Carolina Tohá: historia íntima de una candidatura
En diciembre, la exministra del Interior tomó la decisión de competir por La Moneda y el lunes 3 -tras llamar a Michelle Bachelet- su salida del gobierno se precipitó. Sin sede ni comando, aún son varios los desafíos que necesita superar. El principal: lograr el apoyo del PS.
El lunes 3 de marzo, por la tarde, todo se precipitó. Uno de los miembros del círculo de hierro de la expresidenta Michelle Bachelet llamó a la aún ministra del Interior, Carolina Tohá, para avisarle que la exmandataria se pronunciaría “en los próximos días” -antes de su viaje a Nueva York programado para el viernes- respecto de una eventual candidatura a La Moneda.
El anuncio caló hondo en Tohá. La sola idea de que la exmandataria pudiera anticiparse a sus planes la alarmó. No sólo a ella, también al grupo que está impulsando su candidatura presidencial -y que conforman, entre otros, Guido Girardi (PPD), Ricardo Solari (PS), Enrique Correa (independiente ex PS)-, los que llevaban varias semanas pidiéndole que adelantara su salida del gabinete y lanzara su candidatura. Todos compartían el mismo temor: si actuaba después de Bachelet, su figura quedaría marcada con el estigma de ser “el plan B” del Socialismo Democrático ante la negativa de la exmandataria. Una sombra peligrosa para una candidatura que en todas las encuestas parte con los números en contra y que para consolidarse aún tiene que vencer varios desafíos.
Al día siguiente, temprano en la mañana, Carolina Tohá llamó a Bachelet. Se trató de una conversación breve, aseguran cercanos a la exjefa de Estado, pero su impacto pondría en marcha un completo rebaraje del escenario presidencial en el oficialismo.
Quienes conocieron de esa conversación aseguran que Bachelet -quien se mantiene en las encuestas como la carta más competitiva del oficialismo y la única que logra un respaldo transversal desde la DC hasta el PC- le confirmó que sacaría una declaración muy pronto. Por lo mismo, Tohá le anunció que ella apuraría su salida del gabinete para ese martes 4, para lanzar su candidatura presidencial.
Según la versión de un personero del círculo de hierro de Bachelet, ella le deseó éxito. Y tal como habían conversado en los encuentros que ambas habían tenido en privado en octubre y enero del año anterior, Bachelet le reiteró que ella no sería candidata y que declinaría sólo una vez que ella hubiera salido del gabinete.

Así ocurrió. El breve video de un minuto y seis segundos con el que Bachelet se desmarcó de las presiones del PS para que asumiera por tercera vez una carrera presidencial llamó a la renovación en la política y exhortó a la unidad del oficialismo, se filmó el miércoles 5, antes de las 11 de la mañana, en el patio de la casa de la periodista Haydée Rojas, una de las colaboradoras más cercanas a la expresidenta desde que fuera su jefa de prensa durante su segundo mandato y ahora como miembro del directorio de la Fundación Horizonte Ciudadano.
El texto de la declaración de Bachelet llevaba semanas redactado. A lo menos desde mediados de febrero, afirman cercanos a la exjefa de Estado. Lo escribió Rojas, pero quedó guardado bajo total secreto, a la espera de que ella retornara a Santiago desde Caburgua, donde pasó sus vacaciones. Recién el lunes 3 de marzo le mostró el contenido del breve discurso para que diera su aprobación definitiva, cuando aún no estaba del todo claro el día que lo darían a conocer.
Hubo otro factor que apresuró las cosas. El martes 4, a las 13.30 horas, después de que Tohá llamara a Bachelet, La Tercera PM publicó que la exmandataria estaba alistando su declaración. “Cerca de las 15 horas, en el equipo del Ministerio del Interior ya todos hablaban de que Carolina se iba”, señalan fuentes de la cartera. La confirmación vendría muy pronto. “A eso de las 17 horas, desde Presidencia nos llamaron para redactar los decretos con la renuncia de Tohá y el nombramiento de Elizalde”, señalan funcionarios de la Subsecretaría de Interior.
