El round entre Chile Vamos y el Partido Republicano: escala una nueva batalla entre las derechas

Guillermo Ramírez y Arturo Squella

El debate por pensiones quebró la tregua entre ambas fuerzas del sector. El traspié de Guillermo Ramírez (UDI) generó la inmediata reacción de los republicanos y puso en una situación incómoda a la abanderada gremialista, Evelyn Matthei.


La segunda vuelta de gobernadores regionales marcó un paréntesis en las hostilidades entre Chile Vamos y el Partido Republicano. A propósito de los apoyos mutuos a las cartas del sector que se enfrentaban a candidatos oficialistas, esa fue la última vez en que hubo un alto al fuego entre el bloque y la colectividad. Pero la tregua terminó a inicios de esta semana.

Un traspié del timonel de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Guillermo Ramírez -a propósito de la reforma de pensiones- donde deslizó que un 0,5 puntos de la cotización adicional que se discute irían a un sistema de reparto para igualar ingresos entre hombres y mujeres, desató los cuestionamientos de los principales líderes del Partido Republicano.

“El único reparto -que nosotros lo votamos hace un año ya- que para nosotros es aceptable, es esa parte de la cotización que va a igualar pensión de hombres con mujeres (...). En la Cámara votamos a favor de un pequeño reparto que iguala las pensiones de hombres y mujeres, y ese es el reparto que nosotros consideramos que es justo: 0,5 puntos de cotización, de los 6 adicionales”, afirmó Ramírez en Agricultura.

Y aunque el diputado Ramírez reconoció un error conceptual al referirse a un “reparto” cuando quería señalar compensación -sin una fórmula definida aún para su financiamiento- entre cotizantes, el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, marcó una línea roja entre su colectividad y el bloque. “En menos de 15 días, restituyen presupuesto al INDH, crean un nuevo ministerio y entregan parte de la cotización de todos los trabajadores a un sistema de reparto. ¿Todavía hay quienes se preguntan por qué es importante que los republicanos estemos en primera vuelta?”, afirmó a través de X.

ARTURO SQUELLA

La disputa por pensiones no ha cesado tras la aclaración de Ramírez. Squella publicó una dura columna en la edición de este jueves de El Mercurio. Y es que, en parte, la declaración del timonel UDI más allá de su error, hizo notorios los acercamientos de los senadores Rodrigo Galilea, Juan Antonio Coloma y Luciano Cruz-Coke (de la comisión de Trabajo y Previsión Social) con el Ejecutivo.

“Algunos llegan a acuerdos con la izquierda porque sus convicciones son débiles y, en ciertos casos, francamente son de izquierda. Otros en cambio no resisten el asedio de lo políticamente correcto y se entusiasman en aparecer llegando a acuerdos, sin importar su contenido, frente a los medios de comunicación o buena parte de la élite (...). Sin embargo, el caso más inexplicable es el de los que caen en la trampa de los líderes de izquierda, que les ofrecen ‘cerrar de una vez por todas los temas’, para que en un futuro gobierno puedan ‘gobernar tranquilos’, como si no se hubiera demostrado que para ellos esto será un primer paso sobre el que volverán una y otra vez para avanzar en sus objetivos. ¿Cuántas veces se ha ‘cerrado’ el tema tributario, laboral o el debate constitucional?”, advirtió el timonel republicano.

El duelo “ideológico” entre las derechas no es nuevo, pero hoy tiene su revival ad portas de un año de elecciones presidenciales. Y así lo miran particularmente en la UDI. La alusión a “cerrar el tema” de pensiones para “gobernar tranquilos” apunta directamente a la abanderada de la colectividad, Evelyn Matthei -quien quedó en una incómoda situación y ha preferido guardar silencio-, y así lo hizo saber José Antonio Kast en declaraciones a inicios de esta semana.

Así, en el gremialismo afirman que la hostilidad republicana en torno a pensiones tiene como telón de fondo la idea de una primaria amplia que se ha empujado desde Chile Vamos.

