Las horas más oscuras de Tohá
La ministra está en medio de una sangría que hace tambalear su permanencia en el gabinete. Pese a la ofensiva de la derecha en su contra y los cuestionamientos por cómo gestionó la denuncia contra Monsalve, la titular de Interior ha transmitido a sus cercanos que no renunciará. Por el momento, el Presidente se inclina por blindarla y no dejarla caer. En este trance, sus opciones presidenciales parecen diluirse: Tohá ha perdido apoyos en su partido, en el PS y se profundiza una pugna con el Frente Amplio.
Han pasado 18 días desde que la ministra Carolina Tohá (PPD) está en el centro de una sangría que parece no tener fin. A las pocas personas con las que ha conversado sobre el momento por el que atraviesa les ha transmitido que cree estar inmersa en una de las crisis más “terribles, desestabilizadoras e inesperadas” que le ha tocado vivir en su carrera política.
La caída del ex subsecretario Manuel Monsalve -por la denuncia de violación en su contra- no solo derribó la ascendente carrera política del exsocialista. También está a un paso de arrastrar y llevarse junto a él a la ministra Tohá, el principal liderazgo del Socialismo Democrático, quien, junto a la vocera Camila Vallejo (PC), se ha convertido en uno de los pilares más relevantes para el Presidente Gabriel Boric.
En uno de sus momentos políticos más complejos, Tohá reconoce a La Tercera lo dura que ha sido esta crisis. “Es una crisis muy dura por el peso político y ciudadano de tener a la segunda autoridad de la seguridad investigada por delitos de este calibre. Siempre entendimos la gravedad con el Presidente y supimos que la prioridad era la operación de la justicia. En lo personal, y como mujer, es una crisis aún más dura, por haber compartido tantas horas con una persona sospechada de hechos tan infames”, dice la titular de Interior.
Esta semana partió compleja. El lunes la derecha dio la partida a una ofensiva en su contra y sometió a Tohá a un intenso tren de sesiones parlamentarias. La intención de la oposición es exponerla y forzarla a un hostil examen por el caso Monsalve. Incluso, evalúan activar una segunda acusación constitucional en su contra, con la intención de tenerla constantemente como objetivo político.
El golpe de gracia llegó el martes, cuando T13 reveló que dos días antes de que Monsalve abandonara La Moneda, Tohá lo llamó por teléfono. En una conversación de solo segundos, la ministra le pidió que fuera hasta su hotel para ponerse a disposición de la Fiscalía y la PDI, quienes habían llegado hasta allá para realizar diligencias investigativas. Ese hecho desconocido contradijo las propias palabras de Tohá, quien antes admitió en público que recién habló con el ex subsecretario el jueves 17 de octubre, el mismo día en que la denuncia por violación se conoció públicamente y la autoridad renunció a su cargo.
En el marco de la ofensiva de la oposición, Tohá tuvo que enfrentar el martes a la sala de la Cámara. Ante las intervenciones de diputados molestos, la ministra intentó atajar las balas. “Hay que ser extremadamente osado para decir que no dije la verdad cuando señalé que solo el jueves había tenido la conversación con Monsalve que el Presidente instruyó para el martes en la noche. Lo que dije es la pura verdad. Esa conversación solo se produjo el jueves. Lo que sucedió el martes es que me solicitaron llamarlo para que se trasladara al hotel, cosa muy distinta”, aseguró.
Pese a estar sobre la cuerda floja, quienes han hablado con Tohá comentan que está convencida de que no debe dejar el gobierno. La líder de Interior ha transmitido a sus cercanos que no está dispuesta a irse por los eventuales delitos que haya cometido Monsalve y que considera injusta una decisión así. Pese a la sangría a la que está expuesta desde el 17 de octubre, Tohá no dará un paso al costado. En sus planes está aguantar hasta marzo y abandonar La Moneda junto al debut del nuevo Ministerio de Seguridad.
Mantenerse en el gabinete coincide con los planes de La Moneda y la intención del Presidente de no hacer cambios en su comité político. En Palacio aseguran que hasta el momento el diseño es que el cambio de gabinete se aplace lo más posible, para alejarlo de Monsalve y de las elecciones municipales. Así consiguen asociar el ajuste ministerial al plazo fatal de las autoridades de gobierno que quieran renunciar para competir en las elecciones parlamentarias de 2025: el 16 de noviembre.
Una ministra golpeada
Fuentes de La Moneda cuentan que si bien la confianza política de Boric con Tohá se fracturó, el Mandatario la sigue blindando y no está dispuesto a dejarla caer. Al menos por ahora.