Para entonces, Tohá había terminado recién una conversación de 28 minutos con el Presidente Gabriel Boric, en el que se selló su salida y el carácter que esta tendría. Tohá, su entorno y la directiva del PPD hace varios meses venían pidiendo al gobierno que ella saliera sola y no en el marco de un cambio de gabinete más amplio, que de todas maneras tendrá que realizarse muy pronto.
El libreto original de Boric era mover de una vez todas las piezas del tablero y así consolidar el gabinete que lo acompañará en su ultimo año de mandato. Todavía está en duda el futuro de otras ministras, como la comunista Jeannette Jara (Trabajo) y de la frenteamplista Antonia Orellana (Mujer y Equidad de Género), quien están siendo evaluadas por sus partidos para competir en un primaria presidencial del oficialismo. A ellas se suma la ministra de Defensa, Maya Fernández (PS), cuya inhabilitación como secretaria de Estado es materia de un juicio en el Tribunal Constitucional por su rol en la frustrada venta de la casa de su abuelo, el expresidente Salvador Allende, al Estado.
El hecho de que Boric aceptara la fórmula que más acomodaba a Tohá fue interpretado tanto en el oficialismo como en la oposición como una expresión de favoritismo del Mandatario por Tohá. Ambos forjaron una relación de total confianza y cercanía mientras estuvieron en La Moneda. Más allá del gesto en favor de su ministra, aún está por verse si el Presidente jugará un rol al interior de las coaliciones que sostienen a su gobierno para ordenar el tema presidencial, y los mensajes que enviará hacia su partido, el Frente Amplio, en momentos en que la colectividad está en una frenética búsqueda de candidato.
Las conversaciones entre Tohá y Boric por el futuro de la coalición y cómo proyectarla -un tema que preocupa especialmente al Mandatario- son de larga data. Por lo mismo, llamó la atención el halo de improvisación que rodeó la salida de Tohá de La Moneda ese martes 4. No estaba demarcado el espacio para la prensa cuando ella bajó al Patio de Los Cañones y, con evidente emoción, anunció su renuncia al cargo de ministra de Interior. “Quiero decir en este momento que la decisión no ha sido fácil”, reconoció ella.

Es más, la ceremonia de cambio de gabinete debió postergarse de las 20 a las 21 horas, debido a que varios ministros -entre ellos Álvaro Elizalde (PS), quien era la carta para remplazar a Tohá- se encontraban en Valparaíso y necesitaban tiempo para regresar a la capital. Pero lo que hizo aún más evidente el apresuramiento, es que Tohá y su círculo más cercano no tenían resuelto aspectos logísticos claves para el inicio de una campaña que corre contrarreloj. La exministra tiene apenas 20 días para crecer en las encuestas y convencer al PS, a lo menos, de que la apoye, para consolidar sus aspiraciones. Un tiempo muy breve para alguien que partió sin sede, ni comando, ni recursos financieros para sustentar la precampaña.
La promesa
“He estado en muchas luchas políticas en mi vida, cuando he considerado que son importantes para el país nunca me he restado. Y ha llegado el momento de emprender otra lucha política, que es postular a la Presidencia de la República”, dijo Tohá el martes en la noche, ya fuera de La Moneda, en un discurso que exaltó la experiencia adquirida a lo largo de su extensa trayectoria política. En este también remarcó el hecho de ser parte de una generación, la llamada G-80, que vio a sus padres hacer política en tiempos en que la “política hablaba de utopías y buscaba cambiar el mundo”. Una generación a la que como jóvenes les tocó enfrentar a la dictadura y a la que después criticaron por acomodarse en los largos años de la transición, sin intentar dar el salto al poder, y que hoy pretende alzarse como puente hacia una nueva generación que asumió la primera magistratura y el gobierno sin estar totalmente preparada para ello.
