Luego de que la Cámara de Diputados y Diputadas rechazara la reforma de autopréstamo por 96 votos en contra, se vivió un momento de tensión al interior del hemiciclo de la Corporación.

El hecho ocurrió cuando el diputado Enrique Lee tomó la palabra en tiempo de incidentes para pronunciarse sobre la acusación que hay en su contra por acoso sexual y laboral a una funcionaria que trabajaba bajo su mando.

Lee solicitó el uso del artículo 33 del Reglamento con la finalidad de vindicarse al considerar que su reputación había sido dañada, algo que fue cuestionado por la diputada de Revolución Democrática (RD) Maite Orsini.

“Nosotros legislamos un Reglamento de acoso sexual para los funcionarios, funcionarias, trabajadores y trabajadoras de esta Cámara y la verdad es que esta solicitud del artículo 33 va en contra del protocolo de acoso sexual. Exponer en este hemiciclo de forma televisada a una funcionaria que está siguiendo el proceso es contrario al protocolo de acoso sexual que esta misma Cámara se dio para sus funcionarios y funcionarias”, argumentó Orsini, solicitando a la mesa directiva que revisara el protocolo.

Pese al reclamo de Orsini, se le otorgó a Lee la opción de hablar, cumpliendo con la exigencia de no individualizar a la persona denunciante.

Así, mientras el presidente de la Cámara de Diputados, Vlado Mirosevic (PL), explicaba esta disposición, fue interrumpido reiteradamente, por lo que reaccionó visiblemente ofuscado.

“Diputada, puedo terminar, le pido un poco de respeto, la llamo al orden por favor, tome asiento, de verdad. Yo creo que esta Cámara ha sobrepasado cualquier límite respecto a los respetos. Nosotros hemos sido ecuánimes, estamos poniendo el mismo criterio que hemos tenido durante 4 meses, si un caso específico requiere de cambiar ese criterio, muy bien, pero tiene que acordarlo la sala y alterar el orden de la sesión”, fue el llamado que hizo Mirosevic.

En la misma línea, el presidente de la testera volvió a reiterar su petición: “Les pido por favor respeto, porque de esta mesa solo encontrarán ecuanimidad aunque algunos intentan sacarnos de ese espacio. Y les pido por favor sean respetuosos, porque si no los voy a llamar al orden”, insistió molesto Mirosevic.

Tras la exposición de Lee, tomó la palabra el diputado cercano a Republicanos, Johannes Kaiser, quien solicitó una moción de censura para la mesa que encabeza Mirosevic.

La respuesta del diputado liberal fue tajante: “Lo que hemos vivido aquí en esta sala, con ataques persistentes, sistemáticos, agresivos en contra de esta mesa, está en vista y paciencia de quienes ven la televisión, el canal de la Cámara, pero además los medios de comunicación”.

“Usted está en todo su derecho –continuó Mirosevic– de presentar la censura, pero nosotros no vamos a cambiar de opinión respecto a lo que hemos dicho sobre el cambio de reglamento, aunque a ustedes les preocupe, enoje, vamos a seguir adelante y le pido que usted nos haga llegar esto por escrito”, solicitó el presidente de la Corporación.

La jornada no mejoró para el presidente de la Cámara Baja. A su regreso al hemiciclo tras el receso, en la testera lo esperaba el diputado independiente Gonzalo de la Carrera, quien le enrostró a su par el haber llegado tarde a la sesión especial para analizar las irregularidades durante la gestión del exalcalde Raúl Torrealba en Vitacura.

Con celular en mano, De La Carrera -que ya se ha visto envuelto en polémicas de esta naturaleza por adoptar conductas violentas con el resto de sus colegas- comenzó a grabar y a incomodar a Vlado Mirosevic mientras procedía a iniciar la sesión.

“Me parece el colmo que llegue atrasado, presidente”, le inquirió De La Carrera.

“Lo llamo al orden, diputado”, retrucó quien encabeza la Corporación.

Tras hacer caso omiso a las advertencias, Mirosevic decidió sancionar duramente al diputado independiente a través de una medida poco usada por los presidentes de la Cámara de Diputados. “Amonestación y censura, diputado. Se acabó esta falta de respeto. ¡Censura!”, subió el tono el legislador liberal.

Al ver que De La Carrera seguía rondando por la testera, Mirosevic aplicó una medida inédita hasta ahora en la Cámara de Diputados: “Privación del uso de la palabra, y voy a continuar”, le advirtió.