Cinco claves para entender quién es Gabriel Boric
El presidente electo no es una figura nueva en el mapa político chileno. Emergió desde las tomas de la Universidad de Chile, pero con una identidad regional que lo impulsó al Congreso. Ahí mostró sus dos perfiles: el diputado que arriesgaba su capital político en pos del diálogo y el líder que buscaba la bendición de facciones más duras de la izquierda.
Un magallánico en Santiago:
Haber nacido en Punta Arenas, al final del país, definió la identidad de Gabriel Boric. Sobre todo, por la percepción de sentirse excluidos de lo que pasaba al norte y, especialmente, en la capital. Así al menos lo recuerda su hermano, Simón Boric: “Nos criamos escuchando que todo era de Arica a Puerto Montt. Una sandia la conocí a finales de los 90. Todo eso te da una identidad muy importante”. En 2004 entró a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Eso, según el diputado Gonzalo Winter (CS), amplió su mirada: “Llegar a esa facultad, donde había gente de Arica a Punta Arenas, donde había personas de derecha, centro e izquierda, lo marcó profundamente. Ahí conoció lo que es Chile”.
La noción de venir desde estar muy lejos de todo se convirtió en una realidad cuando Tomás, el tercero de los hermanos Boric Font, fue diagnosticado de cáncer a los 12 años. “Él se tuvo que venir a Santiago con mi mamá, porque en Punta Arenas no había especialistas oncológicos para tratarlo”, dijo el ahora presidente en entrevista con Mario Kreutzberger en Canal 13. En la misma oportunidad aseguró que eso lo obligó a disciplinarse. Como Boric ya vivía en Santiago, tuvo que ayudar a su hermano con temas médicos, asegurando las horas con los doctores y, por lo mismo, tomar liderazgo en su familia. Esa identidad regional también motivó su participación en las parlamentarias de 2013: donde compitió como independiente y logró la primera mayoría, venciendo al binominal. Una proeza electoral que, al menos en Magallanes, sólo había conseguido Carlos Bianchi. Por lo mismo, la victoria tuvo un sabor especial. “Todos decían que era una locura, porque no teníamos gente, era una región donde no teníamos mucha fuerza”, recuerda la convencional de CS, Constanza Schönhaut.
Líder universitario:
El nacimiento de Gabriel Boric como figura pública fue durante la toma de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en mayo de 2009, cuando tenía 23 años. Boric, además de ser el presidente del centro de alumnos de la carrera, era uno de los tres rostros visibles de las demandas de los estudiantes, que pedían la salida del rector Roberto Nahum y una reforma académica. Los otros eran Sebastián Aylwin y Branislav Marelic. Aunque fue él quien emergió más fuerte, luego de haber encabezado la asamblea en la que se votó la toma. Desde entonces, y a lo largo de los 44 días que duró, Boric no sólo fue figura en las noticias. También se acercó a Fernando Atria y, sobre todo, desarrolló una mirada vigilante sobre todo lo que sucedía en su facultad. ”Para la toma entró un Gabriel y salió otro. Entra un joven con mucho potencial de liderazgo, muy conocedor de la historia política de nuestro país, pero sale convertido en un político hecho y derecho que ha experimentado la necesidad de ceder, negociar, que sabe mover gente. Subir una toma significa también mantenerla en orden y obtener algo”, dice el diputado Gonzalo Winter.
Dos años después, en diciembre de 2011, Boric ganó una elección de la Fech que parecía imposible. Su lista, llamada Creando Izquierda, iba contra Camila Vallejo, de las JJ.CC., que ese año habia liderado las movilizaciones estudiantiles y, además, peleaba por la reelección. En la campaña hizo mucho énfasis en desmarcarse del PC, que mantenía una alianza política con la Concertación. “Creemos que hoy día lo que se necesita es crear actores políticos nuevos, que den cuenta del malestar que hay en las calles, y de la gente que no confía ni en la Concertación ni en la Alianza por Chile. Esa es nuestra apuesta”, dijo antes de esa elección en radio Cooperativa.
Al final, ganó Boric: se impuso por solo 189 votos.
Una historia de quiebres:
Desde su nacimiento en 2008, que Gabriel Boric era parte de Izquierda Autónoma: un movimiento de izquierda que nació en la Universidad de Chile. Pero siete años después, cuando la discusión interna era si debía convertirse en un partido político, la relación se quebró. Boric era de los que pensaban que había que dar ese paso, mientras que Andrés Fielbaum y Carlos Ruiz pensaban lo opuesto. La ruptura definitiva se dio en mayo de 2016, luego de que Boric apoyara la postulación a la Municipalidad de Valparaíso de su amigo Jorge Sharp. El problema de esa vía, argumentaban sus críticos, era que obviaba el trabajo de los movimientos sociales y condenaba a la IA a convertirse en un partido instrumental sin sustento.
Al grupo de Boric tampoco le había gustado que cercanos a Fielbaum se hubiesen reunido con Adriana Delpiano, entonces ministra de Educación, sin su conocimiento. De hecho, esa vez Boric hizo saber su molestia en la página de Facebook del colectivo. “Estimados administradores de esta página, al igual que muchos de los militantes de Izquierda Autónoma que aquí han expresado su molestia, les ruego eliminen esta publicación, considerando que el documento que presentaron en el Mineduc es desconocido no solo por gran parte de la militancia, sino más grave aún, por la mayoría de nuestros compañeros y compañeras que militan en el frente estudiantil y educacional”, escribió Boric.
