
¿Atributo o un problema? Cuánto le ayuda o perjudica a Evelyn Matthei su carácter y sus “salidas de libreto”
Analistas manifiestan matices respecto de si el temperamento de la exalcaldesa de Providencia le ayudará en su aventura presidencial o entorpece sus aspiraciones de llegar a La Moneda.

“Cuando me enojo puedo ser muy dura y pierdo todo el encanto”, “Soy bien polvorita”. Así ha autodescrito su carácter la candidata presidencial de Chile Vamos, Evelyn Matthei.
El último episodio donde mostró parte de esa personalidad ocurrió el lunes pasado. En medio del debate, por el anuncio del Presidente Gabriel Boric de transformar Punta Peuco en una cárcel común, la exalcaldesa respondió con dureza a la ministra (s) de Segegob, Aisén Etcheverry: “Yo le pediría a la vocera que se quede callada alguna vez, porque la verdad es que ojalá se dedique a la ciencia, porque como vocera pucha que lo ha hecho mal”.
La frase le valió críticas de casi todo el oficialismo, partiendo por los candidatos presidenciales y hasta el propio Presidente, quien la acusó de “arrogancia” y “falta de respeto”.
Pero lejos de recular, la exministra insistió en sus dichos. A través de su cuenta de X, Matthei le contestó al mandatario: “Al Presidente Boric se le olvida que mandó callar a su asesora cuando ella hacía su trabajo” y añadió que “a diferencia de su evidente falta de respeto, yo me estoy haciendo respetar”.
Ante el hecho, vuelve al debate en el mundo político si el temperamento de Matthei le ayudará en su aventura presidencial o entorpece sus aspiraciones de llegar a La Moneda.
La lectura de los analistas es variada sobre las consecuencias e impacto del carácter de la exalcaldesa.
Para el vicedecano de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Rodrigo Arellano, la acción de Matthei de esta semana tuvo un impacto positivo en su campaña y lejos de perjudicarla, la sitúa justamente como la opositora principal al gobierno.
“El gesto que hizo Evelyn Matthei de intervenir la conferencia que estaba teniendo su jefe de campaña y enrostrarle a la vocera que no hable, es parte de los atributos que tiene que ir sacando o volver a sacar dentro de la campaña. Que la izquierda hoy y el gobierno estén hablando de ella y colocándola en el foco opositor es una buena noticia para su campaña”, inició Arellano.
El académico profundizó señalando que “el gobierno en algunas mediciones está en torno al 25% de aprobación, hoy es mucha más gente que desaprueba la gestión del gobierno que la aprueba y por lo tanto, ella tiene que volcar sus esfuerzos en convencer a ese mundo que desaprueba la gestión del gobierno, a aquellos que se declaran de alguna u otra forma decepcionados u opositores. Lo que sucedió el lunes yo tengo la impresión de que la pone en ese foco, en la posibilidad de volver a retomar un liderazgo que estábamos extrañando”.
Asimismo, Arellano insistió que lo ocurrido esta semana “la vuelve a situar con estos atributos de frontalidad, de dureza, de espontaneidad, en un lugar que el modelo actual de la campaña que habían decidido, la había de mermado”.
En esa línea, el analista político y director del Centro Democracia y Opinión Pública de la Universidad Central, Marco Moreno, apuntó a que fue una decisión estratégica el tono utilizado por la candidata en este conflicto.
“Lejos de ser un desliz, el estilo de comunicacional que muestra Matthei parece responder a una apuesta deliberada por reafirmar un estilo confrontacional que ya forma parte de su marca política”, señaló Moreno.
No obstante, el académico no piensa que la fórmula pueda necesariamente traer beneficios a la campaña: “Ese mismo atributo —que en el pasado le permitió conectar con un electorado que valora la franqueza— hoy corre el riesgo de tensionar su posicionamiento frente a una ciudadanía que demanda mayor moderación y templanza”.
Asimismo, añadió que “en un contexto de creciente desapego con la política tradicional, este tipo de gestos puede reforzar su vínculo con nichos duros, pero al mismo tiempo dificultar su capacidad de ampliar apoyos hacia el centro, donde se define una elección presidencial”.
Para el filósofo político y académico de la Escuela de Gobierno UAI, Cristóbal Bellolio, Matthei “se ha beneficiado de que no es percibida como una persona tan cuadrada, tan rígida, sino que tiene estas salidas como que la humanizan, porque de alguna manera todos hablamos así”.
No obstante, al igual que Moreno pone un toque de alerta. “Hay que tener cuidado con apostar demasiado a eso, porque ser tan impetuosa, estas salidas de madre, por así decirlo, son también salidas del libreto que pueden generar anticuerpos, pueden generar resistencia, y sobre todo, porque como son muchas veces viscerales, elevan la temperatura del debate, crispan a la opinión pública, enrarecen el clima y eso polariza”.
Asimismo, añadió que si quiere “ser la Presidenta de todos los chilenos y construir una especie de paz social y entendimiento desde ahí, ojo con extremar el lenguaje florido, porque eso tiende a dejar heridos. Entonces, yo diría que hasta cierto punto no más esta estrategia de salirse de madre con expresiones huachacas es rentable, ya sabemos que algunos creen incluso que es simpático de parte de ella, pero yo diría que hay que tener cuidado con polarizar demasiado, con crispar demasiado el debate, porque ese es un escenario donde ella no gana. Si el escenario se polariza y se crispa, los que ganan son los extremos”, sentenció.
Algunas “salidas de libreto”
Las “salidas de libreto” no son nuevas para Matthei. Muy recordados son sus “exabruptos” cuando era ministra. Por ejemplo, cuando siendo titular de Trabajo trató, entre otros epítetos, de “ignorante” a la entonces diputada independiente Marta Isasi, en un video que fue ampliamente viralizado.
Su historial de polémicas es extenso. Y en la lista corta figuran también los entonces diputados Sergio Aguiló, Fidel Espinoza, Osvaldo Andrade a quienes -desde la cartera del Trabajo- trató en distintas ocasiones a “garabato limpio”.
En 2013, no tuvo otra opción que tomar la posta presidencial que dejaba Pablo Longueira, quien -tras ganar una primaria al RN Andrés Allamand- dejaba la carrera por un cuadro agudo de depresión. El encargado de hacerle la solicitud de enfrentar a Michelle Bachelet fue el entonces senador Jovino Novoa (UDI). Y la respuesta fue muy en su estilo.
“Sabes que es caca lo que me ofreces”, le dijo Matthei.
“Chocolate no es”, le habría replicado el senador, según la versión del libro Hijas de general.
Ni su padre, Fernando Matthei, se ha salvado de su carácter. Según ella misma relató: “nunca nos avisó que se había casado, entonces alguien de repente me dijo ‘tu papá se casó’, yo dije ‘noo’, yo lo llamo y le digo ‘¿oye papá, te casaste?, ‘bueno, sí’, ‘¡ándate a la mierd...!’”.
Pero también sabe ofrecer disculpas y cambiar de opinión. Como con el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, a quien cuestionó cuando iba a asumir la Subsecretaría del Interior por los tuits en contra de Carabineros, y con Tomás Vodanovic, por haber calificado a su partido -Revolución Democrática- como un “asco” en medio del caso Convenios.
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