El balance de La Moneda ante el triunfo de Donald Trump
Si bien no fue el resultado más deseado para el gobierno del Presidente Boric, en Palacio saben que tendrán que convivir con una figura que representan un polo ideológico opuesto. Ante esto, surgen dudas por el efecto económico que se puede generar y también se distancian de las críticas del hoy oficialismo que surgieron en el pasado contra el empresario republicano.
El triunfo de Donald Trump como nuevo Presidente de Estados Unidos impactó al mundo político y Chile no fue la excepción. Desde la administración del Mandatario Gabriel Boric siguieron atentamente el conteo de los votos de la elección norteamericana, donde se impuso el empresario del Partido Republicano por segunda vez. En esta ocasión, en su camino a la Casa Blanca, derrotó a la demócrata Kamala Harris.
En La Moneda se tomaron con distancia los resultados, confirmados durante la madrugada de este miércoles. Trump representa al polo político opuesto de Boric, lo que se ha reflejado en antiguas publicaciones del Jefe de Estado chileno.
“Trump es un criminal mundial. Espero como humanidad podamos juzgarlo”, escribió Boric en X, cuando era diputado, el 29 de mayo de 2020, luego que Estados Unidos anunciara el término de sus relaciones con la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante la pandemia del coronavirus.
Esta vez la reacción del Mandatario ante el regreso de Trump a la Casa Blanca tardó varias horas. Entre medio, el canciller Alberto van Klaveren y la vocera del gobierno, Camila Vallejo, entregaron pistas en torno a que, más allá de las diferencias ideológicas, en la relación entre Chile y Estados Unidos debía perdurar un vínculo de Estado.
A las 15.58, el Presidente Boric apareció en X para continuar la línea expresada por sus secretarios de Estado. “Felicitamos al presidente electo de EE.UU., Donald Trump. Chile reafirma su compromiso de fortalecer la relación con Estados Unidos en favor de un desarrollo inclusivo, el respeto a los derechos humanos y el cuidado de la democracia en nuestra región. Seguimos trabajando por el bien de nuestros pueblos”, posteó el Mandatario.
En Palacio saben que la relación entre la izquierda chilena y Trump no es la mejor. De hecho, el temor por los efectos económicos de su regreso a la Casa Blanca han levantado las alertas incluso del mundo empresarial chileno.
Así, el presidente de la CPC, Ricardo Mewes, afirmó este miércoles que “nos preocupa el afán proteccionista y esperamos que eso no se concrete. Un mundo menos globalizado es muy negativo para la economía mundial, perjudica a todos los países y a todos los consumidores, porque implica un aumento de los precios de los productos y da menos posibilidades de elección”.
Por ello, si bien dentro del gobierno de Boric la victoria de Trump no era el resultado más deseado, hoy entienden que tendrán que saber convivir con su figura durante lo que resta de administración.
De hecho, en el Ejecutivo no descartan que los Presidentes de Chile y Estados Unidos se puedan reunir en alguna instancia como el foro de la APEP.
Triunfo de Trump y la Visa Waiver
Además, en Palacio entienden que Estados Unidos es el segundo socio comercial de Chile y que también estarán en juego materias migratorias importantes como la Visa Waiver, cuya continuidad ya ha sido puesta en duda por parte de parlamentarios republicanos del país norteamericano.
Y se advierte que una de las modificaciones habituales que ocurren cuando hay un cambio de mando en un gobierno extranjero es la renovación de embajadores. En ese sentido, aún está en veremos el futuro de la diplomática estadounidense Bernardette Meehan, quien, además, cuenta con un perfil mucho más progresista que otros de sus pares de Washington.
En Chile también ha sido tema la continuidad del embajador de Santiago en Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés (PS), quien, al igual que Boric, cuestionó públicamente en el pasado al Presidente electo Donald Trump.
“Trump es una encarnación de lo peor de la historia de los EE.UU. No es una aberración; menos aún una casualidad”, comentó en 2020 el excanciller.
Sin embargo, en Palacio han buscado instalar que todos los comentarios emitidos en el pasado representan una postura ideológica, factor que, plantean, queda fuera del análisis que se debe realizar para ponderar la relación entre dos Estados.
“No creo que las autoridades actuales, ni las nuevas, estén pendiente de lo que dijeron dirigentes de nuestro país hace años atrás. Lo que importa es la expresión que pueda tener ahora el gobierno de Chile”, dijo sobre el tema el canciller van Klaveren.
Desde el Partido Republicano chileno, sin embargo, solicitaron la remoción de Valdés, quien, además, participó de una convención demócrata en favor de Kamala Harris. “El embajador chileno debe cambiar, debe renunciar y debemos tener un nuevo embajador que sí tenga buenas relaciones con el Presidente electo. Lamentablemente, este Gobierno todavía no entiende que la política exterior es una política de Estado, no es algo para darse gustos personales”, comentó la diputada Catalina del Real.
La Moneda, no obstante, no tendría en sus planes la salida de Valdés, a quien respaldan por su amplia trayectoria en el mundo diplomático de Estados Unidos. De hecho, en el gobierno también destacan sus redes con el partido de Donald Trump. Uno de ellos es Roger Noriega, exsubsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental durante la Presidencia de George W. Bush.
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