Álvaro Elizalde, presidente del Partido Socialista: “La gran virtud de Carlos Montes es que genera respeto transversal en la oposición”

Alvaro Elizalde
Foto: Luis Sevilla

Si bien el dirigente es enfático en que no se debe adelantar el debate presidencial, destaca que “tiene una muy buena evaluación” de una de las principales cartas que se han alzado en su partido.


Con un rotundo “no” responde el senador y presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, ante la pregunta de si a su sector lo pone nervioso la irrupción del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, como una figura presidencial. “Nosotros tenemos el desafío de generar una alternativa que represente a nuestro mundo para competir por el liderazgo de las fuerzas progresistas”, dice el exministro.

Sin embargo, en ese mundo, aún no hay ningún dirigente que se perfile con tanta fuerza como el jefe comunal comunista en la carrera a La Moneda. De todas formas, reitera que ese es un tema que tendrá que verse después del plebiscito del 25 de octubre. Pese a esto, Elizalde destaca -por primera vez- la capacidad para aglutinar a la oposición que podría tener el senador y una de las posibles cartas presidenciales del partido que lidera: Carlos Montes.

¿Cuál es su análisis del escenario político actual?

Es evidente que tenemos un gobierno con muy poco capital político, con un bajo nivel de apoyo ciudadano y con una muy baja credibilidad. Por otro lado, en la oposición en el último tiempo ha empezado a primar un sentido mayor de responsabilidad. Los actores que antes defendían con entusiasmo el perfilamiento individual han empezado a replantearse esa estrategia.

Pero la unidad sigue siendo esquiva. ¿Qué impide ese objetivo?

Cada actor tiene que hacerse responsable de cómo ha sido su conducta. Lamentablemente, no todos en la oposición están convencidos de la unidad y, más bien, hay algunos que insisten en la tesis del perfilamiento individual. Pero la historia nos enseña que solo a través de la construcción de mayorías se generan cambios y, por tanto, la unidad de las fuerzas progresistas es imprescindible.

¿Quiénes no están convencidos?

Como el PS se la ha jugado siempre por la unidad, no quiero armar una controversia. Si hay un actor que ha sido sistemático y persistente en el llamado a la unidad ha sido el PS y también los partidos de la Convergencia Progresista.

¿Y no cree que en ese afán el PS ha quedado corto?

No podemos obligar a quien no quiere la unidad a que participe de ese esfuerzo. En todo caso, hoy la ciudadanía está clamando por la unidad y la gente nos exige generar una alternativa, porque es una premura que el próximo ciclo político sea liderado por un gobierno de signo distinto. Ese clamor ciudadano está generando un cambio de actitud en actores que hasta hace muy poco eran renuentes a la unidad.

¿Cuál es el principal desafío de la oposición a partir del 26 de octubre, un día después del plebiscito?

En materia constitucional, construir una mayoría significativa en la convención y para eso es imprescindible una lista unitaria. Pero para que la unidad tenga sentido tiene que haber un entendimiento programático. Aquí no se trata sólo de sumar siglas, sino que ponerse de acuerdo en torno a un programa constitucional. Particularmente, queremos transitar de un Estado subsidiario, bajo la lógica del modelo neoliberal, a un Estado social de derecho.

¿Y el tema presidencial?

Sin lugar a dudas tenemos que lograr una alternativa de reemplazo y eso es parte de los desafíos fundamentales después del plebiscito. Pero nuestro esfuerzo hoy está concentrado en el triunfo del Apruebo y de la convención constitucional. Lo que se juega en el plebiscito supera con creces una elección presidencial.

En su partido no hay un liderazgo presidencial claro, aunque ahora suena el nombre del senador Carlos Montes. ¿Él podría ser el abanderado del PS?

Hemos tomado la decisión de no adelantar la campaña presidencial porque hoy el esfuerzo debe concentrarse en el plebiscito. Ahora, tenemos varios nombres, pero eso es algo que en su momento definiremos a través de un mecanismo democrático.

Pero en términos de capacidades políticas. ¿Él podría llevar la bandera socialista?

Sin ánimo de adelantar el debate, Carlos Montes es mi colega en la bancada, tengo una muy buena evaluación de su labor, no solo como parlamentario, sino que como servidor público. También tuvo un rol muy importante en la dictadura y la gran virtud de Carlos Montes es que genera un respeto transversal en la oposición.

