Mafias de reos de alta peligrosidad, sobre todo extranjeros, torturan a presos sin antecedentes penales en Santiago 1, la cárcel concesionada de 15 años de antigüedad que ya se parece a la ex Penitenciaría. Es lo que descubrió hace unos días el magistrado Fernando Guzmán en una visita sorpresa al recinto, luego de que una víctima denunciara los hechos. Le habían quemado con corriente sus genitales.

Las torturas tienen un objetivo: grabarlas y enviarlas a los familiares de las víctimas para que paguen diariamente entre 30.000 y 50.000. Sucede porque en Chile ocurre una rareza peligrosa: a las personas en prisión preventiva -la mayoría sin antecedentes-, se les está mezclando con presos extranjeros, cuya historia delictiva es una incógnita para las autoridades judiciales. Esta mezcla resulta clave para explicar el fenómeno, que se podría estar replicando en otras cárceles del país.

Para hablar sobre las torturas y extorsión en la cárcel, conversamos hoy, en El Café Diario, con la autora del reportaje publicado el sábado en La Tercera, la periodista Leslie Ayala.