Política

Chile sale a la caza de aliados en EE.UU. para enfrentar la guerra comercial de Trump

El gobierno chileno y el sector privado están identificando y contactando a los grupos de interés en Estados Unidos que podrían verse afectados por el alza de aranceles del 10% a las exportaciones chilenas, para que apoyen el diálogo que se iniciará con la Casa Blanca. La estrategia incluye contratar estudios de abogados y lobistas en Washington, además de acercarse a senadores republicanos y autoridades del gobierno de Trump. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha tomado un rol relevante en las gestiones.

Donald Trump dejó en vilo al mundo con la aplicación unilateral de aranceles. Fotografía de SAUL LOEB / AFP) SAUL LOEB

El 7 de marzo, en una recepción en el Kennedy Center en Washington, el embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, divisó al nuevo subsecretario de Estado de la administración Trump, Christopher Landau. De inmediato, el diplomático chileno se acercó a él.

Para romper el hielo, Valdés le contó que había conocido de cerca a su padre, el exembajador de Estados Unidos en Chile entre 1977 y 1982 George Walter Landau, quien jugó un delicado rol en momentos en que Washington presionaba a la dictadura chilena a entregar a los responsables del atentado, ocurrido en el corazón de la capital estadounidense, que costó la vida del excanciller chileno Orlando Letelier y su asistente, la ciudadana estadounidense Ronni Moffitt, en septiembre de 1976. Había sido el propio George Landau, mientras se desempeñaba en Paraguay, quien alertó sobre dos pasaportes sospechosos que se habían tramitado en el consulado de Asunción y que serían usados por los agentes de la Dina Michael Townley y Armando Fernández Larios para perpetrar el ataque. Después de eso, Landau fue enviado a Chile con la compleja tarea de poner freno a Pinochet y abrir conversaciones con la oposición chilena.

El relato de Valdés llamó la atención del abogado de 61 años, que se había convertido recién en el segundo hombre a cargo de la diplomacia estadounidense, después de Mark Rubio. Por casi 10 minutos ambos conversaron a solas y en español, idioma que “Chris” Landau aprendió durante su infancia en Asunción y que domina con fluidez. En un momento, el embajador chileno cambió drásticamente el tema. Sin tapujos le representó la preocupación de Chile por la guerra comercial que recién estaba iniciando la administración del Presidente Donald Trump.

Landau escuchó atentamente los planteamientos de Valdés. “Estoy a la espera de que el Senado me ratifique en el cargo. Apenas eso ocurra los llamaré para que nos reunamos formalmente”, se comprometió el estadounidense. La ratificación ocurrió el 25 de marzo pasado y desde entonces en Chile están ansiosos en que se concrete en los próximos días el llamado que prometió, para abrir un canal clave en el diálogo que se iniciará con la Casa Blanca por la aplicación unilateral de aranceles del 10% a los productos exportados por Chile a Estados Unidos.

Landau ya inició rondas de conversaciones. Partió esta semana con algunos cancilleres y muy pronto, señalan fuentes del Departamento de Estado, le tocará el turno a Valdés.

Christopher Landau comparece ante el comité del Senado para la ratificación de su nombramiento como subsecretario del Departamento de Estado. Fotografía de ALLISON ROBBERT / AFP. ALLISON ROBBERT

“Tenemos que estar preparados para gestiones que van a ser largas, complejas y muy costosas para Chile”, señaló a La Tercera uno de los integrantes del “comité público-privado de seguimiento del contexto económico comercial global” que conformó la Cancillería para coordinar una estrategia frente a la guerra comercial que desató Trump. El grupo, que ya se ha juntado en dos ocasiones, está encabezado por el canciller Alberto van Klaveren y participan cerca de 30 personas, incluyendo a exautoridades de los gobiernos de Piñera, representantes de los gremios empresariales y expertos en derecho económico internacional. A esas reuniones ha asistido por videoconferencia el embajador Valdés.

Precisamente, durante la segunda sesión de ese comité, que se realizó el 27 de marzo pasado en dependencias de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), se definió como una de las tareas prioritarias para Chile el identificar en Estados Unidos a todos los “stakeholders” (grupos de interés, en inglés) -autoridades, personalidades y actores económicos y políticos estadounidenses- que podrían convertirse en eventuales aliados en las conversaciones que se llevarán adelante con Estados Unidos, para frenar o al menos mitigar los efectos de las medidas de presión económica tomadas unilateralmente por el Presidente Trump y que han puesto en vilo el comercio y el orden mundial que hasta ahora conocíamos.

El 27 de marzo pasado se realizó la segunda sesión del “comité público-privado de seguimiento del contexto económico comercial global”, que encabeza el canciller Alberto van Klaveren.

