Política

La desconocida cita de Boric y Allende que terminó en harakiri por la fallida compra de la casa de Guardia Vieja

Tras regresar de la India, el Presidente Gabriel Boric le pidió una cita a la entonces senadora socialista. Fue el primer encuentro entre ambos después del fallo del TC que terminó con su carrera parlamentaria.

Diario La Tercera / Reportaje/ Isabel Allende, Politica Chilena. Fotografia: Marcelo Segura Millar Marcelo Segura Millar

Tras regresar de su gira por la India el pasado domingo 6 de abril, el Presidente Gabriel Boric tomó contacto con la hasta entonces senadora Isabel Allende (PS).

A esa altura ya había trascendido que el Tribunal Constitucional había resuelto cesarla de su cargo como parlamentaria. Y ya se había desatado un vendaval en el PS que enrostraba públicamente al gobierno su responsabilidad en las gestiones fallidas para concretar la compraventa de la casa del expresidente Salvador Allende, cuya iniciativa nació de una idea del mandatario.

En la comunicación telefónica, el Mandatario le pidió a la emblemática senadora una reunión en persona. Allende a esa hora estaba en la V Región y debió trasladarse a Santiago para conversar a solas con Boric.

Fue el primer cara a cara entre el Presidente y la hija del Presidente Allende desde que se supo que el Tribunal Constitucional -en un contundente fallo 8 a 2- la cesaría del cargo por incumplir con el mandato constitucional que impide que un senador en ejercicio firme contratos con el Estado. Los ánimos no eran de los mejores, pese a que dos días antes y desde India el jefe de Estado utilizó su cuenta de X para dedicarle un mensaje.

“El pueblo de Chile le debe mucho a Isabel Allende”, comenzaba su publicación. Y añadía: “Respetando las instituciones como me corresponde, puedo afirmar que tengo plena certeza de su integridad, y que jamás, jamás ha intentado sacar ventajas pequeñas. Siempre ha tenido a Chile por delante. Mi sincero cariño y eterno respeto en estos momentos duros”.

Quienes conocieron del encuentro privado de Allende y Boric afirman que el Mandatario fue extremadamente empático con la senadora y le reconoció que la gestión del Ejecutivo para concretar la compraventa del inmueble que perteneció a su padre había sido fallida.

Allende, tras la cita, transmitió a sus cercanos que había quedado agradecida por el gesto del Presidente y se había sentido acogida por él.

Al día siguiente el Presidente Boric se reunió con la mesa directiva del Partido Socialista, a quienes también les transmitió su pesar por el incidente que también gatilló la solicitud de renuncia de la exministra de Defensa Maya Fernández, nieta de Allende, a quien le pertenece un tercio de la propiedad que iba a ser adquirida por el Estado. Esa conversación, sin embargo, fue en un tono mucho más duro que la que hubo con Allende en privado.

Ese lunes la mesa de la colectividad le transmitió su molestia por lo ocurrido y él buscó calmar los ánimos. Los socialista también pusieron sobre la mesa la idea de que debían salir del gobierno los funcionarios que estuvieron en el proceso de compraventa y no advirtieron que había un riesgo. “Nos retiramos con una sensación de tranquilidad, esperando que las peticiones que se formularon el Presidente las pueda estudiar”, dijo luego de la cita la presidenta de la tienda, Paulina Vodanovic.

La molestia de Allende por Moya

Quienes han estado encima del conflicto entre el PS y La Moneda por la casa de Allende afirman que a las pocas horas de la cita con el Presidente, la senadora Allende se volvió a molestar.

Esto, luego de la actuación de la jefa de la División Jurídica de la Segpres, Francisca Moya, durante la comisión investigadora por la fallida compraventa de la casa del expresidente Allende.

Pese a que Moya recibió un coaching antes de participar de la instancia, desató la polémica cuando reconoció que “yo efectivamente, al igual que mi equipo, conocía la norma; como ya hemos explicado, lo que a nosotros nos corresponde en este proceso es un aspecto muy específico, que es aquel que señala el artículo 6 de la ley que crea el Ministerio de Secretaría General de la Presidencia, que es la revisión técnico-legal de este acto administrativo en particular, que es para el caso que nos reúne hoy día el decreto 38″.

Su declaración no solo fue mal evaluada por La Moneda, también por parte del oficialismo, que volvió a pedir su salida del cargo.

Allende se contaba entre las más molestas, pues al interior del comité PS ha recalcado muchas veces que ningún funcionario de gobierno y ninguno de los 17 abogados que estuvieron sobre el proceso le advirtió que existía una incompatibilidad constitucional que podría dañar su carrera parlamentaria de tres décadas.

Atrás quedó el sentimiento de tranquilidad con el que se quedó Allende luego de la conversación con Boric. La declaración de Moya desató la molestia de la excongresista. Por lo mismo, quienes han estado con ella durante los últimos días aseguran que su enojo ha llegado a tal nivel que ha hablado de traición de parte del Ejecutivo.

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