Las cuentas de la oposición: del revival del Frente Amplio a la aparición de una nueva izquierda
Contra todo pronóstico, el bloque del Frente Amplio con el Partido Comunista se consolidó como la principal fuerza de la centroizquierda en la convención constitucional y quedaron con la posibilidad de alcanzar el 1/3 de ese órgano con la irrupción de la Lista del Pueblo. Además, los frenteamplistas se impusieron en comunas emblemáticas para la derecha. En tanto, la DC sufrió una debacle en sus apuestas y la Unidad Constituyente quedó disminuida ante a la izquierda.
Cerca de las 10 de la noche, la excandidata presidencial del Frente Amplio y hoy convencional constituyente electa, Beatriz Sánchez, resumió el ánimo que ya estaba instalado en todo el bloque. “Hoy día somos una fuerza política consolidada”, dijo rodeada de los principales liderazgos de la coalición, como Giorgio Jackson (RD), Catalina Pérez (RD) y los dos candidatos presidenciales, Gabriel Boric (CS) y Marcelo Díaz (Unir).
En ese momento, el Frente Amplio vivía un verdadero revival. Ni sus proyecciones más ambiciosas les daban los resultados que terminaron obteniendo durante la jornada y que los estableció como la principal fuerza de la oposición. Muy lejos, dicen en toda la centroizquierda, de la caída que muchos esperaban.
Los primeros triunfos fueron en materia de convencionales constituyentes, la elección que la coalición consideraba como la más importante para su futuro. Pero no fue hasta que la candidata a alcaldesa de Ñuñoa, Emilia Ríos -una de sus apuestas más complejas y una que, según decían algunos, medía el capital político de Giorgio Jackson- se coronó frente a la derecha, que los dirigentes de la coalición dejaron su incredulidad de lado y decidieron dar un punto de prensa. Y con eso, recogieron sus victorias.
En primer lugar, se consolidó el pacto del Frente Amplio con el Partido Comunista, Apruebo Dignidad. Pero más importante, dicen en el bloque, las fuerzas frenteamplistas superaron en número y simbólicamente los triunfos de sus pares comunistas. En la convención constitucional, hasta el cierre de esta edición, los partidos del FA alcanzaban 16 constituyentes, mientras que el PC tenía siete. De esos, Revolución Democrática -colectividad que en las primarias municipales y de gobernadores regionales había sufrido un duro retroceso respecto de sus compañeros de coalición- obtenía nueve constituyentes, estableciéndose como la segunda fuerza más grande de la oposición, después del Partido Socialista.
Y fue ese último punto el que elevó los ánimos de todo el bloque. Contra todo pronóstico, Apruebo Dignidad superó la cantidad de constituyentes de la Lista del Apruebo, el pacto conformado por Unidad Constituyente (DC, PR, PPD, PS, PRO y Ciudadanos) y Nuevo Trato. En total, el bloque alcanzó 28 miembros, frente a los 25 de la ex Concertación.
“Apruebo-Dignidad hoy día demuestra que tiene la confianza de la ciudadanía para gobernar”, dijo el diputado Jackson, antes de dirigirse a celebrar uno de los mayores triunfos de su colectividad: la alcaldía de Maipú. En total, el bloque alcanzó 11 municipios.
La misma escena de celebración se repetía al otro lado de la Alameda, en el barrio Concha y Toro. Luego del punto de prensa en RD, los dirigentes frenteamplistas se dirigieron hacia la sede de Comunes, donde ya tenían preparado un escenario para celebrar otro de las grandes victorias de la jornada: el paso a segunda vuelta de su candidata a gobernadora por la Región Metropolitana: Karina Oliva. A esto también se sumaba la victoria inmediata de Rodrigo Mundaca en la Región de Valparaíso y el paso a segunda vuelta de José Miguel Carvajal, en Tarapacá.
En ese lugar, los esperaban los principales liderazgos del Partido Comunista, como el presidente de esa colectividad, Guillermo Teillier, la diputada Camila Vallejo y el candidato presidencial de ese partido y reelecto alcalde de Recoleta, Daniel Jadue. Y si bien no estuvo el FA completo en ese escenario, todos los dirigentes del pacto volvieron a remarcar el mismo mensaje: que Apruebo Dignidad se consolidaba como una coalición de gobierno, frente al retroceso de los partidos tradicionales de la centroizquierda.
Algunos apuntaron que con esto se inclinaba la balanza para que se reafirmara una primaria presidencial entre el FA y el PC, cuyo plazo de inscripción expira este miércoles. “Como Apruebo Dignidad nos hemos constituido como el segundo bloque más grande de Chile y tiene que hacerse una primaria de las fuerzas que están acá”, sostuvo Teillier, quien además remarcó que “Jadue arrasó, es decir, se consolida como candidato presidencial”, refiriéndose al casi 64% -casi ocho puntos más que en 2016- con el que se volvió a imponer el jefe comunal.
Además, en esa colectividad celebraron otro importante triunfo frente a la derecha que se espació a todo Apruebo Dignidad: la emblemática victoria de la comunista Irací Hassler en la comuna de Santiago.
Asimismo, desde ese sector deslizaron que, junto con un posible futuro presidencial conjunto, los resultados impulsaban una lista parlamentaria entre esas mismas fuerzas.
