Guido Girardi: “Ni el gobierno ni la izquierda tienen legitimidad para hablar de seguridad”

Guido Girardi

Convencido de que los partidos están en extinción, Girardi propone conformar una gran Federación de Izquierda que ayude a gobernar bien, pero además a construir otra narrativa. A su juicio, el Presidente Boric y la ministra del Interior debieran ser los voceros del nuevo relato.


La historia del Partido Por la Democracia va pegado a la piel de Guido Girardi. Y aunque diga que está habitando en otra esfera, reuniéndose con los más importantes científicos e intelectuales del mundo para encontrar respuestas de futuro, la verdad es que en la centroizquierda no hay nadie que no señale que Girardi como el dirigente político más gravitante del PPD.

Las crisis que vive hoy el PPD –una de las más públicas y agudas de su historia- quedó al descubierto cuando no logró sacar ni un representante para el Consejo Constitucional. Pero el botón de oro lo abrochó la presidenta, Natalia Piergentili, en entrevista con La Tercera.

En estas páginas, ella denunció falta de autocrítica del oficialismo. Y fue dura: “Si les quieres seguir hablando a los monos peludos, al 30% que tienes, a los compañeres, no creo que tengas ganas de hacer autocrítica. Sigues apapachando a ese sector con la agenda de identididad sexogenérica y todas esas leseras”.

No fue sólo un análisis político. Fue una tirada de mantel que repercutió en las filas del gobierno, de sus aliados de Apruebo Dignidad y al interior del propio PPD.

Mientras algunos creen que el PPD debiera evaluar si seguir en el gobierno o no, Girardi cierra la pregunta diciendo que eso ya está decidido y que no se van a mover de La Moneda. “Tenemos a la ministra del Interior, al canciller, al subsecretario de Prevención del Delito. Somos una fuerza que ayuda a gobernar bien”, dice.

La pregunta que ronda: ¿qué sentido tiene hoy el PPD?

La fortaleza del PPD es su pensamiento. Siempre ha sido un partido más bien intelectual. Tuvo una visión anticipatoria del mundo que venía. Dio las primeras luchas identitarias. Fue el primer partido que habló de medioambiente en Chile. Nos acusaban de eco-terroristas. Fuimos el primer partido que habló de que los homosexuales se podían casar. El primero que presentó los proyectos de aborto, que instaló la agenda feminista.

Como usted dice: “fueron”. ¿Pero es claro el rol político que juegan hoy?

Seguimos siendo anticipadores del futuro, pero no desde las instancias tradicionales, porque esas instancias están superadas. No es casual que sea yo el que creé y fundé el Congreso del Futuro, que sí mueve la aguja.

Usted dice que el PPD fue el primero en poner la agenda identitaria. Pero la presidenta de su partido dijo que esas son “leseras” y que seguir hablándole al 30% de “monos peludos”, no es el camino.

Natalia cometió un error. Lo reconoció, pidió perdón e incluso dijo que estaba avergonzada del cómo lo dijo. Lo que está en cuestión es la forma.

También el contenido. Las críticas de Piergentili fueron al gobierno y a sus coaliciones. Dijo que se desconectaron de los dolores de la ciudadanía. ¿No hay una autocrítica por hacer?

La autocrítica que yo hago es que, efectivamente, abandonamos el cable a tierra con aquellos chilenos y chilenas que no alcanzan a llegar a fin de mes. O con esos millones de familias que están en lista de espera. Esa es la reconexión tenemos que tener.

¿Qué pasó que abandonaron a los que se supone que debían representar?

Asumo que pusimos mucho más foco en los nuevos derechos humanos que en los derechos económicos y sociales. Eso generó un desbalance. Nosotros abandonamos lo que antes era propio de la izquierda tradicional, de la lucha de clases: representar las demandas sociales, los derechos laborales, de salud y a educación de los sectores populares. Eso lo dejamos de representar. Antes la izquierda popular siempre votaba por la izquierda…

¿Y eso se rompió?

Así es. Se rompió esa frontera que impedía que el mundo popular votara por la derecha.

Pero al PC le ha ido mejor que a ustedes. ¿Será porque ellos sí mantienen presencia en sectores populares?

