El nuevo mapa del poder en La Moneda

Los ministros Aysén Etcheberry Álvaro Elizalde en una sesion de la Camara de Diputados. Raul Zamora / Aton Chile

El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, deberá tomar las riendas de un equipo político debilitado tras la salida de Tohá, la ausencia de Vallejo -quien se encuentra de postnatal- y la inminente renuncia de Jara. Ello, en medio de una complejo escenario presidencial asociado a la negociación parlamentaria.


El próximo 30 de marzo Álvaro Elizalde (PS) sumará un cargo más a su largo y ascendente currículum político. Ese día, el Presidente Gabriel Boric iniciará una gira a la India, y el actual ministro del Interior y Seguridad Pública asumirá la vicepresidencia. Durante la primera semana de abril, será la máxima autoridad del país.

Este simple hecho, contemplado en la actual Constitución, confirma la apuesta que hizo Elizalde hace poco menos de dos años, cuando renunció al Senado para asumir como ministro secretario general de la Presidencia (Segpres), en reemplazo de su compañera de partido Ana Lya Uriarte, quien dimitió por problemas de salud.

El expresidente del PS por dos periodos fue visto en ese momento por el Frente Amplio como un invitado de piedra al núcleo político del gobierno. Pero, lentamente, fue consolidando su influencia y cercanía a Boric, quedando en la primera línea para ocupar el puesto que Carolina Tohá (PPD) dejó hace 19 días para iniciar una compleja aventura presidencial.

Ante la sorpresiva llegada de Elizalde a Palacio, aquel 19 de abril de 2023, varios analistas especularon con el hecho de que podría estar buscando ser candidato presidencial. Pero tempranamente el ministro entendió que no era su momento y apostó por un bajo perfil político y forjar una convivencia con las ministras de Apruebo Dignidad, con quienes no tenía una relación anterior. “Una de las claves del éxito de Álvaro es que conoce muy bien sus limitaciones”, señala un dirigente del PS.

Aunque el líder del “tercerismo” en el PS cuenta con experiencia en este y otros comités políticos (fue ministro vocero en Bachelet 2), ahora tiene un desafío mayor: tomar las riendas de un equipo político debilitado tras la salida de Tohá y la ausencia de Camila Vallejo -quien se encuentra de postnatal- y ganarse la confianza a ciegas que tenía Boric en ambas ministras. “Antes de tomar una decisión importante, el Presidente se reunía a solas con Tohá y luego, a solas, con Vallejo”, cuentan en Palacio.

A ello se suma la inminente renuncia de Jara, otra de las figuras de peso del equipo; el malestar del PPD, que tras la renuncia de Tohá quedó sin presencia en La Moneda ni en el equipo político, y el terremoto que hubo en el Segundo Piso, tras la brusca salida del jefe de asesores, Miguel Crispi (FA).

Ahora como jefe de gabinete, en el PS afirman que Elizalde tendrá la tarea de “aceitar” la máquina del gobierno en medio de un complejo escenario presidencial -donde la derecha es la favorita en las encuestas- y una negociación parlamentaria que muchos ven color hormiga. Y evitar que el Mandatario caiga en el síndrome del “pato cojo” (concepto creado en la política norteamericana para nominar a un presidente que está en la recta final de su mandato y comienza a perder autoridad e interés mediático ante el protagonismo de sus posibles reemplazantes).

Así se lo pidió expresamente la presidenta de su partido, Paulina Vodanovic, en el último comité político ampliado (ministros políticos y jefes de partido) realizado el 10 de marzo.

En esa oportunidad, la senadora le planteó que, al entregar el tema de seguridad el próximo 1 de abril (día en que entrará en funcionamiento el Ministerio de Seguridad Pública), él tenía la oportunidad de hacer que funcione bien la “columna vertebral” del Estado en todo el país, a través de las delegaciones presidenciales, jefaturas de servicios y seremías.

Pero el objetivo final de Elizalde y la alianza oficialista es dar vuelta el tablero electoral y lograr un gobierno de continuidad al actual, algo que hace un año atrás se veía casi imposible. Un rol parecido al que tuvo José Miguel Insulza en 1999, como ministro del Interior del Presidente Eduardo Frei, en la reñida elección presidencial entre Joaquín Lavín y Ricardo Lagos, en la que terminó imponiéndose este último en la segunda vuelta por un estrecho margen de votos.

“Soy un convencido de que la elección presidencial está abierta”, señaló Elizalde hace unas semanas en La Tercera Domingo.

Para ello contará con nuevas herramientas. A partir de abril, Interior quedará a cargo de la coordinación global del gobierno y división de coordinación interministerial de la Segpres y la división de Estudios de la Segpres pasarán a esta cartera.

Interior también tendrá a su cargo la relación con las colectividades del bloque, dejando más libre de esta tarea al nuevo jefe de asesores del Segundo Piso, el independiente Felipe Melo Rivara (43), quien llegó el pasado 10 de marzo a reemplazar a Crispi, quien conocía al dedillo la política interna de la coalición y se reunía semanalmente con los jefes de partidos.

Ahora, la principal tarea de Melo será la gestión del gobierno y dar más visibilidad a algunos ministerios que, según informes internos, tienen poca presencia en la agenda nacional y en los medios de comunicación.

El miércoles, el ingeniero civil industrial experto en políticas públicas, tuvo su debut público acompañando a Boric en una reunión del llamado gabinete Pro Crecimiento y Empleo, en La Moneda. Otra señal de cómo será su estilo es que hasta el viernes no se había comunicado con los presidentes de partidos de gobierno.

