Hasta $23,6 millones al mes: radiografía al costo fiscal de cada diputado en 2018
Contabilizando gastos operacionales para ejercer su labor legislativa, los sueldos para sus asesores y la dieta que reciben mes a mes, el gasto en promedio por cada diputado anualmente es de $189 millones.
Esta semana comenzó oficialmente el período de receso legislativo del Congreso, que reanudará su trabajo el martes 5 de marzo, fecha en la que el gobierno también espera continuar la preparación de una propuesta contenida en su programa para reducir el número de legisladores.
En este contexto, La Tercera constató los ítems de gastos realizados el año pasado por los 155 diputados en ejercicio, cuyos desembolsos quedan publicados en Transparencia Activa de la Cámara.
En el balance total de 2018, de acuerdo a las cifras disponibles, un diputado puede llegar a costarle a su corporación hasta $23,6 millones mensuales. La cifra incluye todos los gastos operacionales en los que debe incurrir el legislador, además de asesores y la remuneración o dieta por su trabajo.
A pesar de que la información disponible en el sitio web de la Cámara es incompleta, porque la actualización de datos en algunos casos llega solo hasta octubre de 2018, según la revisión el costo por diputado en promedio desde marzo a diciembre del año pasado asciende a un monto de $188.536.989. El promedio considera que el parlamentario con cifras más altas, Ignacio Urrutia (ex UDI), alcanza los $203 millones anuales; y que el monto total más bajo, de Ximena Ossandón (RN), es de $167 millones en el mismo periodo.
Siguen en la lista de mayores gastos los diputados Juan Santana (PS), Sergio Gahona (UDI) y Nicolás Noman (UDI), con $201 millones cada uno, y completa la lista de los cinco diputados con mayor gasto Loreto Carvajal (PPD), con $199 millones en 2018. Urrutia, además, según los datos disponibles, figura con el mayor gasto mensual, con un monto de $23,6 millones en septiembre.
En qué gastan los diputados
Cuando se le pregunta a un parlamentario por qué recibe asignaciones o dispone de dinero extra a su dieta para ejercer sus funciones, la mayoría señala que ser legislador es una institución en sí.
Esto, porque tanto en sus regiones como respecto a sus labores propias del cargo requeridas en ambas sedes del Parlamento (Santiago y Valparaíso), diputados y senadores deben coordinar y costear oficinas parlamentarias, donde se incluye el consumo de los servicios básicos de estas dependencias.
Además de eso, contratar personal para atender las distintas labores en cada oficina, así como también requerir asistentes y, a veces, expertos para apoyar su labor. Un parlamentario, además, debe hacerse cargo del traslado y la alimentación de sus asesores.
Desde las distintas corporaciones se ha señalado en reiteradas ocasiones que, a diferencia de otros servidores públicos, los parlamentarios no poseen infraestructura fiscal a lo largo del país, como sí lo posee el gobierno central y el Poder Judicial. Así, según se ha explicado, el alto volumen de gastos que solventa el Congreso apunta a sustituir esa carencia.
Falta transparencia
El escándalo protagonizado por la Cámara de Diputados luego de que se hiciera público que se pagaron viáticos nacionales en montos abultados, arrojó, además, modificación de cifras en Transparencia para corregir los errores.
De igual modo, La Tercera constató variaciones de cifras en los últimos meses -mientras se registraba este análisis- respecto a gastos en telefonía y otros ítems.
Desde la corporación se explicó que los gastos se iban contabilizando con cierto desfase, los que se van ajustando.
En otro aspecto, a diferencia del Senado, la Cámara no tiene a disposición las cifras exactas que cada diputado paga a su personal de apoyo. Según la información pública, los diputados poseen $6.015.948 para destinar a la contratación -bajo contrato de trabajo u honorarios- de secretarias, choferes, asistentes o, incluso, jefe de gabinete.
Sin embargo, existe la opción de que cada diputado ahorre en otros ítems para aumentar los sueldos de colaboradores. Así, pueden destinar hasta un 40% de lo que disponen para Gastos Operacionales y la totalidad de lo que se puede gastar en Asesorías Externas. En total, cerca de $2,8 millones más que no aparecen contabilizadas en Transparencia y que podrían incidir significativamente en a cifra total al año.
Respecto de la dieta o remuneración que recibe mes a mes cada diputado, si bien el pago líquido por legislador asciende a cerca de $6,6 millones, este análisis contabilizó la dieta en bruto -que corresponde al desembolso real de la Cámara- y que se encumbra por los $9.349.851.
Así, la cuenta total por concepto de pago de dietas en la Cámara, entre marzo y diciembre de 2018, asciende a un total de $ 14.492 millones. Además, el gasto en colaboradores del año pasado -que incluye asesores externos y el total posible de gastos de personal de apoyo- llega a los $9.816 millones.
Los gastos operacionales, en tanto, donde no se contemplan los de noviembre y diciembre pasados, porque no están todavía en Transparencia Activa, llegan a un total de casi $5 mil millones para el período estudiado.
En total, sumando el análisis mes a mes de cada uno de los diputados, lo que costó para la Cámara la totalidad de sus representantes en 2018 asciende a poco más de 29 mil 223 millones de pesos.
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