Quienes conocen el lado más íntimo de Tohá aseguran que ella nunca estuvo obsesionada con la idea de la candidatura presidencial. “No es de aquellos políticos que creen que nacieron destinados a la Presidencia”, dicen. Pese a que antes de cumplir los 25 años, para el retorno de la democracia, formaba parte de la pequeña élite de jóvenes promesas de la desaparecida Concertación que fueron ocupando cargos de segunda y luego de primera línea.
Enfáticos, sus más cercanos afirman que al momento de asumir el cargo de ministra de Interior, no lo hizo pensando en una plataforma para la presidencial. Eso se fue dando en el camino. Y que muchas veces hubo voces, sobre todo del PPD, que le pidieron que fuera más empática, que tuviera una agenda más cercana. Ella -agregan- se negaba, “porque no quería que se leyera que quería ser candidata”.
“Ella entra al gobierno porque Boric se lo pide. No llegó por el PPD”, señalan sus cercanos. “Si esa decisión hubiera estado permeada por el cálculo político, podría haber pedido una cartera sectorial vistosa, en la que pudiera brillar sin los riesgos que tenía Interior, con los graves problemas de seguridad que hay en el país y con un gobierno cuyo respaldo no ha estado al alza”, afirman en privado quienes impulsan su candidatura.
Su desembarco en el gabinete de Boric -a quien conoció en julio de 2022, por intermedio del periodista Patricio Fernández- se produjo el 6 de septiembre de 2022, dos días después de la mayor derrota política e ideológica del progresismo, expresada en el 62% de rechazo a la propuesta de cambio de texto constitucional. Un golpe que dejó al gobierno -hasta entonces en manos de los partidos de Apruebo Dignidad (Frente Amplio y PC)- en una crisis de tal envergadura que se vio obligado a congelar sus principales reformas y bajar las expectativas, pero también a ceder la conducción del Ejecutivo al Socialismo Democrático, el remanente de la ex Concertación a la que hasta entonces el FA había criticado con dureza y se sentía llamada a superar. “Ella acepta no sólo por el sentido de responsabilidad que la caracteriza, sino también porque ve en Boric una genuina apertura a esa relación que se estaba recién construyendo. También pesó mucho en ella que entraba al ministerio que ocupó su padre”, aseguran entre sus cercanos.
La figura de José Tohá, exministro de Defensa e Interior de Allende, quien murió en 1974 en el Hospital Militar tras meses de detención, tortura y trabajos forzados en Isla Dawson, cuando Carolina tenía sólo ocho años de edad, ha sido un referente ineludible y constante en ella y, según sus amigos, “exacerbó el sentido del deber ser” que la ha marcado a lo largo de toda su trayectoria política. “Ella no eligió la política, sino que la política la eligió a ella”, señalan.
De niña fue testigo de las discusiones políticas en casa de su padre y, más tarde, durante el exilio en México, en la casa de su madre, Victoria Morales, punto de encuentro obligado de dirigentes de las más diversas corrientes de la izquierda chilena que buscaban formas de rearticulación política.
En aquellos años de exilio en la capital mexicana cursó los estudios primarios en el Colegio Madrid, un establecimiento creado y dirigido por republicanos españoles que habían huido del franquismo y donde tempranamente, afirman, reforzó su visión de que la política se tiene que hacer a partir de la articulación de referentes amplios y no sobre la base de miradas identitarias y excluyentes.
Una mirada que ha mantenido en el tiempo y que reflejó en el discurso que hizo el martes 4 en la noche, al anunciar su precandidatura presidencial. “Creer en Chile significa muchas cosas, pero antes que nada, significa potenciar el diálogo, confiar en nuestra capacidad de que dialogando podemos resolver los conflictos en todas las instancias (...) Resolver los conflictos mediante el diálogo sin renunciar a nuestras ideas”, dijo esa noche Tohá, cuando invitó a “recuperar la confianza en los demás, la confianza en nuestras capacidades y en las instituciones”.