El triángulo socialista

Para llevar a cabo su tarea Elizalde cuenta con dos aliados: su par de Hacienda, Mario Marcel (cercano al PS y con quien tiene un vínculo de larga data), quien mantiene intacto su poder en el gabinete, y el actual subsecretario del Interior, Luis Cordero (también cercano al PS), el más probable próximo ministro de Seguridad Pública, quien tendrá la tarea de echar a andar la nueva cartera en medio de la grave crisis de seguridad que afecta al país y que parece imposible frenar.

“En privado, dicen que el PS tiene hoy más cargos que cuando estaba Bachelet en el gobierno”, advierte un dirigente oficialista.

Este eje socialista buscar dar garantías tanto al oficialismo como a la oposición y al mundo empresarial en la recta final del gobierno, señalan cercanos a Boric.

En esta línea de moderación se enmarcó la confirmación de Macarena Lobos (independiente cercana a la DC) como ministra de la Segpres, un puesto apetecido por el FA, que vio cómo se les escapaba de las manos. Aunque muchos señalan que el no haber sido designada inmediatamente tras la salida de Elizalde la debilitó, en el gabinete otras voces agregan que finalmente se impuso con el apoyo que le dio su anterior jefe y Marcel, además de la presión transversal que ejercieron parlamentarios de ambas cámaras.

El jueves, durante el acto de promulgación de la reforma previsional, la plana mayor del oficialismo dejó a un lado sus diferencias y se abrazaron, cantaron y bailaron. Dragomir Yankovic/Aton Chile

El contrapeso frenteamplista

En este escenario de cambios e incertezas, cercanos a Boric aseguran que sus principales orejeros siguen estando en el Frente Amplio y en su círculo cercano con el que llegó a La Moneda el 11 de marzo de 2022.

Así lo demuestran, varias de sus recientes decisiones -dicen- como la propuesta de nombrar a la abogada Antonia Rivas (FA) en reemplazo de Alfredo Joignant (PS) en el Consejo Directivo del Servel, lo que produjo la indignación de los senadores socialistas.

Las mismas fuentes agregan que el Jefe de Estado sigue en contacto permanente con Vallejo y con Giorgio Jackson (FA), quien está estudiando un doctorado en Sociología en España, tras sus fallidos pasos por la Segpres y el Ministerio de Desarrollo Social.

Pese a las distintas circunstancias, ambos compañeros de ruta siguen manteniendo intacta su relación de confianza con el Mandatario.

Distintas fuentes de Palacio indican también que la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Aisén Etcheverry (FA), ha ido ganando terreno progresivamente, desde que el 23 de diciembre de 2024 asumió la vocería de gobierno, en reemplazo de Vallejo.

La abogada, quien mañana cumple 45 años, es cercana a Jackson -con quien trabajó al inicio del gobierno como jefa de la división de Coordinación Interministerial de la Segpres-, habla varias veces al día con Boric y ha construido una buena relación con Elizalde, Cordero y su exjefa, Maca Lobos.

“Tiene algo muy bonito ser parte de un equipo donde una mujer puede ser ministra, tener una guagua y que entre todos apañemos, como tiene que ser, y que ella pueda volver a hacerse cargo de este, que es su ministerio”, señaló Etcheverry el viernes en Radio Concierto, buscando remarcar su lealtad a la expresidenta de la Fech.

La ministra de la Mujer, Antonia Orellana (FA), miembro del equipo político original, es considerada por todos como una pieza inamovible del gobierno, a pesar de que ha enfrentado varios casos que la han debilitado. Las mismas fuentes agregan que aquellos episodios le han hecho ser más ser más “flexible” y “amigable” con los dirigentes del Socialismo Democrático y que se adecuará a la jefatura de Elizalde.

Al preguntar con quién más habla hoy Boric a la hora de tomar definiciones políticas, también mencionan a la presidenta del FA, Constanza Martínez, y al grupo de alcaldes de su partido, los reelectos Tomás Vodanovic (Maipú), Macarena Ripamonti (Viña del Mar), Carla Antmann (Valdivia)_y el flamante edil de Peñalolén, Miguel Concha, a quienes estaría escuchando cada vez más, señalan fuentes cercanas al Presidente.

Muchos interpretaron como un gesto al joven edil de Peñalolén, al FA y, por supuesto, a Jara el masivo acto de promulgación de la reforma de pensiones realizado el jueves en esta comuna de la zona oriente de la capital, oportunidad en que Boric abrió los fuegos presidenciales criticando a Evelyn Matthei, la candidata mejor posicionada de la oposición.

El acto buscó dar una demostración de fuerza y unidad en el inicio de un año electoral. La imagen de Boric, Jara -quien se llevó todos los aplausos-, Elizalde, Marcel y el presidente del PC, Lautaro Carmona, entre otros, bailando al ritmo de la alegre cumbia Pedacito de mi vida, fue un bálsamo en medio de las tensiones presidenciales.

Pero más allá de los gestos, en el FA buscan que se les compense con cargos ante el poder actual con que cuenta el PS.

Esperan que el subsecretario del Interior que reemplazaría a Cordero sea alguien de sus filas. Y ante la inminente salida de Jara, el actual subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo (FA), sea nombrado ministro y así siga ocupando un asiento en el equipo político. El sociólogo frenteamplista, que sucedió en la presidencia de la Fech a Nicolás Grau en 2006. Sin embargo, dentro del Socialismo Democrático no lo ven como una figura con la experiencia suficiente para sumarse a un equipo político en transición. Los comunistas, en tanto, también reclamarán el derecho a seguir liderando el ministerio que tendrá la importante tarea de implementar la reforma previsional.

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