La reservada cita de Chile Vamos para analizar la reforma de pensiones y sincerar posiciones
Este lunes se reunió más de una decena de senadores de Chile Vamos en la Fundación Jaime Guzmán para escuchar los planteamientos de tres técnicos ligados al sector respecto a los desafíos previsionales. Los senadores jefes de bancada concluyeron que no se debe eliminar el DL 3.500, que el 6% debe ir a cuentas individuales, que no deben existir monopolios, y que el alza de la Pensión Garantizada Universal (PGU) debería separarse del actual proyecto.
Hasta ahora el debate de la reforma previsional se ha dado en la Cámara de Diputados, porque es allí donde se encuentra radicado el proyecto de ley que ingresó el gobierno al Congreso. Pero los senadores de Chile Vamos esta semana tuvieron un encuentro privado a raíz del tema, y probablemente vendrán más.
En concreto, el lunes a las 18.00 horas se reunió más de una decena de parlamentarios de Chile Vamos en la Fundación Jaime Guzmán para escuchar los planteamientos de tres técnicos ligados al sector respecto a los desafíos previsionales: Michelle Labbé, quien fue invitada por la fundación dueña de casa; Alejandro Charme, invitado por el Instituto Libertad; y Salvador Valdés, invitado por Horizontal.
En la instancia participaron los tres jefes de bancada de los partidos que componen Chile Vamos, quienes fueron también los organizadores del evento. Estos son los senadores Gustavo Sanhueza (UDI), Rafael Prohens (RN) y Luciano Cruz-Coke (Evópoli). También acudió como invitado Rojo Edwards (Republicano) y estuvieron presentes algunos de los diputados de Chile Vamos que integran la Comisión de Trabajo, como Cristián Labbé (UDI), Ximena Ossandón (RN) y Eduardo Durán (RN). Este es un seminario de varios que ya iniciaron en el conglomerado, y que abarcan distintos temas.
Sobre el de esta semana, el senador Sanhueza explicó que “estamos tratando de construir un relato en común en nuestro sector, y están Republicanos, Evópoli, Renovación Nacional y la UDI, escuchando a diferentes personas especialistas en el tema, de manera de ver cuáles son las virtudes que pueda tener el proyecto de reforma previsional que establece el gobierno del Presidente Gabriel Boric, versus las desventajas”.
Luego de escuchar a los expositores, los senadores concluyeron que no se debe eliminar el DL 3.500, que el 6% debe ir a cuentas individuales, que no deben existir monopolios, y que el alza de la Pensión Garantizada Universal (PGU) debería separarse del actual proyecto.
El senador Sanhueza comentó que “lo que hemos escuchado hasta el minuto es que este es un mal proyecto de reforma, que perjudica principalmente a los trabajadores con ingresos medios y bajos. Y eso nosotros obviamente no estamos disponibles a aprobar, y también queremos construir una reforma de pensiones que no sea tan ideológica. Hoy día hay una disputa que es muy ideológica y eso no contribuye a mejorar las pensiones”.
En tanto, Cruz-Coke afirma que quieren reforma “pero no refundaciones”. En segundo lugar, señala “que la plata es de los trabajadores, heredable, y las cotizaciones deben ir en un 100% a cuentas individuales. Tercero, creo que es necesario para el debate abrir los números del gobierno que dan pie a este debate, con fuente conocida de los números e incorporación de la PGU, porque todo lo que hemos visto del gobierno permanentemente son números que han sido cuestionados por los institutos que trabajan con nosotros, respecto de la validez de su fuente y de las conclusiones que por ende se obtienen”.
Pero además, dice que “hay que incorporar el elemento PGU, que sin duda que cambió las tasas de reemplazo. Entonces, claro, me hace sentido el argumento de Valdés, que vamos a tener que centrarnos en que esas tasas de reemplazo también puedan mantenerse en el tiempo, lo cual va a requerir recursos públicos, porque en la practica la PGU es reparto, pero necesitamos que todos los cálculos que haga el gobierno sean incorporando la PGU, más que estar pensando sobre cómo separamos la industria. Incorporemos actores nuevos, pero separar la industria puede ser una cosa compleja”.
