Alianza de la derecha y Demócratas le arrebata presidencia del Senado al oficialismo y pone fin a pacto de gobernabilidad
A pesar de que legisladores de gobierno y de oposición se endosaban la culpa por haber roto el acuerdo, las cuentas de lado y lado no eran necesariamente negativas. La ruptura del pacto le ayudó al gobierno bloquear la llegada de los senadores Rincón y Kast a la Comisión de Hacienda, mientras que a la UDI le sirvió para retomar su relación con RN.
“El Senado ha tenido días de luces y días de sombra. Hoy es un día de sombras”, dijo el senador Juan Antonio Coloma (UDI), quien ayer dejó la presidencia de la Cámara Alta, antes de fundamentar su voto de respaldo a la candidatura de su par de RN, José García Ruminot.
Coloma se veía abatido y preocupado. Fue el último en hablar y en expresar su postura antes de que se diera a conocer el resultado de la tensa elección en la que García se impuso como nuevo titular del Senado por 27 votos a favor, versus los 22 respaldos que logró el candidato del PPD, el senador Pedro Araya.
El resultado rompía el pacto administrativo, que le había dado gobernabilidad a la Cámara Alta en los últimos dos años. Y si bien Coloma y varios senadores de la UDI se resistieron hasta el final, los intereses en juego tanto del oficialismo y la oposición prácticamente hacían imposible sostener ese acuerdo.
De hecho, a pesar de que en la sesión de ayer legisladores de gobierno y de oposición se endosaban la culpa por haber roto el acuerdo, las cuentas de lado y lado no eran necesariamente negativas.
De partida, con esta ruptura, el gobierno y el oficialismo habían logrado bloquear la llegada a la Comisión de Hacienda de la senadora Ximena Rincón (Demócratas), lo que también dejaba en suspenso el arribo de Felipe Kast (Evópoli). En el pasado, ambos parlamentarios habían tenido una difícil relación con las fuerzas gubernamentales.
En las últimas semanas, para La Moneda y en especial para el ministro de Hacienda, Mario Marcel, se había transformado en una preocupación central el desequilibrio que se iba a dar en esta comisión, que será crucial para la tramitación de la reforma previsional y los cambios tributarios.
El problema para el gobierno es que si Kast y Rincón ingresaban a Hacienda, donde ya son miembros estables los senadores Coloma y García, las fuerzas no oficialistas llegarían a cuatro votos. El único representante de la alianza gubernamental iba a ser José Miguel Insulza (PS), quien lleva menos de un año interiorizándose en el trabajo técnico de esta instancia.
Sin embargo, el interés del oficialismo de retener Hacienda puso en alerta a la oposición, donde comenzaron a sospechar que los senadores de gobierno no querían entregar a tiempo los cupos en esta comisión. A ello se sumó la exigencia de la bancada DC, que interpretaba que el asiento en Hacienda, asignado a “DC Ximena Rincón”, debía quedar para la Falange y no para la actual presidenta de Demócratas.
En vista de esas señales, la propia Rincón, con el aval de las bancadas opositoras, hizo un ultimátum la semana pasada de que si no asumía en Hacienda este martes, el pacto administrativo, que establecía una rotación en comisiones y una alternancia en la mesa del Senado, sería desahuciado.
Las bancadas del PC y el PPD tampoco ayudaron a despejar esas suspicacias, pues solo segundos antes de la elección del nuevo presidente del Senado, este martes pasadas las 16 horas, hicieron llegar los oficios en que señalaban que los senadores Ricardo Lagos Weber (PPD) y Daniel Núñez (PC) iban a ser reemplazados por Kast y Rincón.
La jefa de bancada comunista, Claudia Pascual, particularmente, logró sacar la firma de su par de Evópoli, Luciano Cruz-Coke, y presentó el documento al secretario del Senado, Raúl Guzmán, quien alcanzó a leerlo en la sala.
No obstante, el PPD reaccionó tarde y a pesar de las gestiones de su jefa de bancada, Loreto Carvajal, y del presidente de partido, Jaime Quintana, los senadores de Demócratas se negaron a firmar.
A esas alturas ya se había abierto la votación para elegir al sucesor de Coloma y el presidente de la UDI, Javier Macaya, en nombre de la oposición, ya había anunciado que la entrega de cupos no se había hecho en “tiempo y forma”, por lo tanto, quedaban “liberados” para votar por José García y romper el pacto administrativo.