Fue en ese marco que se mencionó en el comité el reciente encuentro del embajador Valdés con Christopher Landau y su compromiso de abrir un canal de diálogo. Pero no será el único. En forma paralela y coordinada con la Cancillería, los gremios empresariales están trabajando en la misma línea. El lunes pasado, con el apoyo de la Cancillería, le encomendaron al exsubrei de Piñera, Rodrigo Yáñez, la búsqueda de estudios de abogados e importantes oficinas de lobistas estadounidenses que serían contratados para apoyar los esfuerzos que realice Chile ante el gobierno estadounidense.

La idea no es nueva. Ya la utilizó Chile en 2020, cuando el gobierno de Piñera II enfrentó amenazas a las exportaciones de arándanos. En septiembre de ese año, productores estadounidenses denunciaron ante la Comisión de Comercio Internacional (ITC, su sigla en inglés) un supuesto daño por las crecientes exportaciones de este producto desde Sudamérica, especialmente desde Perú y Chile.

En esa ocasión, Yáñez contrató al abogado estadounidense Gary Horlick, del estudio jurídico Steptoe & Johnson, de Washington. El resultado fue exitoso. En febrero de 2021, tras una larga evaluación, las autoridades de comercio estadounidenses le dieron razón a Chile y no se aplicaron alzas de aranceles ni limitaciones a las exportaciones de arándanos chilenos.

“Ahora enfrentamos una situación mucho más compleja y se hace imprescindible obtener acceso a los tomadores de decisiones en Estados Unidos, urge armar la estrategia del lobby”, señalaron varios de los integrantes del comité de coordinación convocado por el gobierno durante la última sesión.

El embajador Juan Gabriel Valdés, junto a los gremios empresariales, fue uno de los principales impulsores de retomar esta estrategia. La que respaldó el canciller Van Klaveren.

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 2 de abril pasado al anunciar el alza de aranceles. Fotografía de Brendan SMIALOWSKI / AFP. BRENDAN SMIALOWSKI

Desde el 2 de abril pasado, cuando Trump sorprendió al mundo al aplicar un arancel universal del 10% a las exportaciones a Estados Unidos, incluidas las de Chile, y tasas impositivas más altas a China, la Unión Europea y otras naciones, el gobierno chileno pidió a los sectores empresariales identificar con detalle a todos los actores en Estados Unidos involucrados en las cadenas de clientes. El catastro incluye a importadores, portuarios, transportistas, distribuidores mayoristas y del retail que podrían verse afectados por el aumento del costo en el valor de ingreso de los productos exportados desde Chile.

La misma misión se le encargó al agregado agrícola de Chile en Estados Unidos, Andrés Rodríguez, quien tiene amplias redes en Canadá y Estados Unidos. El miércoles 7 de abril, además, el embajador Valdés se reunió con los siete cónsules de Chile en Estados Unidos para sumarlos a la búsqueda de stakeholders que puedan respaldar la posición de Chile frente a la administración Trump.

La idea es armar una red lo más extensa posible de actores estadounidenses a quienes se les enviarán argumentos que puedan ellos, a su vez, representar ante las autoridades del comercio y del Tesoro de Estados Unidos, incrementando así la presión interna sobre Trump para que revierta o al menos mitigue las sanciones que ha aplicado al comercio mundial y en especial excluya a Chile de las mismas.

El embajador Valdés ya se reunió con representantes de algunos de los principales grupos inversores estadounidenses en Chile para sondear su posición frente a la guerra comercial lanzada por Trump. Primero lo hizo con los empresarios mineros, a quienes les entregó una copia del informe elaborado por Cochilco y una carta firmada por él, donde se enfatiza el problema de seguridad nacional que podría acarrear a Estados Unidos una disminución de los envíos de cobre chileno, cuando no hay capacidad en su territorio para sustituirlo. Después, se juntó con representantes del sector forestal. Valdés les mencionó las inversiones por US$ 450 millones que tiene el grupo chileno Celulosa Arauco en Grayling, Michigan, donde cuentan con una fábrica de paneles de madera. Varios de los empresarios presentes se mostraron sorprendidos con la noticia y preocupados por los efectos que podría tener un alza de aranceles en términos de empleo y costo de los productos.

Por esa misma fecha, la embajada de Chile coordinó una reunión privada de Van Klaveren con empresarios estadounidenses en el Council of America para reforzar las conversaciones previas.