Un discurso que redactó Tohá el mismo martes 4, y cuyo contenido fue elaborando en los últimas meses en conversaciones uno a uno y también grupales con su entorno más cercano. Entre quienes han impulsado su candidatura están los exsenadores y expresidentes del PPD Guido Girardi y Sergio Bitar, los socialistas Ricardo Solari y Álvaro Elizalde, y el exministro Enrique Correa.
Con Elizalde tiene una relación de amistad desde la infancia, cuando ambos coincidieron en el Colegio Francisco Miranda, tras el retorno de Tohá del Exilio. Elizalde era compañero de curso de José, el hermano menor de Carolina, mientras ella era compañera de uno de los hermanos mayores del actual ministro de Interior. Relación que se estrechó cuando ambos coincidieron en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y en las mismas trincheras del socialismo durante la lucha contra la dictadura.
De la época de estudiante secundaria en el Francisco Miranda es también una de sus amigas más estrechas hasta el día de hoy, la antropóloga Paula Echeñique. Ambas se conocieron en México, durante el exilio, pero su amistad se forjó siendo compañeras de curso.
Tohá mantiene hasta el día de hoy un chat con sus excompañeros del Colegio Francisco Miranda. El martes 4 en la tarde, antes de anunciar por la prensa que renunciaba al gabinete, envió un mensaje en ese chat anticipándoles su decisión. Para ellos no fue una sorpresa. Varios recordaron que siempre fue “la favorita de los profesores”, porque destacaba intelectualmente por ser buena alumna. Pero al mismo tiempo, porque siempre era elegida por sus compañeros para ser su representante ante el cuerpo académico.
“Ya en esa época ella escuchaba mucho, le encantaba la diversidad y escuchar a personas que piensan y proponen cosas diferentes, y después ella hacer su propia síntesis. Nunca fue de blancos y negros”, recuerdan excompañeros de curso. Algo, afirman, que sigue haciendo hasta ahora.
Entre los orejeros de la exministra y con quienes ha ido construyendo su candidaturas se cuentan el periodista Patricio Fernández, el sociólogo Eugenio Tironi y su exjefa de gabinete Pía Mundaca. Y tiene especial cercanía con alcaldes progresistas, como el ex DC Claudio Castro (Renca), la socialista Karina Delfino (Quinta Normal) e incluso el frenteamplista Tomás Vodanovic (Maipú).
Integrantes del equipo de Tohá aseguran que fue en diciembre pasado cuando ella tomó la decisión de ir a la presidencial y los autorizó para que comenzaran a trabajar para destrabar los nudos y desafíos que debe superar para viabilizar su carrera a La Moneda.
Por entonces, en el equipo de Tohá el ideal es que ella saliera del gabinete en enero y varios presionaron para que así fuera. En el PPD, y algunos de sus cercanos, confiaban en que para esa fecha estaría promulgada la ley que crea el nuevo Ministerio de Seguridad, un hito que les permitiría potenciar la figura de Tohá para su lanzamiento presidencial. Pero, como suele ocurrir, la realidad puede ser enemiga de lo ideal. Una vez más, los tiempos legislativos no la acompañaron.
Peor aún, en esos momentos decisivos vino un segundo golpe a sus aspiraciones. Lejos de plegarse detrás de Tohá, el Partido Socialista -una pieza clave en el andamiaje de Tohá- acordó llevar candidato propio y pidió a Bachelet reconsiderar su decisión. Enredados por las elecciones internas, parte de la directiva del PS sobreinterpretó el coqueteo que hizo la exmandataria con la posibilidad de que un tercer mandato podría ser mejor que el segundo y ayudarla así a borrar los problemas que tuvo esa gestión, algo que deslizó cuando reveló el consejo que en ese sentido le había entregado el Presidente Lula.
Para Tohá y su entorno, la ambigüedad de Bachelet y el PS supuso un freno -incluso sus cercanos dicen que a la exministra le dolió- y generó un poco de desesperación en la directiva del PPD, los que ya estaban jugados por la candidatura de Tohá.