El planeta está viviendo un cambio total de ciclo. Hay una izquierda que pertenece a un mundo que ya no existe y tiene que renovarse. No es que el PPD esté renovado, pero tiene más adaptabilidad y flexibilidad para entender el mundo que viene.

Pareciera que el PPD está en franco deterioro…

El PPD está en una crisis. Eso no está duda. Ha cometido errores. Ahora tiene que aprender las lecciones y retomar su visión anticipatoria. Renovarse. Porque, paralelamente, el PPD también tiene a la principal ministra de este gobierno. Tiene al canciller, al subsecretario de Prevención del Delito. Y eso nos obliga a asumir un rol.

¿No se desató una cosa medio caníbal en el PPD? Especialmente en torno a la ministra Carolina Tohá. Ella pagó las consecuencias de lo que dijo Piergentili. Ni qué decir de la acusación que le hizo la suspendida vicepresidenta…

Lo voy a graficar con Paz Suárez. Efectivamente, hubo un intento de demolición del liderazgo de Carolina Tohá. No hay dudas de que ella es la mayor figura del PPD. No solo porque Carolina es fundamental para que a este gobierno le vaya bien. También porque es el principal liderazgo que tiene el PPD para el futuro, para el postgobierno de Gabriel Boric.

¿Para la carrera presidencial?

Para todo lo que venga por delante. Carolina Tohá es por lejos el principal liderazgo que tenemos para enfrentar los desafíos futuros. Yo la conozco bien. Hemos sido compañeros desde los años 80.

Y han peleado harto también...

Sí, pero es una persona que, en lo afectivo y emocional, es totalmente cercana para mí. Por eso creo que es muy preocupante que haya habido este atentado a su liderazgo. Carolina es la que puede avanzar en una de las principales luchas que tenemos en la izquierda: la seguridad y garantizar el Estado de derecho.

Usted también le pegó a Tohá cuando planteó lo de la “lista del indulto”…

Lo único que traté de plantear, a lo mejor con una equivocación en la forma, es que los indultos generaron una inconsistencia. Como izquierda tenemos que ser lo más firmes defensores de la seguridad y los más firmes garantes del Estado de derecho. Si no lo hacemos, estamos perdidos.

¿Ahí radica su subsistencia?

La conversación que domina la sociedad es el miedo, es la necesidad de seguridad y nosotros no podemos seguir vacilando. Este es uno de los principales desafíos del gobierno y de la izquierda en general. Si no lo tomamos en serio, le vamos a regalar el territorio a la extrema derecha. Porque aquí tampoco gana Renovación Nacional y la UDI. Eso ya lo vimos.

José Antonio Kast y su gente han hecho trabajo en las poblaciones. Ahí su raigambre. ¿O usted cree que son un fenómeno más bien comunicacional?

No es un fenómeno comunicacional. Es un fenómeno reactivo a lógica del miedo y del terror. Es la “Bukelización” de la sociedad, que ha ocurrido en muchas partes, cuando los proyectos tradicionales, democráticos, no tienen respuesta. Y como hoy no lo tiene la derecha tradicional ni la izquierda en general, hay un vacío que genera incertidumbre y una demanda de inmediatez.

¿Federación de izquierda?

¿Estarán en buen pie para cambiar la conversación? En la elección de consejeros, al PPD le fue pésimo.

El Socialismo Democrático es fundamental para Chile. Debe existir una fuerza política reflexiva que ofrezca futuro y que, además, tenga la capacidad de ayudar a gobernar bien. Especialmente, en tiempos donde la gobernanza está fragilizada y las instituciones democráticas están totalmente cuestionadas por la era digital.

¿Por qué ustedes podrían asegurar mejor la gobernanza? Se les ve debilitados como fuerza política.

No es cierto que el Socialismo Democrático esté muerto. No es cierto que no tenga sentido. Uno tiene que analizar la sociedad. Hace tres años atrás, la conversación en Chile era lo social. Y la derecha quedó disminuida a su mínima expresión. ¿Sabes por qué? Porque la derecha no tiene legitimidad, no tiene autoridad moral en la discusión social. Por eso la sociedad respaldó mayoritariamente a una izquierda que sacó el 80%.

