Gobierno no logra revertir desmarque oficialista y sufre histórica derrota en la Cámara
Trece diputados de Chile Vamos votaron a favor de la reforma promovida por la oposición, mientras que otros 30 -además del independiente Pepe Auth- se abstuvieron. El hito profundizó aún más la crisis que atraviesa el oficialismo.
Un quiebre con consecuencias insospechadas en la gobernabilidad de la coalición. Esa fue la advertencia que hizo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, a los parlamentarios de Chile Vamos. El jefe de gabinete aludía a los efectos que tendría el que diputados de sus propias filas se desmarcaran de la postura fijada por La Moneda y respaldaran el proyecto que permite a los cotizantes, por una vez, retirar hasta el 10% de sus fondos de AFP.
La dramática lectura del secretario de Estado se daba a solo minutos de que la sala de la Cámara de Diputados comenzara una jornada clave para el futuro de la moción opositora. Sin embargo, y pese a las intensas gestiones que hizo el comité político hasta último minuto para evitarlo, la iniciativa fue aprobada en general por 95 votos a favor -13 de los cuales correspondieron a diputados oficialistas, quienes permitieron superar el quórum de 3/5 que se requería-, 25 en contra y 31 abstenciones.
Los respaldos de Chile Vamos provinieron principalmente de RN. De esa bancada nueve diputados votaron a favor, mientras que otros 19 se abstuvieron. En tanto, en la UDI hubo cuatro respaldos y 10 abstenciones. En Evópoli, el único que se desmarcó fue Sebastián Álvarez, quien se abstuvo. Por otro lado, en la oposición el único que no votó alineado fue el independiente Pepe Auth, quien también se abstuvo.
En la UDI los diputados que votaron a favor fueron Pedro Álvarez Salamanca, Celso Morales, Christián Moreira y Virgina Troncoso, mientras que en RN los que apoyaron fueron Andrés Celis, Eduardo Durán, Ramón Galleguillos, Aracely Leuquén, Miguel Mellado, Erika Olivera, Pablo Prieto, Hugo Rey y Leonidas Romero.
El masivo desmarque oficialista terminó propinándole una derrota ideológica e histórica al gobierno del Presidente Sebastián Piñera, en uno de los momentos más complejos de su administración. Asimismo, el revés del Ejecutivo dejó aún más en evidencia la profunda crisis que vive la coalición, desde donde han acusado a La Moneda de una “falta de conducción política”.
En el oficialismo resentían el hecho de tener que asumir una vez más el costo político ante la ciudadanía, en una iniciativa altamente valorada por la opinión pública, por los “errores” que, dicen, ha cometido el Ejecutivo para enfrentar una serie de debates en el último tiempo.
En Palacio admitían que lo ocurrido en la Cámara Baja implica una compleja derrota para el comité político que asumió a inicios de junio, aunque -de todas formas- recalcaban que la apuesta del La Moneda será revertir el avance de la iniciativa una vez que llegue al Senado. Ahí el gobierno podría enfrentar un escenario algo más favorable, dado que las bancadas oficialistas han actuado la mayor parte de esta administración alineadas con el Ejecutivo. Sin embargo, en dicha corporación la oposición requeriría (de actuar unida) de solo dos apoyos de Chile Vamos para alcanzar el quórum de 26 votos, y no descartan que figuras como Manuel José Ossandón o Carmen Gloria Aravena puedan sumarse detrás del retiro de fondos. Con todo, en lo inmediato, al haber sido objeto de indicaciones, el proyecto volvió ayer la Comisión de Constitución de la Cámara Baja.
Las jugadas de La Moneda
Las gestiones de Blumel -a las que se sumaron Claudio Alvarado (Segpres) y Cristián Monckeberg (Desarrollo Social)- para desactivar la inminente derrota habían comenzado varias horas antes de la votación.
Ante la posibilidad cierta de un revés que podría profundizar aún más la crisis que vive el sector, reconocían en Palacio, los ministros se habían desplegado en la jornada previa, con el objetivo de evitar que los parlamentarios que se habían mostrado abiertos a legislar la iniciativa concretaran ese respaldo.
Según reconocían en Chile Vamos, lo que estaba detrás de la presión de al menos 17 diputados de la UDI y RN -que deslizaron su apertura a apoyar el proyecto- era una crítica de fondo al plan de clase media anunciado el domingo por el Mandatario.
