Boric encabeza encuentro oficialista en Cerro Castillo con foco en el destino de sus reformas

En el Ejecutivo ya se asientan algunas lecturas sobre el fracaso en los comicios del domingo. Ese será parte del análisis que compartirá esta noche el Presidente con los dirigentes oficialistas, además de abordar estrategias para las disyuntivas abiertas: moderar o no su programa de gobierno, cuánto involucrarse en el proceso constituyente, cómo relacionarse con el Partido Republicano y Chile Vamos, o si incorporar o no a la DC a sus filas.


Pasadas las 19.30 horas de este miércoles comenzaron a llegar a Cerro Castillo los presidentes de los partidos oficialistas para participar del cónclave liderado por el Presidente Gabriel Boric. El encuentro, que continuaba al cierre de esta edición, tendrá un cariz especial: será la primera instancia en que el gobierno y sus colectividades harán un balance conjunto de la derrota que sufrieron el domingo al lograr solo 16 escaños en el Consejo Constitucional, el que será dominado por la derecha y con la hegemonía absoluta del Partido Republicano, que obtuvo 23 representantes.

En el gobierno ya se han asentado algunas lecturas: un inevitable voto de castigo a quienes tienen el principal poder de toma de decisiones; que el partido liderado por José Antonio Kast capitalizó mejor la crisis de seguridad y migración que marcó la recta final de la campaña; un voto de desafección de la izquierda más dura con un proceso “tutelado”, además del error electoral de competir en dos nóminas y no en una sola lista, escenario que en el gobierno aseguran que mermó aún más sus posibilidades.

Ese será parte del análisis que bajará La Moneda -que estará además representado por el comité político, el jefe del Segundo Piso, Miguel Crispi, y el director de la Secom, Pablo Paredes- a sus partidarios, para luego pasar a escuchar los análisis de los dirigentes oficialistas. Fuentes de Palacio aseguran que esperan que cada colectividad llegue esta noche con sus propios balances y autocríticas, sobre todo, en el entendido que las distintas fuerzas han tenido comisiones políticas en las últimas horas para aquilatar los escenarios que se abren con esta nueva derrota en las urnas.

Pero ese no será el único debate, en el que se espera que el propio Jefe de Estado sea uno de los principales oradores de la jornada. El destino de las reformas emblemáticas comprometidas por el Presidente también serán materia de discusión, toda vez que tras los resultados desde Chile Vamos -particularmente la UDI- le han pedido al gobierno reformular su agenda y flexibilizar sus líneas rojas en materia tributaria y previsional. Pese a las señales iniciales de la “derecha democrática” -como han denominado a la UDI, RN y Evópoli- y los gestos del Partido Republicano, en el Ejecutivo la tesis que comienza a instalarse es la de no ceder ante esos llamados e insistir en sus lineamientos actuales.

Ministros del comité político han transmitido que sería un error estratégico moderar o radicalizar a priori las reformas, sobre todo, ante un escenario de alta polarización en el Congreso y cuando las fuerzas del Legislativo no se han modificado. El “abc de una negociación”, dicen en el gobierno, es llegar a la mesa con el escenario ideal para cada sector y luego ceder lo necesario para alcanzar las mayorías. Por lo mismo, según fuentes de Palacio, se espera que esa sea la bajada de línea de La Moneda, más allá de la discusión política que pueda surgir esta noche con los partidos.

En La Moneda, en todo caso, recalcan que siempre han tenido asumido que tendrán que negociar para viabilizar reformas tan estructurales como las de pensiones y tributaria. Además, subrayan, ellos siempre han invitado a republicanos a la mesa y ahora son ellos los que tienen que definir si van a mostrar moderación o “seguirán oponiéndose a todo”. Por lo mismo, la estrategia es seguir apostando a un diálogo con Chile Vamos.

“No se trata de moderación ni de radicalización, nosotros tenemos una agenda, que tiene que ver con la seguridad de las personas. La seguridad ciudadana, económica y social (...)”, dijo en la antesala del cónclave la vocera Camila Vallejo.