Parte de esas razones se explican por la complicidad que han cultivado estos años en Palacio y que ha llevado a que el Presidente valore el compromiso que tiene con su gobierno. Más aún cuando está consciente del valor de Tohá como líder de la robusta agenda de seguridad desplegada por el Ejecutivo.
Meses atrás, antes de la crisis, el Mandatario la observaba con buenos ojos para que terminara siendo la candidata presidencial de la alianza de gobierno y así concretar lo que él quiere que sea parte de su legado: una sola coalición progresista de largo plazo.
Antes de que el caso Monsalve le diera vuelta el tablero en 180 grados, quienes apoyan a Tohá en el Socialismo Democrático habían iniciado los primeros pasos para el diseño de la hoja de ruta de lo que sería su itinerario como candidata presidencial.
Los cercanos a Tohá describen su situación personal como un déjà vu de lo que ha sido su biografía. En su entorno dicen que la ministra es fiel al ejemplo que le dio su padre, José Tohá, uno de los exministros del expresidente Salvador Allende. Una autoridad que siguió en el gabinete contra todo, incluso costándole su propia vida.
Quienes la conocen dicen que en momentos de crisis reacciona de forma introspectiva. Por eso no les llama la atención que desde que se hizo pública la denuncia, Tohá se haya sincerado apenas con un pequeño grupo de cercanos y haya pedido poca ayuda. Algunos la han visto agobiada, otros “más golpeada que nunca antes”. Entre sus orejeros, con quienes suele hablar poco o intercambiar algunos mensajes, figuran personeros de centroizquierda como el exsenador Guido Girardi (PPD), Sergio Bitar (PPD), Eugenio Tironi, Ricardo Solari (PS) y Enrique Correa.
Los que la apoyan creen que la ministra necesita con urgencia recuperar el control de sus decisiones, lo cual se vislumbra como un objetivo difícil, dado que las variables de un caso penal como este no dependen de ella. Por lo mismo, ven con preocupación la curva de desgaste en la que está sumergida, lo que la tiene cada vez con menos margen de acción. Más aún considerando la presión de la derecha.
Sobre eso último, la ministra se defiende. “Todo lo demás es la cultura machista desviándose del verdadero problema y sacando provecho de forma impúdica. Pareciera que Monsalve es solo un actor de reparto. La mirada tiene que estar puesta sobre el abuso, no sobre inventar conspiraciones”, afirma.
Pero lo cierto es que a la ministra le ha jugado en contra el “goteo informativo”, ya que no ha sido capaz de exponer de una sola vez los hechos vinculados al caso. Por el contrario, día por día ha ido respondiendo los nuevos antecedentes revelados por la prensa.
La investigación de la Fiscalía, además, no suelta al gobierno. El miércoles, Tohá declaró ante el fiscal Xavier Armendáriz. Lo hizo de manera voluntaria, como testigo y sin abogado. “No tengo ninguna preocupación personal sobre esa declaración, porque los hechos son claros. Aquí hubo un subsecretario hombre acusado de violación y una ministra mujer que ha enfrentado la situación buscando que la justicia opere”, dice Tohá.
El cortocircuito oficialista
Con el paso de los días, y a pesar de las explicaciones, la desconfianza hacia Tohá se ha extendido incluso a sus compañeros del PPD y el PS, de quienes, según ha manifestado en privado, no ha recibido todo el respaldo que esperaba.
“El apoyo a Tohá se ha diluido en el PPD”, advierten dirigentes de su partido. Aparte del timonel, Jaime Quintana, el exsenador Girardi y miembros de la comisión política como Francisco Vidal y el exministro Bitar, solo unos pocos más defienden el diseño original que se había fijado para salir del gobierno en marzo o abril para asumir una candidatura presidencial en representación del Socialismo Democrático.
Su forma de gestionar la denuncia de Monsalve -llevando el problema directamente hasta el despacho presidencial- también ha provocado un recrudecimiento de las críticas en su contra en el Frente Amplio, con una afrenta soterrada con la ministra Antonia Orellana y también en sectores del PS, partido que, además, resiente haber perdido el poderoso cupo que tenían en Interior.
Los socialistas están en alerta por el golpe que ha significado el caso Monsalve. Hace unos días la timonel del PS, Paulina Vodanovic, citó hasta su casa a una comida a los ministros de su partido. Hasta allá llegaron Mario Marcel (Hacienda), Maya Fernández (Defensa), Jéssica López (MOP) y Carlos Montes (Vivienda). En la cita se conversó sobre los costos para el partido y, también, se abordó el futuro presidencial del sector.