La carta que envió el PPD al PS, presionando para que proclamaran a Tohá, en vez de ayudar, estropeó aún más las cosas.
Desafíos
Tohá y su entorno saben que es una carrera contrarreloj y cuesta arriba. Para sus aspiraciones es vital estar en una primaria amplia y competitiva. Pero, para garantizar el éxito, le es imprescindible crecer rápido en el respaldo ciudadano expresado en las encuestas. En los últimos sondeos figura con un esquivo 3% de apoyo, y si no crece en los dos meses que quedan para inscribirse en las primarias oficialistas -la fecha es el 29 de abril- podría terminar la carrera simplemente como precandidata.
Ligado a lo anterior está el desafío de lidiar con el PS, partido en el que militan algunos de sus principales aliados, pero donde tiene también enconados enemigos. El más duro de todos, sin duda, ha sido Camilo Escalona. El actual secretario general socialista ha levantado en el último tiempo los nombres del ministro de Hacienda, Mario Marcel; de Bachelet, y ahora último ha esbozado que el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, podría ser una mejor carta para los socialistas. Para varios socialistas el encono de Escalona se debe a los estrechos vínculos de Tohá con el laguismo, sector que lo marginó de la primera línea. Otros, afirman que lo que prima hoy es la disputa de poder dentro del PS. El 16 de marzo se elige el nuevo comité central del PS, donde Arturo Barrios podría llegar a desplazar a Escalona de la secretaría general. En los últimos días, Tohá ha conversado con Barrios y se ha acercado a Andrés Santander, el principal articulador de las Grandes Alamedas, uno de los lotes internos del PS.
Tohá también tiene que vencer otro escollo: la ambigüedad de su presidenta, la senadora Paulina Vodanovic, frente a su candidatura. La timonel socialista tuvo fuertes choques con Tohá, principalmente a raíz de algunos nombramientos de cargos en el gobierno. Un tema particularmente sensible para Vodanovic.

En el entorno de la exministra tienen claro que debe recomponer los lazos con el PS lo antes posible si quiere tener éxito en las conversaciones que ya están en marcha para adelantar un pronunciamiento de los socialistas.
Pero hay varios flancos más abiertos. En el entorno de la exministra tienen claro que en la medida en que Tohá no se consolide en las encuestas como la principal figura de un “progresismo moderno y que mire al futuro”, podría alentar a otros a tratar de representar ese espacio. Claudio Orrego es uno de ellos. El plan del gobernador metropolitano era ganar holgadamente en primera vuelta, lo que lo habría dejado en una posición expectante para las presidenciales. Pero no ocurrió así, lo que obligó a modificar sus tiempos y metas. Ahora, tras terminar su segundo mandato en la gobernación, sus ojos estarían puestos en la senatorial por la Metropolitana, que se disputará a fines de 2029. Eso, si es que el escenario en estas dos semanas y media no dice otra cosa.
Más complejo aún es el desafío para Tohá de transformarse en un puente que una generaciones. Pese a los esfuerzos que ha hecho por acercarse al Frente Amplio, la exministra de Interior no ha logrado romper los resquemores que su figura e historia aún provoca en un sector que hace sólo tres años vetó al PPD, cerrando la posibilidad de suscribir una alianza política de todo el progresismo. En el FA aún ven a Tohá como una figura que tiene impreso el ADN concertacionista y del laguismo. En los últimos días, desde el FA han dejado en claro su intención de llevar una candidatura competitiva a las primarias y han intensificado la presión sobre el alcalde Vodanovic, su carta más fuerte en las encuestas, para que reconsidere su decisión de no competir, mientras evalúa alternativas: el diputado Gonzalo Winter, la embajadora de Chile en México Beatriz Sánchez, la ministra Orellana o la propia presidenta del partido, Constanza Martínez.
Desafíos que debe sortear a la par que construye equipos -algo que por temperamento no le es fácil- y fortalecer atributos blandos que le permitan su anhelado sueño de articular fuerzas diversas y no quedar en el camino.
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