Y agregó: “Esto de que hay que flexibilizar es más viejo que el hilo negro, porque lo hemos hecho. El acuerdo previo que tuvimos al día de la elección fue poder juntar posiciones, llegar a un punto común, en materia de royalty, y eso es lo que se está tramitando ya. Quizás el error ha sido postergar estas cosas, ¿no? Se nos pidió postergar para después de las elecciones estos temas porque estábamos en un escenario electoral, pero ¿qué es lo que ve la gente? Que las respuestas del Estado no llegan. Hoy día es momento de concretar los acuerdos”.

Otro tema que se espera sea parte de la conversación es la convivencia interna oficialista y la necesaria unidad para enfrentar lo que viene. De hecho, con ese objetivo las ministras Carolina Tohá (Interior) y Vallejo (Segegob) tienen previsto exponer una síntesis de las reuniones paralelas que tuvieron la semana pasada con ambas coaliciones -por separado- para analizar cómo procesar mejor las diferencias entre ambos sectores y mantener un relato unitario ante los próximos desafíos del Ejecutivo.

Lo que quedó claro en esos encuentros es que el horizonte de lograr una sola coalición es -por ahora- inviable y, por lo mismo, la intención no es forzar ese escenario, sino establecer mecanismos que permitan evitar tensiones internas y, asimismo, hacer de la diversidad una virtud y no una amenaza permanente al destino de la alianza oficialista.

“Este espacio de diálogo nos permite considerar distintos puntos de vista, pero sobre todo reafirmar la voluntad de trabajar unidos en la promoción de iniciativas que nos permitan tener un Chile más justo, erradicar los abusos y generar más oportunidades para todos y todas. Es una instancia de diálogo sincero, que ya tuvo muy buena experiencia semanas atrás y esperamos que sea un hito relevante para afianzar un trabajo unitario de todos quienes apoyan al Presidente Boric”, dijo el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, previo al inicio del cónclave.

Un asunto ineludible, dicen las mismas fuentes, será el rol que tendrá el gobierno en el nuevo proceso constituyente. Con la mayoría republicana y la derecha en su conjunto logrando los 2/3 del Consejo Constitucional, la disyuntiva para La Moneda no será fácil. Si bien en su momento se pensó en una estrategia de prescindencia total, en el propio oficialismo hay voces que plantean que La Moneda tiene un rol que jugar para evitar un texto que vuelva a ser rechazado.

En esa misma discusión, un tema clave será cómo relacionarse con republicanos de aquí en adelante tanto en la constituyente como en el Congreso. Por ahora, la estrategia ha sido esperar que decanten los movimientos en Chile Vamos y que los propios seguidores de Kast moderen sus discursos en vista de que son ellos los que ahora deben dar garantías de que son una fuerza dispuesta al diálogo político.

En los partidos, por otro lado, algunos insisten en que el gobierno debe evaluar fórmulas para incorporar a la Democracia Cristiana para construir mayorías más sostenibles en un escenario donde esperan que se extremen posiciones.

La antesala en los partidos

En las horas previas a la cita en Cerro Castillo, existía relativo consenso dentro de la alianza de gobierno de que el repliegue respecto de las reformas no es una opción. Pero hay matices. Si el Socialismo Democrático advierte que hay puntos -ya sea en salud, o pensiones- que pueden ser modificados con el horizonte de sacar adelante las grandes reformas, en Apruebo Dignidad apuntan a que el castigo electoral de la ciudadanía está estrechamente relacionado a que el programa no ha avanzado todo lo rápido que se esperaba. Y eso, en parte, ha sido culpa de Chile Vamos, comentan.

En ese contexto, algunos plantean que es hora de arremeter y poner la carga en la oposición. Ya lo señalaba en esos términos -en diálogo con La Tercera- ayer la segunda vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Catalina Pérez (RD).

