Política

Gobierno sufre duro revés en Comisión de Constitución: senadores rechazan indicación para fijar órdenes de partido

La enmienda que originalmente impulsó el Frente Amplio y que recogió La Moneda fue, de forma unánime, votada en contra.

KARIN POZO/SENADO

Luego de más de una hora de debate, en la sala 1 del Congreso de Santiago, el gobierno tuvo una nueva derrota en el debate de la reforma política.

Ahí, la Comisión de Constitución del Senado discutió sobre la reforma al sistema político, que presentó -en noviembre pasado- un grupo transversal de senadores, liderados por Alfonso De Urresti (PS).

En esta oportunidad, fueron invitados el presidente del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), Arturo Prado; y la presidenta del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel), Pamela Figueroa.

Pese a la diversidad de fuerzas políticas que sustentan la iniciativa, La Moneda tiene resistencias frente al contenido del proyecto de ley, lo que quedó reflejado en el paquete de indicaciones que ingresó en marzo pasado a la secretaría de la comisión.

En la sesión de este lunes, el gobierno -representado por el ministro del Interior, Álvaro Elizalde (PS)- sufrió una severa derrota en la comisión que tramita la reforma, pues de forma unánime los senadores rechazaron la norma sobre órdenes de partidos.

La indicación, que era una idea original del Frente Amplio -partido del Presidente Gabriel Boric-, plantea que “los partidos políticos podrán dar órdenes a todos los senadores y diputados cuyas candidaturas hubieran sido declaradas por dicho partido, siempre que se refieran a asuntos de la función legislativa en los que estén directamente comprometidos la declaración de principios del partido, su programa o las definiciones políticas adoptadas por sus organismos internos”.

El respaldo del Ejecutivo a esta norma generó inmediatas críticas del resto de los integrantes de comisión, incluyendo algunos oficialistas, que apuntaron a que la intención del gobierno era precisamente que La Moneda le estuviera haciendo un gesto al FA, más que darle viabilidad a la reforma.

Llegando al final de la sesión, y con la intención de acelerar el debate, la presidenta de la instancia, Paulina Núñez (RN), aseguró que aún quedaba tiempo para poner en votación la indicación, por lo que el secretario de la comisión, Rodrigo Pineda, dio lectura al articulado para que posteriormente los senadores se pronunciaran.

Derrota “por goleada” de La Moneda

El resultado de la votación fue por cuatro votos en contra y cero a favor.

Todos los integrantes dieron sus respectivos argumentos para dejar caer la norma. El primero en tomar la palabra fue Luciano Cruz-Coke (Evópoli), quien aseguró que “es muy difícil, siendo que esto podría ser eventualmente muy amplio, que esto pueda funcionar en la práctica. Sometería a los partidos a una tensión interna”.

Posteriormente, vino el turno de Luz Ebensperger (UDI). “No fue parte de la moción original. Para mantener los acuerdos originales, voto en contra”, sostuvo.

Luego fue el turno del “padre” de la moción, el senador De Urresti. “En aras de poder tener un acuerdo mayor y tener un proyecto viable, no queremos maximalismos ni queremos algunos aspectos que unen por un lado y que pueden generar ruido”, señaló el socialista para argumentar su voto en contra.

En último término, Núñez aseguró que las órdenes de partido “vendrían a complicar más el tema que a resolverlo”.

En la comisión, además, estuvo presente la senadora Claudia Pascual (PC), quien -hasta hace unas semanas- era integrante de la instancia, pero los acuerdos de las distintas bancadas para la conformación de las comisiones, hizo que su asiento lo ocupara Cruz-Coke. De igual manera, puede asistir a la comisión, e incluso intervenir en el debate.

Al final de la votación, el ministro del Interior, por su parte, sostuvo que “no sirve de nada tener menos partidos si son igual de desordenados”.

Y añadió: “Vamos a insistir en otras legislativas para reponer esta indicación, porque va al corazón del problema que tiene hoy día nuestro sistema político, que no es solo la atomización, sino que el desorden de tal magnitud que no se puede distinguir entre unos actores políticos y otros”.

La premura por despachar la reforma

Aunque la meta era sacar el acuerdo final de la reforma política el miércoles pasado, el proyecto que busca combatir la fragmentación del Congreso recién podría votarse, en el mejor escenario, esta semana en la sala del Senado.

La discusión jurídico-técnica se ha tornado más compleja de lo presupuestado, a pesar de que la iniciativa ya cuenta con un férreo piso político en la Cámara Alta, desde el PS a la UDI, pasando por el PPD, Evópoli y RN.

En lo medular, esta reforma propone un umbral para que los partidos puedan acceder a la representación en la Cámara de Diputados y establece algunas causales de cesación del cargo a aquellos parlamentarios díscolos.

El proyecto, aun cuando sea despachado por el Senado esta semana, dejaría solo una semana (del lunes 21 al viernes 25 de abril) para que la Cámara de Diputados analice el texto y lo apruebe antes del plazo de inscripción de elecciones primarias parlamentarias y presidenciales, etapa que obliga a los partidos a adelantar y sincerar sus pactos electorales.

Incluso, si la Cámara añade cambios, inevitablemente el texto volvería al Senado y es probable que la tramitación se extienda a una comisión mixta para resolver discrepancias.

Por todas esas consideraciones y la complejidad de la reforma, ya es imposible que sea despachada a ley en abril.

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