Así, en un tenso tira y afloja, esas bancadas negociaron durante toda la jornada un paquete de nuevas medidas para ese sector, a cambio de que las bancadas votaran alineadas en la sala. Sin embargo, los esfuerzos de los ministros no fueron suficientes para evitar que sus parlamentarios le dieran un triunfo a la oposición.
El resultado sorprendió a varios en Chile Vamos, precisamente, porque figuras que se habían mostrado abiertas a legislar en la materia valoraron en la sala las nuevas propuestas que hizo el Ejecutivo. Ese fue el caso del presidente de RN, Mario Desbordes, quien se abstuvo en la votación y destacó que siempre había dicho que el retiro de fondos era algo que debía evaluarse como “última opción” y que, ante las nuevas propuestas del gobierno, que contemplaban transferencias directas sin afectar los ahorros previsionales, optaba por esa vía.
En la misma línea, desde la UDI destacaron la apertura del Ejecutivo a acoger una solicitud que había hecho esa colectividad y que era clave para que su bancada se ordenara: un Ingreso Familiar de Emergencia para la clase media. No obstante, nada de eso logró evitar el adverso resultado para el gobierno.
“Viví y sé lo que significa que el invierno entre sin clemencia por las paredes de las modestas casas de un campamento. ¿Quiénes en una situación así no recurrirían a sus ahorros de toda una vida? Seamos realistas, todos lo haríamos”, subrayó la diputada Olivera (RN). Su par RN Miguel Mellado agregó: “Soy un hombre de derecha (...), pero este es un tema de conciencia humana”.
Asimismo, desde sectores del oficialismo hubo duras críticas al Ejecutivo. Especialmente severo fue el diputado Álvaro Carter (UDI). “Estoy profundamente decepcionado de esta administración”, afirmó.
En la antesala de la derrota de La Moneda, el ministro Alvarado, había destacado las nuevas medidas comprometidas en la sala. “Estamos totalmente convencidos y seguros de que esto debilita el derecho a la seguridad social”, dijo, y aseguró que lo necesario “son políticas públicas que no afecten a las familias el día de mañana”.
La intervención del secretario de Estado, quien además calificó de “populista” la propuesta opositora, iba en línea con los argumentos que defendió el Ejecutivo mediante dos minutas que fueron difundidas durante la jornada en el sector. En una de ellas, La Moneda apuntaba a que el proyecto era “inconstitucional”, además de “regresivo” por beneficiar en mayor medida a quienes han ahorrado más.
“Contradicciones ideológicas”
El debate en la sala se dio así en un tenso ambiente y estuvo cruzado por una serie de recriminaciones entre la derecha y la centroizquierda. Ambos sectores se acusaron de incurrir en “contradicciones ideológicas” respecto de las ideas que han defendido históricamente.
Por un lado, desde la oposición cuestionaron la resistencia de sectores de la derecha al retiro de los ahorros previsionales, destacando que estos pertenecen a los trabajadores y no a las aseguradoras. Asimismo, subrayaron que fue la insuficiencia de las medidas del Ejecutivo lo que los llevó a proponer este camino y acusaron a Chile Vamos de intentar perpetuar el sistema de AFP, además de no defender, de forma excepcional, el derecho de los trabajadores respecto de sus recursos.
A su vez, varios legisladores de la centroizquierda apuntaron a que este no era un tema de colores políticos sino que tenía que ver con dar respuesta al “hambre”, emplazando a la derecha a no ceder ante las “presiones” de su gobierno.
En la centroderecha, en tanto, desestimaron la “campaña” de la oposición para hacer ver a aquellos que estaban en contra del camino del retiro de fondos como “insensibles” ante la realidad de los chilenos. “Tenemos un segmento de la población a la que no hemos podido llegar”, reconoció la ministra del Trabajo, María José Zaldivar, quien destacó que el punto central de la discusión es si esta era o no la mejor medida para socorrer a la clase media.
La secretaria de Estado cuestionó que algunos sectores hicieran “una campaña de matonaje” a quienes no compartían esta fórmula y descartó que en el gobierno haya un intento por defender a las aseguradoras de pensiones.
En la misma línea, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, aludió a una “evidente contradicción” de la centroizquierda. En ese sentido, subrayó que ha sido ese sector el que ha defendido la necesidad de tener mejores pensiones y, asimismo, un rol preponderante del Estado en la seguridad social de la población, rechazando que sean los trabajadores los que paguen con sus propios ahorros esta crisis.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.