Diputadas opositoras exigen al Ministerio del Interior nuevas medidas ante alza en intentos de robo a cajeros automáticos

Una situación de alerta ha generado el incremento de intentos de robo a cajeros automáticos en lugares públicos en las últimas semanas, episodios que se replican a trece años de que se registrara un fenómeno similar.

Hasta el 14 de octubre se registran 12 intentos de asaltos a cajeros, donde los últimos nueve intentos de asalto se han hecho por saturación por gas. Seis ocurrieron en regiones, y otros seis en la capital. Tres de esos intentos fueron en mayo, dos en septiembre, y siete en octubre. En todo caso, de ese total, en realidad se han consumado seis: uno en mayo, dos en septiembre, y tres en octubre.

Pese a la cifra, la realidad está lejos de los 778 que hubo en 2011, y los 670 evidenciados en 2012, antes de que se dictara el decreto 222 que exige una serie de medidas de seguridad a la industria.

Aunque este tipo de ilícitos no es nuevo, no habían ocurrido de manera tan seguida, y con un nivel de destrucción importante, desde hace tiempo, por lo que su regreso encendió las alarmas de las autoridades.

Ante esto, las parlamentarias opositoras Catalina del Real (IND-Republicanos) y Carla Morales (RN) oficiaron al Ministerio del Interior y a la Comisión del Mercado Financiero (CMF) con el fin de conocer las nuevas medidas para enfrentar estos ilícitos, la distribución de cajeros automáticos, medidas de resguardo, el proceso de entintado de billetes, sistema de anclaje, entre otras medidas.

Al respecto, la diputada Del Real sostuvo que “es imperante conocer esta información debido a que hemos visto serias falencias en la seguridad de los cajeros automáticos, solo cumpliendo una parte de las normas mínimas establecidas por la subsecretaría de Prevención del Delito”.

En ese sentido, la legisladora emplazó a que “se deben redoblar los esfuerzos, principalmente en los sectores de mayor riesgo donde los cajeros requieren de mayor protección”.

Por su parte, la diputada Morales apuntó a que “la seguridad bancaria, y particularmente la de los cajeros automáticos, no puede depender únicamente de medidas aisladas o temporales, sino que requiere de una estrategia integral y adaptable que contemple tanto la prevención como la disuasión efectiva del delito”.

La parlamentaria remarcó que “no se puede ignorar que las acciones delictuales de este tipo están insertas en un contexto más amplio de aumento en la criminalidad organizada, lo que subraya la necesidad de una colaboración más estrecha entre el sector público y privado para la adopción de medidas preventivas robustas”.