La arremetida electoral de los jóvenes: datos del Servel revelan que un tercio de los votantes en las primarias presidenciales fue menor de 35 años
El organismo publicó el desglose por edad de quienes participaron en las elecciones de convencionales y de los comicios para elegir abanderados, ambos en 2021. Los números confirman una fuerte tendencia al alza de la votación juvenil, algo que ya se había visto en el plebiscito de 2020.
Es un cambio de proporciones en apenas ocho años. En las elecciones primarias de 2013, según datos del Servel, los votantes menores de 35 años representaban apenas el 19,18% de todos los que participaron en la elección. Su peso era considerablemente menor que el de otros grupos demográficos: por ejemplo, los electores entre 35 y 49 años llegaban al 27,78% de la masa de votantes; los de 50 a 64 años alcanzaban el 31,68% y los mayores de 65 años representaban el 21,35%.
Sin embargo, dos elecciones después el escenario se dio vuelta. En las primarias presidenciales de 2021, el grupo de 18 a 34 años pasó a ser el con mayor peso electoral de los cuatro, alcanzando el 32,14% de todos los electores. El de 35 a 49 años, en tanto, llegó al 24,94%; el de 50 a 64 años, al 25,82%, y el de mayores de 65 años retrocedió hasta el 17,10%.
Es uno de los hallazgos más interesantes que se pueden deducir de la información liberada por el Servel sobre patrones de edad de quienes participaron en los comicios de convencionales constituyentes y las primarias presidenciales, ambas de 2021, y a la cual La Tercera tuvo acceso.
Aunque en estricto rigor ya existía un precedente del cambio en el plebiscito de 2020, donde el 34,66% de los votantes fue menor de 35 años -siendo que el grupo desde 2012 jamás había superado el 28% de los electores-, los datos confirman una tendencia. Es más, pese a que para hacer el análisis completo se debe esperar a la información que el Servel entregue sobre la primera y segunda vuelta del año pasado, lo más probable es que el patrón se confirme, sobre todo en cuanto al balotaje, dado el inédito aumento de votantes que hizo que por primera vez se superaran, y con creces, los ocho millones de sufragios. Algo que, según la lógica indica, fue empujado por los sectores más jóvenes.
La consolidación
El proceso de alza de la votación en los grupos más jóvenes se venía dando en la última década. De las estadísticas con el sistema de voto voluntario vigente desde 2012, hasta 2013 el nicho de 18 a 34 años solía representar en torno al 20% del electorado. En el ciclo de las elecciones de 2017, en cambio, el parámetro subió, alcanzando el 27,57% en las primarias presidenciales y el 26,13% en la primera vuelta. Ambas elecciones donde, por primera vez, competía el Frente Amplio, cuyo discurso y trabajo en terreno apuntaban a esa demografía con especial focalización.
El aumento de presencia electoral del grupo, además, se ha dado pese a un factor paradójico: su peso poblacional en el nicho electoral ha ido disminuyendo, mientras el de los mayores de 50 años ha ido creciendo. De acuerdo con estadísticas del Servel, si en 2012 los menores de 35 años eran 4.650.846, en 2021 llegaban a 4.691.576, es decir, un alza de poco más de 40 mil personas. Y, en comparación, los mayores de 65 años en ese mismo período pasaron de 1.968.858 a 2.684.625, subiendo en más de 700 mil personas.
Un dato interesante al respecto para ilustrar el cambio es el de participación neta del grupo etario: es decir, qué porcentaje de los habilitados para votar ejercieron su derecho. En las primarias de 2013, sólo votó el 12,31% de los menores de 35 años que podían participar, comparado con el 21,78% entre 35 y 49 años, el 31,23% de los entre 50 y 64 años y el 31,37% de los mayores de 65 años. Ocho años después, en las primarias de 2021, los números cambiaron y las diferencias entre grupos prácticamente desaparecieron: votaron el 21,38% de los menores de 35 años habilitados para hacerlo, el 20% de las personas entre 35 y 49 años, el 22,20% de los electores entre 50 y 64 años y el 19,87% de los mayores de 65 años.
¿Efecto pandemia?
Justamente, el otro efecto visible que permite constatar el análisis de los datos es que, al menos durante las primeras elecciones del año pasado, se mantuvo otra tendencia que partió en el plebiscito, en cuanto a la fuerte baja en la participación de los mayores de 50 años. De hecho, si hasta 2017 usualmente esa era la edad de corte para la mitad de los votantes, desde 2020 en adelante bajó a los 45 años.
En los primeros análisis del plebiscito se apuntaba que el efecto de la pandemia del Covid-19 podría haber jugado un rol relevante. Siguiendo con este principio, las elecciones de convencionales y las primarias -celebradas en mayo y julio, aún con cifras elevadas y en medio de confinamientos en parte importante del país- también pueden haber seguido un parámetro similar.
Sin embargo, sin los datos de las elecciones de noviembre y diciembre del año pasado es difícil certificar con total seguridad si esta tendencia se quedará. Es un elemento que sólo se podrá dilucidar cuando el Servel entregue las estadísticas obtenidas del “pistoleo” de las actas de votación para primera y segunda vuelta, pero que, de conocerse, podría ser, además, información útil pensando las estrategias para el crucial plebiscito de salida que se celebrará el domingo 4 de septiembre.
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