Los incidentes comenzaron en Cuaracautín, y siguieron en Victoria, Collipulli, Traiguén y Ercilla. Estas dos últimas sedes comunales terminaron quemadas. Luego durante la madrugada, dos patrullas militares fueron atacadas en Huequén y Pidima. La toma mapuche de las municipalidades había comenzado a principios de la semana, en solidaridad con la huelga de hambre que mantienen desde hace más de 90 días el machi Celestino Córdova y otros diez presos mapuche, unos condenados y otros en prisión preventiva, demandando beneficios penitenciarios durante la pandemia.
Desde la oposición, culparon al nuevo ministro del Interior, Víctor Pérez, de agitar los ánimos durante su visita a la zona la semana pasada. Ayer, el intendente de La Araucanía, Víctor Manoli, anunció que convocará a las exautoridades regionales a una mesa transversal para buscar una solución política al conflicto. Consultado sobre por qué las personas que fueron a desalojar municipios no fueron detenidos a pesar de la violencia, de romper el toque de queda y de quemar dos camionetas de comuneros mapuches, el intendente dijo que se evaluarán las razones.
En una columna publicada en La Tercera el pasado 30 de junio, el escritor y periodista mapuche Pedro Cayuqueo planteaba que el gobierno debía aprender las lecciones de la huelga de hambre del 2010, solucionada con éxito por la primera administración Piñera.