La disputa significó la salida de Boric de la IA y, también, su distanciamiento con Carlos Ruiz, el sociólogo y académico de la Universidad de Chile que durante esos años formativos fue su mentor. Boric luego pasó a fundar el Movimiento Autonomista, que derivó en Convergencia Social en 2019. En ese partido sus mayores aliados son Constanza Schönhaut y Gonzalo Winter. También tiene lazos fuertes con dirigentas como Javiera Cabello y Antonia Orellana, que lo han acompañado en su campaña.
Ese mismo año, Boric tuvo otro quiebre con un cercano. Después de que firmó el Acuerdo del 15 de noviembre, perdió el apoyo de su amigo Jorge Sharp, a quien Boric había bendecido en su aventura electoral que lo llevó a convertirse en alcalde de Valparaíso. Sharp dejó Convergencia ese 2019 y recién el pasado 15 de diciembre, en una actividad de campaña en la que se abrazaron, volvieron a reunirse públicamente.
Outsider:
En abril de 2018, Sebastián Piñera llamó a un acuerdo nacional por la infancia en medio de la crisis por el Sename. Gabriel Boric, entonces diputado del MA por Magallanes, fue uno de los dos miembros del FA, junto a Natalia Castillo (RD), que estuvo dispuesto a participar. Y eso significó críticas. En mayo de ese año ya sentía que tenía que justificar su presencia. “Estaba consciente de que al participar de un espacio de estas características se corría un riesgo. Si había mala fe en el objetivo, uno podía quedar cooptado bajo un paraguas de un discurso que no tuviera implicancias prácticas para los niños y fuera solamente una movida política, pero tenía la convicción de que era un riesgo que valía la pena correr (…)”, dijo entonces a La Tercera. Ese mismo rasgo apareció para el acuerdo del 15 de noviembre de 2019, durante los días más violentos del estallido social. Boric, como militante de Convergencia Social, fue uno de los 11 políticos que lo firmó. Pero lo hizo sin el respaldo de su partido, lo que significó que lo pasaran al Tribunal Supremo al día siguiente. Pero ahí, según la convencional de CS Constanza Schönhaut, tuvo un rol importante: “Cumplió un liderazgo central en empujar que la nueva Constitución se escribiera en página en blanco”. Las decisiones -sin embargo- tuvieron un costo en los sectores más radicales de la izquierda que perduran hasta hoy y que le valieron el mote de “amarillo”. Este perfil dificultó su nombramiento como abanderado del Frente Amplio y hasta hoy le supone constantes tensiones con un sector del PC. Estas se acentúan, además, por la cercanía de Boric con el PS. Ante la duda de qué lugar ocuparan miembros de ese partido en su gobierno, el presidente electo no fue explícito durante la campaña. En el último debate le consultaron si incluiría o no a figuras de la ex Concertación. En esa oportunidad, Boric respondió que estaba “abierto a trabajar con los mejores”.
La otra alma de Boric
Durante la campaña presidencial los adversarios políticos de Gabriel Boric se centraron en distintos episodios de su vida, pero que apuntan a un mismo tema: su curiosidad por un mundo de izquierda más extremo. El más reciente fue el pasado 30 de julio, cuando el entonces candidato de Apruebo Dignidad fue a Santiago 1 a visitar a Miguel Sepúlveda: un manifestante de 40 años en prisión preventiva, formalizado por haber lanzado piedras a carabineros durante el estallido social en reiteradas ocasiones. Sepúlveda, que golpeó a Boric durante el encuentro, tenía un amplio prontuario, con varias condenas por robo con fuerza, robo en lugar no habitado y receptación. No es el único ejemplo: en 2017 el diputado por Magallanes participó de una entrevista en la que le regalaron una polera con la imagen del asesinado senador Jaime Guzmán, con una bala en su rostro. Al recibirla, Boric dijo: “Buena, aguante”. Cuando el registro se viralizó, el parlamentario pidió disculpas por Twitter. Sin embargo, el más simbólico de estos episodios fue la visita que le hizo en París, junto a la diputada Maite Orsini, a Ricardo Palma Salamanca, condenado por el homicidio de Jaime Guzmán y fugado de la Cárcel de Alta Seguridad en septiembre de 2018. Una cita de 30 minutos organizada en secreto, pero que dio a conocer La Tercera. Cuando el hecho fue informado, Boric tuvo que salir a hacer control de daños. En esa oportunidad dijo: “La reunión sostenida con Palma Salamanca, en ningún caso, relativiza la condena que explícitamente he realizado respecto del asesinato a Guzmán”.
Situaciones como esa y otras fueron usadas por sus adversarios políticos durante la campaña. Un ejemplo de esto fue la siguiente frase, que se viralizó en redes sociales, y que se le atribuía al candidato de Apruebo Dignidad: “Las barricadas en la lucha social nos parecen legítimas expresiones de resistencia, y aunque para algunos sea impopular defenderlas, lo haremos”. El mensaje efectivamente fue publicado en la cuenta de Twitter de Boric el 4 de diciembre de 2019.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.