“La demanda por un cambio al statu quo sigue presente. La posición del gobierno ha sido siempre dialogante, es Chile Vamos el que tiene que responder si va a hacerse parte de las soluciones que la gente necesita o va a optar por estar a la cola del Partido Republicano”, comentó.

Más duro fue durante esta mañana en Radio Pauta el diputado comunista Luis Cuello. “En ningún caso estaba en juego o en disputa la legitimidad del programa de gobierno (…). Si pensamos en cuáles son las reformas fundamentales que están hoy día pendientes, son la tributaria y de pensiones. En esas dos materias, primero en la reforma de pensiones, hasta ahora no hay una propuesta o camino alternativo que haya presentado la oposición que haya podido reemplazar”.

“Yo creo que lo que hoy hay que hacer es mirar para adelante. Y tratar de sumar. Tratar de aprender de los errores del pasado y tratar de construir la mayor cantidad de unidad entre el mundo progresista, independiente de la sigla de los partidos. Ahí está la clave para que en diálogo con la derecha, que tiene mayoría en el Congreso, se pueda avanzar en reformas concretas (...). Yo siempre he sido partidario de ampliar y modificar las coaliciones actuales, la DC ha tenido la mano abierta al gobierno, esa es una definición que tienen que tomar ellos”, dijo -a su vez- el timonel de Convergencia Social, Diego Ibáñez.

El senador Jaime Quintana (PPD) optó por poner el programa en perspectiva. “Los últimos gobiernos tampoco han logrado cumplir su programa. Es probable que siga siendo así en el futuro. A lo que no se debe renunciar es a las reformas sociales transformadoras. Yo no hablaría de renunciar a las reformas, menos aún a las de carácter social; pero el programa contiene muchas medidas que por tiempo y circunstancias no se podrán materializar”, sostuvo.

Su correligionario, diputado Raúl Soto (PPD), advirtió que “hay que revisar y actualizar el programa de gobierno. Priorizar en función de los temas que hoy día tiene como principal interés y preocupación la ciudadanía. El relato tiene que ser modificado radicalmente”.

Otros senadores del Socialismo Democrático van al detalle, y plantean revisar aspectos determinados de la hoja de ruta, como cuánto recaudará realmente la reforma tributaria; cómo se distribuirá el 6% planteado para las pensiones entre cuenta personal y fondo común; o cómo se resolverá el “dilema” entre el Fondo Universal de Salud y los seguros de “segundo piso”, o complementarios.

La discusión, en todo caso, ya se había desatado cuando el PS planteó hacer un “análisis crítico del programa” a mediados de marzo, tras el rechazo de la idea de legislar de la reforma tributaria.

DC en la banca

En otro de los temas que podría haber novedades en la cita de Cerro Castillo era la eventual incorporación de la Democracia Cristiana al gobierno.

De hecho, este miércoles hubo una clara señal de apertura de parlamentarios falangistas a ingresar al Ejecutivo.

A pesar de que pertenecen a facciones distintas, los jefes de bancada DC en el Senado, Yasna Provoste, y en la Cámara, Eric Aedo, hicieron una inédita puesta en escena para expresar su disposición a trabajar en una agenda de reformas del Ejecutivo. “Se requieren acuerdos electorales y programáticos entre los distintos actores de la centroizquierda y esa tarea debiese ser prioridad para la DC en esta nueva etapa”, dijo Provoste, quien se cuidó de remarcar que la decisión de entrar al Ejecutivo corresponde a las instancias partidarias.

En la tarde, Provoste sostuvo una larga reunión con el diputado y presidente de la DC, Alberto Undurraga, quien públicamente se mostrado reticente a la posibilidad de ingresar al gobierno. Sin embargo, la postura de Undurraga es minoritaria, incluso, en su bancada de diputados.

A esa cita luego se sumaron los senadores Iván Flores y Francisco Huenchumilla. Este último, al igual que Provoste, es partidario de sumarse a la administración de Boric. Flores, en tanto, ha dicho que está abierto, pero siempre que haya un ajuste en el programa.

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