acusando un fraude a escala masiva que le habría robado el triunfo. En un camino que ha transitado desde la presión directa a los encargados electorales de cada estado, la presentación de múltiples acciones judiciales e incluso llamados a los gobernadores republicanos para designar electores afines y revertir los resultados de la elección, la campaña de Trump parece decidida a persistir en la acusación de robo electoral. Con la crucial segunda vuelta de la elección senatorial en Georgia a la vista, que el 5 de enero determinará el control del Senado por el próximo período, los líderes republicanos parecen secuestrados por la presión del enorme peso electoral de Trump. ¿Qué se puede esperar del proceso de transición y el cambio de mando del 20 de enero? ¿Cómo podemos describir la estrategia seguida por Donald Trump desde la elección?