¿La razón? Reafirmar su diferenciación del bloque y así desechar la idea frente al votante de derecha que -según estiman en la UDI- apuesta por una candidatura de unidad. En todo caso, y en su relación con el gobierno, algunos afirman que el “traspié” de Ramírez sirvió para que el Ejecutivo comprenda que los acercamientos en el Senado son genuinos y que las concesiones que se han hecho en el tema tienen un costo político para ellos.

Desde RN, Diego Schalper en Tele13 Radio afirmó que “¿por qué el presidente de Republicanos dedica energía en publicar una columna, cuando tenemos que apostar por la unidad de la oposición? Uno dice por qué toma la iniciativa y hace una columna que lo que busca claramente es pelear con parte de la oposición (...). Republicanos está bajo, lo que yo llamo, el síndrome de Johannes Kaiser”.

En RN, por ejemplo, Galilea ha defendido que “vamos a mantener nuestra vocación de partido serio, moderado, que busca tender puentes y que dentro de esa predisposición quiere hacer buenas políticas públicas”. La lectura en dicha colectividad es que los últimos resultados electorales, reafirman la voluntad de la ciudadanía de una oposición más prudente, menos vociferante y que dialogue con quien esté en el poder.

Y que si eso hasta hasta hace algunos meses estaba en cuestión por el resultado apabullante de republicanos en el Consejo Constitucional, y con los vaivenes de la política desde las protestas de 2019, las mediciones internas y electorales muestran que la radicalidad hoy no es el valor más valorado en el país.

Desde la escisión de José Antonio Kast de la UDI, la frontera entre uno y otro proyecto político se ha marcado. Los republicanos, cuando apenas se constituían como colectividad en 2019, rechazaron -por ejemplo- la firma de Chile Vamos en el Acuerdo por la Paz y una nueva Constitución.

“Es el instrumento que ha permitido convertir a Chile en el país más exitoso de Latinoamérica”, decían en ese entonces sobre la Carta Magna de 1980. “Una nueva Constitución, redactada al alero de los abusos de la violencia callejera, por los mismos políticos que no han sabido defender a los chilenos en los últimos 20 años, no será más que una falsa promesa”, declararon en ese momento.

Tras el primer proceso constituyente fallido, y el segundo acuerdo político que viabilizó un nuevo órgano constituyente con “bases” y una comisión experta con la firma de Chile Vamos, también recibieron críticas.

Pero los acercamientos con el gobierno tampoco generan consenso pleno dentro de Chile Vamos. O, al menos, entre quienes han sido colaboradores de los gobiernos del bloque. Marcela Cubillos, excandidata a alcaldesa de Las Condes, también mostró su distancia a los diálogos entre el Senado y el Ejecutivo. También lo hizo el exministro de Educación, Gerardo Varela.

Y entre los diputados de Chile Vamos, que hasta ahora habían estado más ajenos a la discusión en el Senado sobre pensiones, también hay reparos. Sobre todo luego de que el senador Coloma blindara, de cierta forma, a Ramírez, y defendiera un posible acuerdo.

“Tenemos ocho puntos que ya están definidos: cómo enfrentar las lagunas previsionales, cómo enfrentar las cobranzas judiciales, cómo reemplazar los fondos, los multifondos por fondos generacionales (...), todo lo cual ayuda a tener unas mejores pensiones. Pero con la misma claridad, hemos llegado a los otros temas que tienen que ver mucho más con el tema del 6%. Y desde mi perspectiva en forma personal, yo también quiero ser claro, a mí me parece justo que un hombre y una mujer de la misma edad, imaginemos 65 años, con el mismo ahorro, tengan la misma jubilación. Quiero dejar claro que eso no es así hoy día”, señaló.

Diputados como Cristián Labbé (UDI) han adelantado que “una cosa es lo que el Senado esté fraguando, pero el tema va a volver igual a la Cámara de Diputados. Y en eso voy a ser claro y categórico, aunque sea el único que vote contra: el 6% no está a la venta. La equidad de hombres y mujeres tiene que ser, pero tiene que ser con impuestos generales”. Labbé advierte no ser el único.

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