Gabriel Boric, diputado de Convergencia Social: “Me sorprende este ánimo del gobierno de desprestigiar al Parlamento"
El parlamentario afirma que el Presidente Sebastián Piñera tiene un “ánimo excesivo de protagonismo personal”. Además, señala que el Mandatario vio la crisis sanitaria como “una oportunidad para redimirse”, pero que no ha logrado ser una “figura unitaria”.
Hace ya unas semanas que el diputado de Convergencia Social, Gabriel Boric, decidió no volver a viajar a Punta Arenas para, entre otras razones, no exponer a sus padres al contagio del Covid-19. Justamente Magallanes –zona donde está el distrito que él representa en el Congreso- es una de las regiones que registra una de las mayores tasas de contagios en el país y donde, según Boric, el gobierno ha tenido respuestas “tardías”.
En ese sentido, el frenteamplista critica algunos puntos de la gestión política que ha tenido el Ejecutivo en la materia y asegura que tanto el ministro de Salud, Jaime Mañalich, como el Presidente Sebastián Piñera, parecieran estar “empeñados en una disputa permanente con el Parlamento”.
¿Qué le pareció la visita del Presidente Piñera a Plaza Italia?
Es una provocación, una frivolidad, es un poco ridículo, de muy mal gusto y demuestra que es una persona que no está a la altura de las circunstancias que nos ha tocado enfrentar como país. Eso es lamentable, porque independiente de quién sea el Presidente, en una circunstancia como esta, uno esperaría que actúe tratando de generar unidad y con altura de miras y ese acto claramente demuestra que no es consciente de esa responsabilidad. El Presidente pareciera ser una persona que no escucha a nadie y tiene un ánimo excesivo de protagonismo personal que dificulta las soluciones.
Algunos han dicho que él no es un “factor de unidad” ¿Lo comparte?
Uno de los problemas del Presidente Piñera es que él venía ya muy profundamente cuestionado de manera transversal por la sociedad chilena y pareciera que el Presidente vio en esta crisis una oportunidad para redimirse, pero su visión de redención es a partir del excesivo protagonismo personal y él no es una figura unitaria hoy.
Pero, pese a eso, el Presidente sí está logrando subir en las encuestas. ¿Cómo lee eso?
En una circunstancia como la que estamos pasando en dónde estamos ante una crisis cuyas causas son exógenas es entendible y esperable que recupere parte del apoyo perdido, en particular, me imagino, dentro del mismo sector que lo apoyó en un comienzo. Pese a eso sigue siendo muy bajo, pero no creo que haya que vanagloriarse ni sacar cuentas muy alegres a partir de esto.
Esta semana el Senado aprobó en general el proyecto que rebaja la dieta parlamentaria. Algunos diputados acusaron que se estaba dilatando el trámite porque se abrió un periodo de indicaciones. ¿Lo comparte?
Esto lo presentamos hace seis años y ha enfrentado diferentes obstáculos. Nosotros insistimos año a año en que se tramitara y costó muchísimo porque había mucha resistencia de los parlamentarios. De hecho, en la tramitación que se dio en la Cámara de Diputados hubo una intención de dificultar el proyecto al incluir a todos los cargos de la administración pública, siendo que nosotros lo habíamos presentado originalmente para parlamentarios, ministros y subsecretarios. Entonces, el Senado también se resiste al proyecto y, por otra parte, dice que tienen que presentar indicaciones porque lo que salió de la Cámara tiene muchos problemas y, efectivamente pueden presentar indicaciones, pero no pueden seguir dilatando al nivel que lo han hecho.
Justamente algunos senadores, como Juan Ignacio Latorre (RD), advirtieron que habría que "acotar" el proyecto. ¿Eso entonces sería positivo o un retroceso?
Estoy de acuerdo que se simplifique y podemos tener una discusión más de largo plazo respecto de los sueldos de la administración pública, pero ahora eso no puede ser una excusa para que el proyecto no salga. Entonces, si la simplificación del mismo implica que sea solo para parlamentarios, ministros y subsecretarios, estoy totalmente de acuerdo.
“Por parte de la DC sería ideal un gesto de mayor transversalidad (...) en el sentido de que no sea Silber la carta”.
Hay sectores del FA que se resisten respecto de que sea Gabriel Silber la carta de la DC para presidir la Cámara de diputados, votación que harán este martes. ¿La DC debe proponer a otra persona?
En esto no es solamente la mesa de la Cámara, sino que también las presidencias de todas las comisiones y, por lo tanto, la dicotomía a la que nos enfrentamos es si es que el presidente va a ser Gabriel Silber o alguien de la UDI. En ese escenario, debemos tener una cuota de pragmatismo para tomar una decisión. A mí la figura de Silber me parece que no es la mejor, además no está claro, y ellos mismos lo saben, que cuente con los votos necesarios y, por lo tanto, por parte de la DC sería ideal un gesto de mayor transversalidad, pero yo voy a respetar el acuerdo.
¿Qué sería un “gesto de mayor transversalidad”?
En el sentido de que no sea Silber la carta. Es una mala idea por parte de la DC, pero yo cumplo los acuerdos a los que me comprometo.
Pero a usted le toca presidir la Comisión de Constitución y al FA otras como Salud. ¿Llama a sus compañeros a cumplir su palabra también?
Eso tiene que ser una decisión colectiva como FA y en esto hay que actuar ordenados y no según criterios individuales.
