Ernesto Silva, expresidente UDI: "Pasamos de la lógica de la cocina a una incapacidad de llegar a acuerdos"
Exdiputado critica lo que ocurrió con el debate del salario mínimo, que, a su juicio, es un anticipo de lo que el gobierno puede enfrentar al tramitar la reforma tributaria y otras iniciativas en el Congreso.
Desde el verano de California, Estados Unidos, donde vive con su familia desde hace nueve meses, el expresidente de la UDI y exdiputado Ernesto Silva deja de lado por un momento sus labores como investigador de The Hoover Institution, centro de estudios de la Universidad de Stanford, para abordar el debate político nacional y hacer un llamado a la construcción de liderazgos capaces de articular acuerdos, algo que -en su opinión- determinará la suerte tanto de iniciativas de ley del gobierno como del futuro de coaliciones y proyectos políticos.
La discusión por el salario mínimo marcó un hito en la relación entre el gobierno y la oposición. ¿Cómo espera que, en adelante, se dé esa relación?
Es preocupante cuando uno observa un Congreso incapaz de producir acuerdos y es malo para el país cuando priman las posiciones polarizadas. Hoy veo mucho parlamentario, pero poco liderazgo, y la dinámica del rechazo esconde esa falta de liderazgo en la centroizquierda.
El problema fue, a su juicio, la falta de liderazgos en la oposición…
Si no es capaz de liderar acuerdos, se va transformar en irrelevante, y si no se adapta, va a perder poder e influencia. Las dinámicas políticas se han dedicado a criticar todo lo que existió antes, pero digamos la verdad: pasamos de la lógica de la cocina a una incapacidad del Congreso de llegar a acuerdos. ¿No podremos construir, al menos, algo intermedio?
¿Es el Congreso o es la oposición?
La mayoría del Congreso la tiene la oposición. En todos los sectores hay liderazgos que aspiran a ser presidenciables, pero no ejercen ese liderazgo en el Congreso. Por ejemplo, veo que Carlos Montes o Ricardo Lagos Weber tienen la oportunidad de ejercer un liderazgo constructivo, de lo contrario, es muy difícil aspirar a liderazgos presidenciales. Esta dinámica hace que la ciudadanía mire más a los alcaldes, a los ministros o a los expresidentes para buscar figuras presidenciales y liderazgos que se proyecten.
¿Esto es lo que impidió un acuerdo en salario mínimo?
Es complicado que un sector del Congreso sienta que puede incumplir un acuerdo. Yo no creo que los diputados que negociaron con el gobierno hayan incumplido su palabra, sino que no tuvieron la fuerza y el liderazgo para mantener lo acordado.
¿Esto representa una dificultad adicional para el gobierno, porque su apreciación es que hoy no existe un interlocutor con quien buscar esos acuerdos?
Creo que hay una oportunidad. La tensión en la ex Nueva Mayoría está en liderar o rendirse. ¿Y por qué digo eso? Porque el Frente Amplio parece que ya le ha tomado el pulso a la ex Nueva Mayoría, sabe dónde apretarla. Incluso, no descarto que, a lo largo de los siguientes meses, el gobierno deba explorar más conversaciones con el Frente Amplio.
Bajo ese escenario, ¿cómo debe negociar el gobierno de cara a la reforma tributaria?
Esta es una reforma que más allá de los aspectos técnicos, es bastante simple, que transparenta lo que el gobierno planteó desde el programa. A mí me hubiera gustado incluso más audacia en proponer una rebaja al impuesto corporativo, porque hay un amplio consenso técnico en que eso colaboraría a estimular la inversión y el crecimiento. Lo que corresponde ahora es que eso se pueda negociar, debatir y trabajar en el Congreso. El gobierno siempre tiene que trabajar para articular acuerdos, quizás no necesariamente con todos. Y la ex Nueva Mayoría tiene un dilema, dada la existencia del Frente Amplio: o lidera o se rinde, no hay punto intermedio. Lo que viene ahora con la reforma tributaria y las siguientes reformas va a ser un indicador y nos va a dar luces si es que la ex Nueva Mayoría va a liderar o si se va rendir.
¿Se condice esta reforma con lo que planteó Sebastián Piñera siendo candidato?
Sí, en términos de retomar crecimiento, simplificar un sistema que estaba generando mucha complejidad y mantener la recaudación fiscal. Me hubiera gustado que incluyera una rebaja al impuesto corporativo; hubiera sido un tema de negociación y dificultad en el Congreso, pero creo que el gobierno podría haberlo presentado para explicar sus ideas y convicciones.
¿En qué aspectos podría ceder el gobierno para facilitar la aprobación de la modernización tributaria?
Antes de hablar los aspectos de negociación, tiene que haber alguien dispuesto a construir. Más allá de eso, no creo que vayan a ser materia de negociación las medidas que contribuyan a retomar el crecimiento y simplificar el sistema tributario; las formas de mantener la neutralidad en la recaudación pueden ser aspecto de debate y discusión.
En estos meses de gobierno, ¿usted ha visto que el Presidente Piñera está gobernando con ideas de derecha o no?
El gobierno tiene un foco principal en este primer año que es retomar el crecimiento y la creación de empleos, que fue el motivo principal por el que los chilenos mayoritariamente lo eligieron. Sé que tiene conciencia de que ha contado con la paciencia del electorado de derecha y, por eso, que esta reforma tributaria y las reformas que vengan reflejen fielmente el programa de gobierno y el ideario del sector es muy importante.
Pero la paciencia se termina. ¿Ve riesgos de que la aprobación que hay actualmente siga decayendo?
Soy optimista. Este es un gobierno que ha mostrado una característica política diferente: está pudiendo tener una lectura del escenario político que se vive e, incluso, es capaz de corregir, asumir los costos de errores y seguir adelante con su plan. En ese sentido, la presentación de la reforma tributaria espero que anticipe un gobierno con ideas audaces en las reformas que va a plantear hacia el futuro.
Con estos debates, Piñera se juega parte importante de su capital político, asociado fuertemente a su capacidad en materia económica. ¿Cuánto arriesga el Presidente?
El gobierno ha demostrado capacidad de mostrar sus planteamientos y tener flexibilidad. Hoy el peso de la prueba está en el Congreso, porque tenemos que ver si existen los liderazgos capaces de articular y conducir en momentos de dificultad. El gobierno tiene un compromiso con la ciudadanía, que es hacer todo lo que esté a su alcance para retomar el Chile que crece, genera empleo y se proyecta hacia el futuro. Dentro de lo que está a su alcance, lo está haciendo bien, y espero que, con más audacia aún, lo siga haciendo.
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