La trama de la semana más compleja de Evópoli
La fallida realización de los comicios de la tienda de Chile Vamos elevó la tensión entre la disidencia y la lista de continuidad, liderada por Gloria Hutt. Acá la historia de cómo la colectividad evitó un quiebre interno.
—Hay que bajar el tono de las declaraciones.
El lunes en la tarde, Juan Manuel Santa Cruz tomó su teléfono y llamó al senador Luciano Cruz-Coke.
El presidente de la lista “Unidad” -que compite para quedarse con el control de Evópoli contra la exministra de Transportes Gloria Hutt- estaba preocupado y le transmitió al parlamentario que no había que escalar más el conflicto. A esas alturas la lista desafiante quería sentarse a la mesa con sus competidores y buscar una salida al bochorno público y evitar un quiebre interno al que se enfrentaba el partido tras las fallidas elecciones internas.
Cruz-Coke accedió a la petición, mientras que Santa Cruz continuó llamando a otros dirigentes cercanos haciéndoles la misma petición.
El proceso realizado de forma electrónica -a cargo de la empresa MásVotos- partió mal. En los grupos de WhatsApp y a través de redes sociales los militantes reclamaron desde las primeras horas del sábado pasado largas esperas en la sala de Zoom que validaba la identidad y discrepancias con el padrón. Frente a las dificultades técnicas, el Tribunal Supremo de la colectividad optó por reagendar la votación para el domingo. Sin embargo, el mismo estamento definió suspender el proceso de forma definitiva.
Santa Cruz habló durante todo el día sábado con Hutt y supieron de primera fuente, del presidente del Tribunal Supremo, Tomás Wolff, las dificultades de la votación electrónica.
El domingo, en una cita donde estuvo presente Hutt, la secretaria general de su lista “Mérito”, Valentina Alarcón; Santa Cruz y el exministro Gonzalo Blumel, de la lista “Unidad”, Wolff transparentó que no se podía dar garantía de los resultados.
Lo que siguió fue una serie de declaraciones cruzadas. Por su parte, Luciano Cruz-Coke -quien respalda a “Unidad”- apuntó a la actual mesa. “La directiva nacional ha sido negligente y es la única responsable de este fracaso (...). Contrataron la empresa, informaron el padrón y era su deber garantizar la elección”.
El parlamentario explicitó que la idea de la disidencia era apoyar la elección de una directiva interina para así completar el proceso. Una arremetida que Hutt sintió personal.
A primera hora del lunes, la exministra -en conversación con Radio Duna- respondió a Cruz-Coke, su antiguo competidor en la interna de 2022. “No es primera vez que el senador Luciano Cruz-Coke ha planteado opciones para llegar al control del partido por secretaría y no por voto popular”, espetó.
El impasse con el senador complicó la conversación de una fórmula que, para ese domingo, ya rondaba en la directiva actual: la renuncia parcial. Es decir, de todos los miembros, menos de Hutt. ¿La razón? Estatutariamente -explican fuentes del partido- era necesaria la permanencia de la presidenta, para así aprobar las vacancias y sus reemplazos en la mesa.
La fórmula de salida
Santa Cruz, luego de advertirle a Cruz-Coke que sus dichos podrían quebrar la posibilidad de un acuerdo, llamó -el martes 17- a Gloria Hutt a primera hora y, a las 11.00 de ese mismo día, se reunieron en Providencia, en el Café Magnolio, de Luis Thayer Ojeda. Hasta el lugar llegaron Santa Cruz, la actual timonel; su secretario general, Juan Carlos González; Gonzalo Blumel y la militante Carolina Contreras.
La situación, afirman, se había vuelto insostenible. El extimonel Hernán Larraín Matte así lo reflejó en una entrevista en Desde la Redacción de La Tercera durante esa misma mañana: “El partido está en una situación de fragilidad”.
En el encuentro se acordó no remover a Hutt, pero sí al resto de su mesa. González puso su cargo a disposición y algunos vicepresidentes, como Ignacia Galilea -expresidenta de la juventud del partido- ya habían tomado esa determinación. La sensación, transmiten quienes fueron parte de esas tratativas, es que no había espacio para no llegar a un consenso o el partido podría haber tomado un rumbo similar a la historia de Ciudadanos.
Sentados en ese mismo café, cada dirigente empezó a socializar la idea con la militancia y dirigentes históricos, mientras de lado y lado comenzaron los “telefonazos” a los militantes que acompañarían a Hutt en la mesa transitoria, con la idea de que diera garantía a las dos listas. Cerca de las 14 horas se redactó una declaración conjunta firmada por Hutt y Santa Cruz, donde además se coincidió en la petición de una auditoría externa.
“Esperamos que estas propuestas sean acogidas por los órganos que representan a la militancia, y sea ratificada por la comisión política de hoy martes 17 de diciembre de 2024, y su mandato sea prorrogado en el consejo general de mañana miércoles 18 de diciembre de 2024″, sella el documento.
Y así fue. En la comisión política el ajuste fue aprobado por unanimidad y en el consejo general hubo un par de votos en contra entre quienes pedían mayor precisión de las fechas del nuevo proceso electoral, pues quedó abierto a enero de 2025, sin mayor detalle.
La directiva transitoria sesionó por primera vez este jueves. “Agradezco la disposición por priorizar el proyecto colectivo sobre cualquier otro interés. Hoy en la tarde (pasado jueves) nos vamos a juntar la nueva directiva completa para hacer esa planificación, porque depende de la disponibilidad de las empresas, cuánto se demoran en poder levantar de manera confiable el nuevo proceso”, dijo Hutt en la antesala de dicha reunión.
Sin embargo, la tregua es momentánea en Evópoli y tiene al partido en pausa respecto de resoluciones políticas más de fondo, como el respaldo a Evelyn Matthei como su carta presidencial.
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