Lazo con RN
Para La Moneda, en todo caso, perder la presidencia del Senado a manos del senador García, un parlamentario de perfil moderado, de trato afable y que está en su último período parlamentario, no era algo catastrófico. En el gobierno existe una opinión positiva de él. Incluso, en el mismo PPD admiten que el Ejecutivo veía con más preocupación la asunción de Pedro Araya, quien a pesar de ser un senador oficialista, suele actuar con autonomía en sus decisiones políticas.
Por su parte, para la UDI, a pesar de que el quiebre del pacto manchaba la gestión de Coloma a cargo de la corporación, le resolvía un grave conflicto con sus principales aliados: RN.
El problema se originó en 2022, porque RN solo suscribió una parte del acuerdo administrativo: exclusivamente la rotación de cargos en comisiones legislativas. Sin embargo, a diferencia de la UDI y Evópoli, la bancada de Renovación Nacional no apoyó la elección de Álvaro Elizalde (PS) como presidente del Senado en 2022, lo que dejó a sus integrantes fuera de la repartición de asientos en la testera (presidencia y vicepresidencia).
Con un pie de RN adentro y otro afuera del pacto, después de Elizalde, en 2023, la presidencia recayó en Coloma. Y, si es que el acuerdo se hubiera mantenido, a partir de 2024, la conducción de la Cámara Alta le correspondía al comité PPD-Independiente, que tras un largo proceso de tensas deliberaciones finalmente ayer, poco antes de las 14 horas, escogió a Pedro Araya.
No obstante, en las últimas semanas, RN metió mayor presión a sus socios de coalición, especialmente a la UDI. El propio presidente de Renovación, el senador Rodrigo Galilea, señaló que sería “incompresible” que los legisladores de derecha no apoyaran la candidatura de José García. Si bien estas presiones no eran nuevas, ahora RN tenía una herramienta coercitiva: las propias negociaciones para definir un pacto electoral para las próximas elecciones regionales y municipales, que probablemente también incluirá a Demócratas.
Por ello, en la discusión de ayer varios legisladores del oficialismo hicieron ver que detrás de la ruptura del pacto administrativo de parte de la derecha también había un interés electoral.
Al comentar el resultado, la vocera del gobierno, Camila Vallejo, dijo que “tiene que ver con un acuerdo electoral municipal, maás que con una necesidad de cumplir la palabra empeñada en materia de acuerdos de conducción administrativa. Frente a eso no se pueden pedir imposibles”.
El ministro Álvaro Elizalde, en tanto, expresó que “cuando la palabra empeñada se pasa a llevar se sienta un precedente de desconfianza que le hace daño al sistema democrático”. Pese a ello, dijo que espera tener una buena relación con García.
En tanto, el senador Araya (PPD) lamentó que la palabra no se haya cumplido. “Tenía la mejor de Juan Antonio Coloma. Hubo una operación...”, dijo el legislador por Antofagasta, quien también deslizó una crítica a La Moneda. “El comité político queda en una situación bastante compleja. El gobierno se involucró tarde... Hubo un grado de ingenuidad del Ejecutivo y de parte nuestra”.
Áspera discusión
Uno de los más criticados ayer fue el senador Matías Walker (Demócratas), quien fue elegido vicepresidente del Senado con 25 votos. A juicio del oficialismo, ello era una muestra de que siempre hubo trato detrás para romper el pacto.
La senadora Carvajal (PPD) dijo que “en este Senado ha nacido un nuevo partido: hipócritas... Es indigno, es vergonzoso”.
El jefe de bancada del PS, el senador Alfonso de Urresti expresó que “este es el nacimiento del pacto de la derecha municipal, para las elecciones parlamentarias y seguramente presidenciales”.
Por su parte, Walker (Demócratas) acusó “maltratos” y comentó que “desgraciadamente ese acuerdo se comenzó a incumplir el 2023″, cuando no se les negó la presidencia de la Comisión de Infancia y no pudieron asumirla porque “la mayorías en el Senado habían cambiado”.
“Me parecen muy injustas las críticas que he visto”, dijo Kast, quien remarcó que siempre existió la intención de la UDI y Evópóli de respetar el pacto, en la medida que se cumpliera el acuerdo para Demócratas.
Tras las votaciones, sin embargo, las tensiones no acabaron. El PC pidió retirar el cambio en el que le cedían el cupo de Hacienda a Kast. En respuesta, el senador Evópoli dijo que ya no se podía y amenazó con revisar la integración en todas las comisiones.
Para evitar que el conflicto siguiera escalando, García propuso derivar el caso a la reunión de jefes de bancadas.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.