La estrategia también ha apuntado a legisladores republicanos, algunos de ellos contrarios a la guerra comercial que desató Trump. Chile ve con especial atención a los parlamentarios de Florida, quienes siguen de cerca las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Desde los gremios empresariales chilenos y exautoridades del gobierno de Piñera han planteado la necesidad de extender estas conversaciones a legisladores de otros estados que podrían verse afectados por una baja de las exportaciones chilenas: Pensilvania, Delaware y Nueva Jersey están en la mira.

Pero hay otros aliados que están explorando. “Los republicanos están muy divididos frente a este tema. En la Cámara de Representantes están más alineados con Trump. Pero entre los senadores hay una división muy fuerte que Chile debe aprovechar”. Los senadores conservadores Rad Paul (Kentucky) y Ted Cruz (Texas) alertaron esta semana de que el Partido Republicano debía prepararse para un baño de sangre en las elecciones de medio tiempo -previstas para noviembre de 2026- si es que crecen la inflación y el desempleo por las medidas de Trump.

En el lado demócrata, representantes chilenos ya han conversado con el senador y exgobernador de Virginia Tim Kaine. “Él ha estado muy preocupado por este tema y fue una figura muy importante en los esfuerzos para solucionar los problemas de aranceles contra Canadá”, señalan fuentes de Cancillería. Ahora, esperan que apoye a Chile en las conversaciones que deberán abrirse.

Michael Kozak, tercero en la línea de mando de la diplomacia estadounidense; el senador demócrata por Virginia, Tim Kaine, y el subsecretario del Departamento de Estado, Christopher Landau.

Desde Cancillería aseguran que los puentes con la administración Trump no están cortados, pese a las críticas del Presidente Gabriel Boric contra el inquilino de la Casa Blanca. Los dichos del Mandatario chileno, si bien apuntaban a marcar la defensa del libre comercio, han sido criticados desde la oposición y por agentes diplomáticos, los que han llamado a actuar con “la cabeza fría y no hacer diplomacia por la prensa”.

El 7 de marzo pasado, con ocasión de su viaje a Washington para la elección del nuevo secretario general de la OEA, Van Klaveren se reunió con el secretario de Asuntos para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Michael Kozak. La reunión, señalan fuentes de Cancillería, estaba agendada originalmente con Mark Rubio. Sin embargo, horas antes del encuentro, el jefe de la diplomacia de Trump se excusó, ya que viajó de urgencia a Moscú. “Temíamos que nos suspendieran la cita, pero en vez de eso, Rubio envió al encargado para América Latina, en un gesto que agradeció Chile”, señalan las mismas fuentes.

Tres días después, Kozak volvería a juntarse por más de una hora con el embajador Valdés.

El embajador de Chile en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés, se reunió por más de una hora con Michael Kozak, responsable de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado.

“Hay que actuar con celeridad, pero con la cabeza bien fría”, señalan integrantes del comité a cargo en Chile de monitorear el tema en general de los aranceles y el comercio mundial. Esto, pues aún no está completamente claro el nivel de afectación que podría tener esta alza del 10%.

“El problema de Chile no son los aranceles. Desde la mirada de Estados Unidos, Chile tiene tres pendientes que son muy complejos de solucionar”, dicen fuentes de los equipos a cargo de esta crisis. Hay temas de propiedad intelectual respecto de plataformas digitales en los que se puede avanzar, añaden. Pero hay otros, como la exigencia de Estados Unidos sobre regulaciones para los obtentores de semillas vegetales y de protección a inversores estadounidenses -entre ellos las tres grandes compañías de seguros (Prudential, Principal y Metlife) dueñas de AFP en Chile que podrían verse afectados por la reciente reforma de pensiones-, donde el gobierno de Boric tiene poco margen de acción.

En parte por eso y por el golpe financiero global que provocó la guerra comercial de Trump es que el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ha tenido que asumir un rol preponderante. Hacienda no sólo participa en los tres comités interministeriales y sectoriales que están operando simultáneamente para ver los temas de cobre, agrícolas y el equipo público- privado de aranceles en general. Marcel también se ha reunido con sus antecesores en la cartera y con exconsejeros del Banco Central para mejorar los diagnósticos y evaluar cursos de acción. Fue también Hacienda la que solicitó esta semana una reunión entre la subrei, Claudia Sanhueza, con las autoridades de la USTR, la entidad a cargo de temas de comercio en Estados Unidos, y que servirá de preparación para el encuentro del 16 de junio próximo, en Santiago con la Comisión Administradora del Acuerdo de Libre Comercio. Ese será el inicio de las conversaciones formales de Chile con Estados Unidos. Negociaciones a las que Chile no quiere llegar solo, sino respaldado con una amplia red de stakeholders, abogados y lobistas estadounidenses.

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