Un 80% que perdieron en el plebiscito de salida.

Producto de lo que ocurrió en el proceso constituyente, esa izquierda dilapidó ese capital. Todo lo que tenía que ver con la discusión sobre derechos sociales, sobre pueblos originarios, quedó saturada y emergió otra conversación: la de la violencia y la seguridad.

¿Y ahí la izquierda queda en desventaja?

Ni el gobierno ni la izquierda tienen legitimidad, autoridad para hablar de seguridad. Tenemos que disputarle ese espacio a la derecha extrema.

¿El PPD tiene la legitimidad?

El PPD, como muchos partidos políticos, ha cometido errores, pero aún tiene la posibilidad de ser un aporte a la política del futuro. Por eso estamos planteando, entre otras cosas, caminar hacia una federación de izquierda.

¿Con quiénes?

Tiene que hacerse con las fuerzas que hoy existen: el PS, PPD, el Partido Liberal, el Radical, eventualmente el Regionalismo Verde. El rol del socialismo democrático es cambiar la narrativa y generar un espacio de consenso respecto a los temas esenciales de futuro. Eso no lo va a hacer el Partido Comunista.

¿Por qué?

Porque no tienen esa lógica.

¿Y el Frente Amplio?

Hay personas como Gonzalo Winter o Diego Ibáñez con las que no encuentro diferencias. Y cuando escucho hablar al Presidente Gabriel Boric, me siento totalmente representado. Él podría ser perfectamente del PS o del PPD. El Socialismo Democrático debe jugar un rol en esta etapa para gobernar bien.

¿Hay agua en la piscina para una federación de Socialismo Democrático?

Es que vamos inexorablemente a la extinción de los partidos políticos. Mira lo que le pasó a la DC que tenía un 40%. O al PS y el PPD. Éramos partidos de 10% y llegamos a tener 15%. Hay un declive que se va a ir acrecentando. Entonces, o tomamos la decisión de constituir una fuerza que sea relevante y ofrecemos un proyecto de sociedad, o desaparecemos.

¿Con qué liderazgos? ¿Quiénes debieran ser la cabeza visible de esa federación?

Yo creo que Carolina Tohá, Álvaro Elizalde y Mario Marcel son fundamentales para ayudar a recuperar credibilidad en la capacidad de gobernar. ¿Qué quiero decir con esto? Que el Socialismo Democrático es clave para gobernar el país. Por distintas razones, perdimos la mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados. Perdimos la reforma tributaria, pero hay un espacio gigantesco para gobernar bien. Y eso es gestión. Y como eso no depende de las leyes, no tenemos excusas. Carolina Tohá lo ha hecho, pero tiene que tener el apoyo de todo el gobierno para avanzar en los problemas de seguridad.

¿No lo ha tenido?

Yo creo que falta más apoyo. Para mí es claro que la Carolina junto con el Presidente deben ser los portadores de una nueva narrativa con esperanza, luminosa, con futuro. Espero que el Socialismo Democrático colabore a generar una reflexión. Estamos enfrentando una nueva civilización y las ideas de ayer cumplieron un ciclo. Ya no sirven.

¿Y cómo la ministra Tohá podría cumplir ese rol si su soporte político, su partido, no da confianza al resto de los aliados?

Aquí no está en cuestión que el PPD sea un partido de gobierno. Tenemos una palabra empeñada que se cumple. Lo que sí está en cuestión es cómo se es partido de gobierno. Creo que hay muchas áreas donde el socialismo democrático podemos aportar.

¿Usted pretende cumplir algún rol?

Yo estoy cansado de la pequeña política y por eso mi aporte, el cual decidí hace un buen tiempo, sería un aporte intelectual.

Pero sigue siendo visto como el hombre más poderoso del PPD; el que sigue decidiendo el curso de ese partido.

Yo ni siquiera conozco la sede nueva del partido.

¿No es un hombre poderoso en el PPD?

A lo mejor cierta legitimidad en el partido, pero en enero, en la última discusión relevante del PPD, cuando se tomó la decisión de ir en dos listas, yo planteé que había que revisar esa decisión. Si hubiera sido todopoderoso, hubiéramos ido juntos con el PS. Pero perdí.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.