En otro tema, respecto del coronavirus, ¿cómo evalúa la gestión del gobierno?
Hay dos dimensiones para evaluar, una es la sanitaria y la otra es la económica laboral, que tiene criterios mucho más políticos. Yo parto de la base que no soy un experto en materia sanitaria y, por lo tanto, me remito a lo que ha planteado el Colegio Médico y los diferentes gremios de la salud en esto. Fue una buena decisión el haber generado la mesa social de la salud y que las decisiones sean más transversales y no solamente de un gobierno que venía con muchos cuestionamientos. Ahora, en el caso de Magallanes se está viviendo una situación bien crítica donde se han tomado decisiones tardías y ahí tanto el gobierno regional como el nacional han estado al debe.
¿Le da confianza la figura del ministro de Salud, Jaime Mañalich para enfrentar la crisis?
En el manejo sanitario se ha ido de menos a más y el principal elemento que permitió una mejor comunicación y un mejor control fue la instalación de la mesa social, a la que ojalá se incluyan los otros gremios de la salud. Dicho esto, el ministro Mañalich comete dos errores que son totalmente evitables, uno es entrar en polémicas innecesarias, que no le corresponden y que solamente enredan el panorama, como las que ha tenido con los alcaldes o con infectólogos. Y, por otro lado, el ministro trata de actuar como un cortafuego para el Presidente y al Presidente se le hace bastante difícil. Además, está apostando demasiado alto en el sentido de que responde con arrogancia a cuestiones que hoy, dada la incertidumbre de la crisis, sería mucho mejor tener un tono seguro, pero de más humildad.
Hace unos días él dijo que temía que lo acusaran constitucionalmente por “comprar demasiados ventiladores”. ¿Ve soberbia en el ministro?
Quien está a cargo de una crisis de esta magnitud debiera ser una figura que convoque unitariamente y lo que hace es permanentemente estar peleándose con diferentes actores. Entonces, el gobierno parece estar empeñado en una disputa permanente con el parlamento y esto no es solamente el ministro Mañalich, sino también el Presidente. Me sorprende este ánimo del gobierno de desprestigiar al parlamento como institución y no a parlamentarios en particular, pero eso es algo que no es solamente del Ejecutivo, sino que de parlamentarios de derecha como Luciano Cruz-Coke o Felipe Kast que terminan diciendo que la oposición es mezquina y frívola. El parlamento tiene un rol que jugar en esto y eso es tremendamente importante que el gobierno lo entienda.
Y más allá de la ironía del ministro, ¿se debe evaluar una acusación?
No, no es momento para hablar de acusaciones constitucionales.
¿Y cómo ha visto a su sector enfrentar la crisis?
Me refiero en particular al FA. Ha habido una vocación por presentar propuestas, pero desgraciadamente las polémicas tienen más rating. Hace dos semanas presentamos un documento con 36 propuestas en materia sanitaria, laboral y económica y hemos presentado una serie de proyectos de ley, pero cuesta mucho. Si no hay una articulación más amplia, no solo de la oposición, sino que también con sectores académicos o gremios, es muy difícil incidir. Un error que se ha cometido es el exceso de iniciativas individuales y tener poca capacidad de coordinación, no sólo con el gobierno, sino con la sociedad en el momento que estamos viviendo.
¿Pero cómo evalúa al Congreso? Ha habido iniciativas como la del permiso de circulación que obligaron al ingreso de un veto presidencial…
El Congreso ha actuado en general con un ánimo colaborativo y para perfeccionar los proyectos que en su mayoría son iniciativa del Ejecutivo. Respecto a la polémica del permiso de circulación, la principal responsabilidad, y que se le expresó de manera explícita al Ejecutivo, era que nosotros no podríamos haberlo mejorado porque no tenemos las atribuciones para presentar modificaciones en el tema de los intereses. Entonces es más bien un artilugio comunicacional para desprestigiar al parlamento entre la alcaldesa Evelyn Matthei y el Ejecutivo.
“Evidentemente (la agenda social) va a tener que adecuarse a las condiciones económicas que tenga el país y el mundo a propósito de la pandemia”
Previo al coronavirus, el FA estaba impulsando una acusación en contra del ministro Gonzalo Blumel. ¿Se reactivará?
Nosotros desde Convergencia Social y el FA vamos a seguir abogando por justicia y porque no haya impunidad. Ahora, dado el contexto actual me parece que no es el momento de hablar ni de enrarecer más el ambiente con una discusión sobre acusaciones y habrá que verlo cuando esté controlada la emergencia sanitaria.
¿Pero en sí no está desechada?
Mientras dure la emergencia sanitaria no es momento de discutirlo.
¿Teme que la agenda social post estallido se pierda?
No. La mayoría de la gente que se movilizó y que respaldó el movimiento social y las protestas, tiene claro que los problemas de la desigualdad en Chile siguen ahí y, por lo tanto, es necesario abordarlos con mucha decisión. Y frente a las voces de sectores conversadores o de derecha que dicen que el plebiscito no se realice les digo de manera clara y categórica que eso no es posible. Evidentemente esto va a tener que adecuarse a las condiciones económicas que tenga el país y el mundo a propósito de la pandemia, pero eso no significa que dejemos de hacernos cargo de los problemas que estábamos enfrentándonos antes del coronavirus. nosotros desde el FA no lo vamos a permitir.
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