La irrupción de la Lista del Pueblo con 27 constituyentes
Como una sorpresa. Así calificaban en todos los sectores de la centroizquierda una de las primeras tendencias que arrojaron los resultados de la elección de constituyentes: la irrupción de la Lista del Pueblo en el órgano que redactará una nueva Constitución.
Los cómputos estaban fuera de todos los cálculos de la oposición e incluso muchos transmitían que tenían “temor” por el desempeño de los independientes en esta elección. Sin embargo, el conjunto de pactos electorales que se agruparon bajo el nombre de Lista del Pueblo obtuvo 27 convencionales, uno menos que la ex Concertación.
Tanto en el Frente Amplio como en la Unidad Constituyente transmitían suspicacia ante la aparición de esa nueva izquierda. La resistencia fue mayor entre los partidos de la ex Concertación, quienes sostenían que una agrupación así sería “incontrolable”, que eran “extremos” y que sería “muy difícil” dialogar con ellos para alcanzar algún tipo de acuerdo.
En el FA, en tanto, se instaló la duda sobre cómo estrechar lazos con ese sector. En el bloque reconocían que hasta hoy no mantienen relación ni conexiones con esos candidatos electos y, de hecho, mientras la Lista del Pueblo iba ganando escaños, varios dirigentes frenteamplistas se pusieron a revisar sus programas y buscar sus números de teléfono. Asimismo, manifestaban que el hecho de que esa agrupación no tuviera un orgánica establecida haría más compleja la iniciación de un diálogo con ellos. “¿Van a tener una bancada unida o se van a disipar?”, repetían en el FA.
Pese a esto, en el bloque sostenían que compartían muchos diagnósticos y ejes programáticos con candidatos de esa lista, e incluso, algunos transmitieron que habían exfrenteamplistas en ese sector. Situación no menor, dado que la suma de convencionales entre Apruebo Dignidad y la Lista del Pueblo alcanzaba los 55, más de lo necesario para tener un “poder de veto”, es decir, 1/3 de la convención.
Anoche los frenteamplistas no escatimaron en hacer gestos a esa nueva izquierda. “Estamos felices con el resultado, saludo explícitamente a la Lista de Pueblo por su excelente resultado. También nos alegra que independientes tanto dentro de lista como fuera de lista llenen esta asamblea”, sostuvo Boric, quien luego volvió a entregar el mismo mensaje en el punto de prensa acompañado del PC.
La debacle de Unidad Constituyente
Se demoraron mucho más de lo esperado en dar sus opiniones respecto de los resultados de anoche. Pero cuando bajaron las escaleras de la sede de la DC, pasadas las 21.00 horas, sus rostros eran sombrios.
El presidente de esa colectividad, Fuad Chahin, junto a su candidata presidencial, Ximena Rincón y el candidato a gobernador por la RM, Claudio Orrego, fueron los primeros en enfrentar a la prensa para asumir la dura derrota que ninguno presagió: en constituyentes la mayoría de las apuestas seguras de la DC no entraría a la convención y lejos quedarían de la posibilidad que transmitieron durante meses -con seguridad- de ser la primera fuerza de la Unidad Constituyente. Y para más dolor en ese sector, con esos resultados en el Frente Amplio celebraban el término de la hegemonía de la ex Concertación.
Las lecturas tampoco eran alegres en la sede del Partido Socialista, donde luego se reunirían todos los dirigentes de ese pacto para analizar su cruda situación. Y si bien el PS alcanzó la primera mayoría en número de constituyentes de toda la centroizquierda, con 14 convencionales, sus compañeros de coalición no tuvieron la misma suerte. El PPD y el PL obtuvieron tres cada uno, mientras que el PR y PRO solo uno. La DC, en tanto, alcanzó 3 escaños.
En ese momento, desde el pacto transmitían preocupación por el devenir del bloque en materia presidencial, e incluso algunos al interior de la DC manifestaban incertidumbre por un posible giro hacia la izquierda de los socialistas, lo que podría poner en riesgo una primaria entre esas colectividades.
No obstante, desde esa coordinación sostenían que la “verdadera” medición para esos comicios se daría en materia de alcaldes y concejales. En esas elecciones el bloque no sufrió un duro revés como en materia convencional y logró mantener un número similar de municipalidades, de acuerdo a los pronósticos que ya manejaban en ese bloque. Con el 99,13% de las mesas escrutadas, la DC subió de 43 a 46 alcaldes, el PS bajó de 25 a 22 y el PPD de 26 a 17.
En tanto, en concejales -comicios que, según los partidos, miden el peso en los territorios- la Unidad Constituyente mantuvo un desempeño parecido al de 2016. Pese a esto, una de las colectividades que más aumentó sus resultados en esta materia fue el Partido Comunista, quienes, hasta el cierre de edición, casi duplicaban su número de votos.
No obstante, en el pacto si alcanzaron a celebrar algunos triunfos. En materia de gobernadores regionales la Unidad Constituyente logró buenos resultados en la mayoría de las zonas del país, logrando pasar a segunda vuelta en 11 regiones y ganando de forma inmediata Aysén y Magallanes.
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