¿El PS va a llevar candidato sí o sí, entonces?

Obviamente vamos a presentar un candidato que compita por el liderazgo de las fuerzas progresistas y que nos represente.

Y si Montes es el candidato del PS y llega a una primaria con la oposición. ¿Podría imponerse?

No voy a adelantar ningún comentario respecto de un escenario de esa naturaleza porque sería contradecir lo que he señalado. Otros partidos han definido una estrategia distinta y están en su legítimo derecho, pero lo que está en juego es tan importante que no hay que distraerse. Un Presidente con una Constitución nacida en democracia va a contar con las herramientas para resolver los problemas que la ciudadanía ha planteado.

Pero precisamente por lo mismo, para hacer eso hay que ganar la elección. ¿Montes puede derrotar a Lavín?

No quiero adelantar el debate presidencial, pero una candidatura unitaria de la oposición, definida a través de un mecanismo con amplia participación y con un programa de gobierno comprometido con las transformaciones que los chilenos demandan, es una gran alternativa para el próximo desafío presidencial.

¿Y cómo se imagina una primaria de la oposición?

Vamos a seguir insistiendo en la unidad de todas las fuerzas progresistas, sin exclusiones. Se debe promover un diálogo programático para arribar a un compromiso y, quienes lo suscriban, que participen en esas primarias.

¿Pero es factible una primaria de todos?

Espero que veamos sentido de responsabilidad y, sobre todo, disposición a un acuerdo programático. Por tanto, que todos los que lo suscriban puedan participar. No es el PS el obstáculo para la unidad, todo lo contrario.

¿Y quiénes son los obstáculos?

Nosotros no somos nomás. No puedo señalar que soy partidario de la unidad y dedicarme a pegarle a los demás actores de la oposición.

¿La idea del PS, entonces, es alcanzar un gobierno desde la DC al FA?

Nosotros definimos, en enero de 2018, que íbamos a trabajar por la unidad más amplia de todas las fuerzas progresistas, desde la DC al FA. Vamos a insistir en ese esfuerzo.

¿Eso significa un gobierno conjunto?

Por cierto.

¿Y qué le parece la irrupción de Jadue como carta presidencial?

Daniel Jadue ha sido un buen alcalde, ha hecho una buena gestión en Recoleta. Eso no quita que nosotros tenemos el desafío de generar una alternativa que represente a nuestro mundo, para competir por el liderazgo de las fuerzas progresistas.

¿No cree que él pueda interpretar a su mundo, el de la centroizquierda?

Me refiero a que cada partido tiene el legítimo derecho de competir por el liderazgo del progresismo con un representante de su propia sensibilidad.

¿La oposición podría, en algún punto, respaldar su candidatura?

Nosotros somos partidarios de que el liderazgo del mundo progresista se defina a través de un mecanismo democrático.

Y si ganara Jadue, ¿lo apoyaría el PS?

Es que hay cosas previas. Quienes participan en esas primarias son los que suscriben ese entendimiento programático y vamos a apoyar a quien sea elegido por los ciudadanos como representante de ese entendimiento.

¿Existe nerviosismo en el PS por la irrupción de Jadue?

No. Nosotros miramos con respeto todas las alternativas que se han generado en el espacio opositor.

Pero Jadue, por ejemplo, genera anticuerpos en la ex Concertación. ¿Le puede ganar a Lavín?

Eso lo tienen que decidir los ciudadanos.

Algunos han dicho que su candidatura ha generado anticomunismo...

Después del plebiscito vamos a generar una alternativa que represente a nuestro mundo para concursar por el liderazgo del conjunto de las fuerzas progresistas y lo vamos a hacer a través de una campaña constructiva y no de descalificaciones. En democracia ninguna alternativa puede ser descalificada a priori.

Jadue ha criticado durante estos días a la ex Concertación. ¿Qué le parece?

Mi modesta sugerencia es que si se quiere generar un clima unitario, hay que respetar las distintas opciones y alternativas.

¿Y a Beatriz Sánchez la podrían respaldar?

Ella fue una buena candidata la elección pasada y generó enormes aportes al debate en el ámbito de las ideas. Nosotros queremos construir la unidad de las fuerzas progresistas, pero siempre con un sentido constructivo.

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