“¿Está don Guillermo?” y la entrada por la cocina: lo que no se vio de la hermética reunión en la que se selló el acuerdo oficialista
En el encuentro del miércoles pasado, la presencia del presidente del PC fue un misterio durante casi toda la jornada. La cita, realizada en el comedor de la Presidencia del Senado, trató de mantenerse literalmente "a puertas cerradas". Incluso, algunos participantes tuvieron que ingresar por la cocina, a través de una puerta de servicio, porque la entrada principal del comedor estaba con cerrojo.
“¿Está don Guillermo Teiller?” era la pregunta que el pasado miércoles en la tarde se repetía por los periodistas a los dirigentes políticos del oficialismo que entraban y salían del comedor de la Presidencia del Senado.
El misterio por la presencia del timonel del PC, que nadie quería confirmar ni desmentir, se despejó pasadas las 19.30 horas cuando el mismo Teillier subió las escaleras para sumarse a la conversaciones que se estaban realizando en el cuarto piso de la corporación.
En esas dependencias -donde pasadas las 23.00 se cerró el acuerdo del oficialismo para impulsar ajustes y precisiones a la propuesta de la Convención Constitucional si triunfa el Apruebo- los presidentes y representantes de casi todos los partidos de gobierno sostuvieron una reunión que trató de manejarse en forma secreta y que se prolongó por más de 8 horas.
Prueba del hermetismo es que la puerta principal estaba cerrada con cerrojo y algunos asistentes tuvieron que entrar por la cocina contigua al comedor, a través de una puerta de servicio. Además, ciertos dirigentes políticos que ingresaron al salón se excusaron de precisar quiénes estaban participando de la cita, ya sea presencial o en forma telemática.
De hecho, al sumarse a las conversaciones en el comedor del Senado, la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, quien fue una de las pocas que transparentó su agenda de encuentros en el Congreso (donde primero almorzó con los diputados y luego se reunió con los senadores de su partido), prefirió no detallar quiénes serían sus interlocutores. Algunos de ellos habían llegado minutos antes, después del almuerzo, por lo que no alcanzaron a ser advertidos por la prensa.
-¿Se va a reunir con el presidente del PC?- le preguntó una periodista a Vodanovic mientras se dirigía al salón donde estaban reunidos los negociadores del acuerdo.
-Eh, no sé- respondió la presidenta socialista.
-Es que dicen que (Teillier) está en el Congreso- le replicó la periodista.
-Ah. No sabía. Yo he estado encerrada aquí (en una oficina contigua donde se juntó con los senadores del PS)- contestó Vodanovic.
El senador comunista Daniel Núñez, en tanto, quien se sumó por unos minutos a la reunión, pero después salió, también fue consultado si el presidente de su colectividad participaría de las negociaciones. No quiso confirmar ni descartar.
Por su parte, igualmente fue consultado, el presidente y senador de RD, Juan Ignacio Latorre, quien sí estuvo todo el tiempo en la reunión en el comedor. Tampoco quiso revelar con quién se reuniría.
Igual de hermético entró y salió el jefe de senadores socialistas, José Miguel Insulza.
Sin embargo, pasado el almuerzo, entre diputados y senadores del oficialismo ya se manejaba la información de que los jefes partidarios, entre ellos Teillier, se congregarían para afinar el acuerdo, que el gobierno había pedido cerrar esta semana.
Además de Latorre, Vodanovic y Teiller, en las negociaciones participó el diputado de Convergencia Social Diego Ibáñez y el presidente del Partido Liberal, Patricio Morales. La presencia de ambos se confirmó solo por casualidades. Ibañez salió al baño, mientras que Morales por un compromiso familiar en Santiago tuvo abandonar la cita a las 22:39.
“Me tengo que ir, me tengo que ir a Santiago”, fueron algunas de las pocas palabras del presidente del Partido Liberal ante el asedio periodístico. Él tampoco quiso hablar de quienes estaban en la reunión.
En la tarde, el presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), quien fue el que facilitó el lugar del encuentro, subió al cuarto piso para “saludar”, según dijo, a los presentes en la reunión. En vista de que la entrada principal del comedor estaba cerrada, se dirigió hasta la cocina para ingresar por la puerta de servicio. Pero al ver que los camarógrafos y los fotógrafos lo siguieron, se arrepintió y se devolvió. Una imagen suya ingresando por la cocina, podría haber sido mal interpretada y mal usada.
En ese instante, se contactó con la presidenta del PS quien le abrió la puerta principal. Esa breve apertura fue uno de los pocos momentos en que camarógrafos pudieron obtener imágenes de la reunión desde el pasillo.
En la noche, a los negociadores, quienes eran atendidos por un garzón del Senado, se les sirvió sopa.
Pasadas las 22 horas, el secretario del Senado, Raúl Guzmán, también llegó y sorpresivamente estuvo cerca de media hora dentro del comedor, donde estaban los negociadores. ¿La razón? Los asistentes querían saber si podía facilitarles el jueves un espacio del Senado en Santiago para poder realizar la ceremonia de presentación del acuerdo (que finalmente se realizó en la Biblioteca del Congreso). La respuesta de Guzmán es que a esa era una materia que debían resolver los comités y a esa hora ya era difícil de decidir.
Finalmente, tras un punto de prensa, los representantes de partidos volvieron a la reunión, que terminó pasada la medianoche.
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