Por su parte, Prohens indica que “el tema de la PGU cambió radicalmente la línea de pobreza en nuestro país, y lo que queremos es que la gente entienda que la reforma que nos plantea el gobierno es la siguiente: las pensiones que pagan los jóvenes hoy día son para nosotros, pero no para ellos en el futuro. Nadie niega que en este país se cotiza poco, y eso hay que hacerlo, pero hay que hacerlo bien, pensando en que la jubilación, el aporte de cada uno, sea para uno, y el Estado tiene que hacerse cargo con los fondos generales, o cuidándolos bien, invirtiéndolo como corresponde, para que pueda ayudar a la gente más vulnerable en este país”.
Sanhueza concluye que “una reforma de pensiones, ¿qué tiene que solucionar? El problema por el cual las pensiones son bajas. ¿Y cuál es el problema por el cual las pensiones son bajas? Cotizamos por bajo valor y con mucha laguna. Entonces, lo que debería haber en un sistema que mejore las pensiones son incentivos. Tú cotices por el 10%, y mientras más meses de cotización, más te debiera bonificar el Estado al final de tu vida laboral”.
Los técnicos
La economista Michelle Labbé fue quien abrió el seminario. Partió diciendo que el sistema mixto de pensiones existe en Chile desde el año 2008. “No es que se vaya a instaurar un sistema mixto de pensiones”, aclaró. Y concluyó que “se necesita una reforma de pensiones, pero ciertamente no es esta reforma de pensiones. Esta reforma de pensiones no cumple con los requisitos, no aumenta la edad de jubilación, no hace nada respecto a la densidad de cotizaciones, y genera incentivos perversos para el futuro”.
Al respecto, detalló que “si uno quiere establecer una buena reforma de pensiones, tiene que separar el problema en dos”: uno es respecto de las pensiones actuales, y otro sobre las futuras. Sobre ello, explicó que “el problema de las pensiones futuras se soluciona aumentando la tasa de cotización, y se cerró el tema. No hay más tema que ese. Y si divido ese 6% en un porcentaje que va a ir al Estado, lo único que hago es que me estoy comprando un problema para el futuro. Yo necesito aumentar la tasa de cotización no solo en 6%, en más que 6%, y por lo tanto, ese 6% necesita ir a las cuentas individuales”.
Labbé añadió que “para el actual pensionado hay soluciones, por ejemplo, con la PGU, que ya vimos que soluciona el problema hasta los salarios de incluso $800 mil. ¿Y dónde está el problema hoy día? Está entre los salarios de entre $1.100.000 y $2 millones. Una de las soluciones es subir el mínimo a UF80. Probablemente habría que pensar de a poco en subirlo al salario mínimo de las personas, porque naturalmente no van a querer ahorrar sobre su salario completo”.
Y finalizó diciendo que “este proyecto de ley no tiene salvación. La única forma de que esto funcione, es que el gobierno retire el proyecto de ley y presente algo nuevo que no implique eliminar el DL 3.500″.
Por su parte, Charme comentó a los parlamentarios que hay un consenso que las pensiones son bajas y por eso se necesita una reforma previsional, pero para ello, dijo que hay que ver para quiénes son bajas las pensiones, para focalizar la reforma. Agregó que para resguardar la capitalización individual “tenemos que mantener el DL 3.500 (...) Porque si hay algo bueno de la reforma del gobierno, es el autor, la persona que escribió el texto lo hizo muy bien, el contenido es malo pero el trabajo de escritura es muy bueno. Pero extractó muchas cosas, que van a haber vacíos legales (...) Y falta de concordancia con otras legislaciones”.
En tanto, Valdés presentó su propuesta sobre licitar el stock de antiguos afiliados de las AFP, lo que a su juicio “va a destruir la justificación técnica para crear a un prestador estatal”. Eso sí, dijo que dicha propuesta es considerando que existen AFP como las de hoy, con funciones de inversión y administración de cuentas.
En esa línea, Valdés comentó que los argumentos técnicos que dio el gobierno para la separación de la industria “son muy malos, son todos falsos, no son sólidos, y además la separación genera riesgos importantes en la transición. No es que no se pueda, hay países que lo tienen separado”, pero que tardaron años en lograrlo, como Suecia. Por eso dijo que, a su juicio, la división de la industria tiene más bien razones “ideológicas, es para poder mostrar a los electores que acabamos con las AFP, pero eso es inaceptable”.
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