En paralelo a esta pugna, la presión por apurar su salida se ha intensificado. El magro 4% de los votos obtenidos por el subpacto PPD más independientes en la elección de concejales encendió las alarmas y apuró a muchos de sus dirigentes a promover que su nombre estuviera incluido en el cambio de gabinete. Esto apunta, también, a evitar que el ruido del caso afecte la segunda vuelta de los gobernadores.
Dirigentes del PPD señalan en privado que la tensión interna por el futuro de Tohá es enorme. Todo se mira con suspicacias en medio de la pugna entre quienes la apoyan y quienes quieren diseñar su salida.
El domingo pasado, por ejemplo, el gobierno había pedido a los timoneles de los partidos oficialistas ir a La Moneda para dar una señal de unidad tras conocerse los resultados. Quintana se encontraba en Temuco y sin consultarles a los demás miembros de la directiva, le pidió a Girardi asistir en representación del partido. Las quejas se hicieron sentir con fuerza al día siguiente durante la reunión de la mesa, pues Girardi es el principal apoyo de Tohá.
Algunos ya están comparando la situación de Tohá con la del exministro de Desarrollo Social Giorgio Jackson (FA), quien pese a su cercanía con el Mandatario no pudo mantenerse en el gabinete. Por más que estiró la agonía, Jackson tuvo que dar un paso al costado. Lo hizo a regañadientes y forzado por el ultimátum que dio la UDI.
La derecha podría arrinconar a Tohá de la misma forma, al punto de exponerla a una parálisis de la agenda del gobierno. Por eso, los cercanos a la ministra han activado incipientes gestiones con dirigentes tradicionales de la oposición para hacer ver lo contraproducente que sería descabezar Interior en medio de la crisis de seguridad que vive el país.
En medio de la tormenta, Tohá ha afiatado su vínculo con el nuevo subsecretario del Interior, Luis Cordero. Sin embargo, fuentes del oficialismo comentan que cuando el gobierno buscaba cartas para suceder a Monsalve, en un primer momento la ministra se inclinó por el subsecretario de Defensa, Ricardo Montero. El socialista es un conocido para ella, porque antes de llegar a Defensa fue su jefe de gabinete. Montero, al ser del PS, no modificaba los delicados equilibrios de poder al interior de La Moneda.
Rápidamente la directiva socialista se opuso al cambio. Lo hizo principalmente por la negativa de Vodanovic a que tocaran cupos socialistas sin haberlos conversado previamente con la colectividad.
Finalmente, Boric llamó al entonces ministro de Justicia para pedirle que dejara el cargo y asumiera la subsecretaría. La idea sonaba bien, porque además contaba con el beneplácito de Tohá, pero Cordero se negó. El abogado y experto en derecho administrativo se había enterado de la situación de Monsalve el jueves 17 pasado el mediodía, tras grabar un spot en La Moneda junto a la ministra Vallejo.
El Presidente tuvo que llamarlo por segunda vez para pedírselo. En La Moneda comentan que no había otro personero que pudiera asumir una cartera de la envergadura de las tareas que tiene por delante la Subsecretaría de Interior, dada la grave crisis de seguridad que afecta al país.
Con Cordero instalado en Interior, Tohá le ha pedido que sean implacables en el sumario administrativo y por eso se trasladó a la Contraloría. Eso explica, además, que se haya oficiado al Consejo de Defensa del Estado para que evalúe una querella. “La crisis se descomprime haciendo operar la justicia y fortaleciendo las instituciones (...). Y la crisis se descomprime enfrentando con fuerza la instrumentalización, la mentira y el doble estándar, que han sido vergonzosos en este caso”, dice la ministra.
Pese a la fuerte tormenta que tiene a Boric hundido en una nueva crisis, el Mandatario ha optado por dar un espaldarazo a Tohá, su principal apoyo en el gobierno. “Los cambios solo han podido avanzar cuando las fuerzas democráticas y de progreso actúan con unidad y eso es lo que debe prevalecer en este momento. Con mi ministra del Interior, Carolina Tohá; con mi comité político, con mi gabinete y con todos mis colaboradores. Ese es y será nuestro único objetivo”, afirmó el jueves de la semana pasada. Una frase que sigue resonando en los partidos de gobierno, más aún luego del fuerte llamado a la unidad que hizo el Presidente en Cerro Castillo.
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