El complejo desembarco de Adriana Delpiano en Defensa bajo la sombra de su subsecretario

La reemplazante de Maya Fernández es blanco de cuestionamientos. No solo por su poca experiencia en la materia, sino que también por llegar al ministerio sin un equipo y apoyada en el subsecretario de Defensa, Ricardo Montero (PS). Durante los últimos días, ha pedido consejos a personeros como Francisco Vidal. Además, suele conversar con Gabriel Gaspar.
Lleva apenas diez días a la cabeza del Ministerio de Defensa, y ya se han levantado cuestionamientos a su figura.
Desde el minuto uno, la llegada de Adriana Delpiano (Partido Por la Democracia) a la cartera, en reemplazo de Maya Fernández (Partido Socialista), dio de qué hablar. La trabajadora social recibió críticas el mismo 10 de marzo en que fue nombrada por no tener experiencia en la materia, en un período especialmente relevante para las Fuerzas Armadas, en consideración de que próximamente se nombrará a dos nuevos comandantes en jefe: de la Armada y del Ejército.
En su primera vocería tras asumir, la ministra intentó abrirse paso a esos cuestionamientos. “Mi contacto más directo con las Fuerzas Armadas ha sido a través de la Intendencia de la Región Metropolitana. También en el Ministerio de Bienes Nacionales, que por sus competencias tiene mucho que ver con cada una de las ramas de las Fuerzas Armadas”, justificó.
Las excusas no bastaron. En las comisiones de Defensa de la Cámara y el Senado existen voces que hacen ver que, si bien Fernández tampoco era una experta en la materia, sí logró validarse como secretaria de Estado. Eso es lo que, creen, hoy le pasa la cuenta a Delpiano, pues ven que el subsecretario Ricardo Montero (Defensa) ha aprovechado la inexperiencia de la ministra para extender su influencia.

Las mismas fuentes reconocen que les ha llamado la atención que Delpiano suela consultarle a él sobre el trabajo de la cartera. Que hoy las decisiones pasen también por Montero, cuentan las mismas fuentes, hace ruido entre las comandancias en jefe, acostumbradas a funcionar de forma jerárquica, directamente con la ministra.
No es un misterio que el personero PS era visto como un potencial secretario de Estado en caso de la salida de Fernández. Fue -de hecho- parte de las propuestas que hizo llegar su partido cuando la aún ministra evaluaba levantar una candidatura senatorial.
Delpiano -además- es cuestionada por la lenta conformación de su equipo. La ministra intentó designar como jefa de gabinete a la comunicadora audiovisual Viviana González, quien fue su directora de comunicaciones mientras se desempeñó como titular de Educación, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, sin embargo el estatuto administrativo propio de esa cartera impide nominar en cargos directivos a profesionales con menos de ocho semestres de estudios superiores . Por otra parte, se espera que el 1 de abril se concrete la llegada de la también exministra de Bachelet Paulina Saball (PPD) al equipo de Delpiano, como su jefa de gabinete. Pero aún están pendientes los nombres con experiencia en Defensa.
En esa línea, a los parlamentarios lamentaron la salida de Luis Correa como asesor, quien acompañó a la anterior ministra durante los tres años que estuvo en a la cabeza de la cartera y que presentó su renuncia tras la remoción de Fernández. Él fue jefe jurídico del Ministerio del Interior en el segundo gobierno de Bachelet. Es cercano a Mahmud Aleuy (PS), el subsecretario del Interior de esa administración.
Para asesorarse, desde que llegó al ministerio Delpiano ha mantenido contacto con exautoridades de la cartera. Ha conversado con el exministro de Defensa Francisco Vidal (PPD), con quien trabajaba en TVN hasta asumir su nuevo cargo el pasado 10 de marzo. Además, tiene una relación de amistad con el exsubsecretario de Defensa Gabriel Gaspar (PS). Ambos estuvieron exiliados en México durante la dictadura.

Gaspar cuenta que “tengo la mejor opinión de la ministra. No soy objetivo, porque soy amigo de ella”. Sin embargo, advirtió algunos temas a los que, a su criterio, hay que poner especial atención. Uno de ellos es la relación civil-militar. “En este campo, nos encontramos en uno de los puntos más bajos de los últimos 30 años entre relación de las Fuerzas Armadas y el poder político, lo cual no es exclusivo de este gobierno, ha venido acumulándose. Se expresa en el empleo que se ha recurrido de las Fuerzas Armadas en el último tiempo, que es tratar de inmiscuirlas en tareas de seguridad interior. Lo más evidente son los estados de excepción constitucional (...)”, planteó el exsubsecretario.
También advirtió que habría una “subordinación del Ministerio de Defensa al Ministerio del Interior, lo cual era muy evidente en la era Monsalve, puedo dar fe. En Defensa veíamos que no había claridad en la consigna, para qué se movilizan las tropas”.
A Delpiano también se le ha cuestionado al interior de la alianza de gobierno y en las filas militares hubo incomodidad por una entrevista que dio a TVN luego de asumir el cargo. En esa instancia se le preguntó si es partidaria de respaldar a Carolina Tohá (PPD) en las presidenciales, y ella respondió que “mi sueño dorado es que una persona de esa calidad pueda gobernar Chile”. Esto causó sorpresa puesto que existe una regla tácita entre los ministros de Defensa de no referirse a temas políticos debido a la naturaleza no deliberante de las Fuerzas Armadas.
En el PPD, por otra parte, el partido en que Delpiano milita, se mantiene una inquietud por haber quedado fuera del comité político de La Moneda tras la salida de Tohá. En ese entendido, hay quienes sugieren que Defensa podría pasar a integrar esa instancia. Y que, si no, sería necesario que se nombre a otro secretario de Estado de esta colectividad.
De todas formas, hay quienes desestiman cualquier tipo de cuestionamiento, en consideración de que Delpiano está recién llegada. “El ánimo y las voluntades deben estar puestas en poder sacar adelante los proyectos pendientes de discusión en la comisión. Las reglas del uso de la fuerza (...) ya las próximas semanas las tendremos de vuelta en la Cámara. Es un proyecto que debe tratarse con mucha seriedad pues de ello depende que las fuerzas armadas puedan participar de manera eficaz y efectiva en la protección de infraestructura crítica. Para eso tanto el Ejecutivo como el Parlamento deben estar con buena disposición al diálogo”, planteó el diputado Enrique Lee, presidente de la comisión de Defensa de la Cámara.
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