Lo positivo, lo negativo y lo pendiente: Seis expertos enjuician el acuerdo de Sistema Político de la Convención

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Los convencionales que integran esa comisión lograron este lunes un acuerdo para reemplazar al fallido informe que rechazaron el pasado 18 de marzo. Javier Sajuria (Espacio Público), Sebastián Soto (U. Católica), Natalia Gonzalez (Libertad y Desarrollo), Sergio Toro (U. de Concepción), Lucas Sierra (CEP) y Julieta Suárez-Cao (U. Católica) entregan su balance respecto de la nueva propuesta.


Tras seis días consecutivos de trabajo, la comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional llegó la noche de este lunes a un acuerdo sobre la conformación de los poderes del Estado, propuesta que deberá ser votada en general en la comisión y luego en el pleno en los próximos días.

Frente a este diseño, que será la propuesta base de la comisión de Sistema Político, consultamos a expertos y expertas cuál es su análisis en tres puntos: los aspectos positivos, los negativos y los temas relevantes que no se incluyeron.

Aquí responden Javier Sajuria (Espacio Público), Sebastián Soto (U. Católica), Natalia Gonzalez (Libertad y Desarrollo), Sergio Toro (U. de Concepción), Lucas Sierra (CEP) y Julieta Suárez-Cao (U. Católica).

Sergio Toro: “Es un texto coherente”

El académico del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política de la Universidad de Concepción, Sergio Toro, sugiere que el acuerdo “vislumbra un texto coherente que, si bien es necesario seguir afinando, logra diferenciar las prerrogativas de cada órgano”.

Lo positivo: “Algo que celebro son las mociones de concurrencia presidencial. Creo que esa fórmula permite un Congreso más proactivo que reactivo. También es positivo que se hayan reincorporado las comisiones mixtas, aunque sea sólo en aquellas materias de acuerdo regional”.

Lo negativo: “Observo un debilitamiento de los contrapesos al Poder Ejecutivo al circunscribir la cámara territorial a las leyes de acuerdo regional. Creo que ese factor hará mucho más complicado resolver dos peligros de la democracia: momentos de conflicto permanente ejecutivo-legislativo y momentos en que los ejecutivos presentan conductas hegemónicas con un Congreso servil”.

Lo pendiente: “No logro vislumbrar el rol del Congreso y la cámara territorial en temas de excepción constitucional. Seguramente será un tema tratado en otra instancia, pero es importante saber qué órganos intervendrán en este tipo de declaraciones”.

Natalia Gonzalez: “Persevera en la idea de una Cámara con muy pocos controles y contrapesos”

Para la directora del Área Constitucional de Libertad y Desarrollo, Natalia González, una de las cosas más positivas es que el Poder Ejecutivo, en las indicaciones, “se haya limpiado y ordenado la estructura en el sentido de dejar al Presidente de la República y sus ministros, y no sumarle sobre todo la figura del ministro de Gobierno, porque en un régimen presidencial el presidente es jefe de Estado y jefe de Gobierno”.

Lo positivo: “Cuando uno suma un ministro de Gobierno que también gobierna, eso simplemente generaba un conflicto enorme en La Moneda, además de ir generando una suerte de germen futuro de semipresidencialismo, sistema con el cual no concuerdo, porque me parece que en la tradición republicana chilena es muy importante para la población elegir en las urnas al Presidente de la República. Entonces, eso es un aspecto positivo”.

Lo negativo: “La propuesta persevera en la idea de una Cámara de Diputados con muy pocos controles y pocos contrapesos. Si bien se crea una Cámara Regional, de todas maneras esta segunda cámara queda afuera de grandes temas que son de discusión nacional, por ejemplo, educación no pasa por ahí, leyes laborales no pasan por ahí, leyes de seguridad social no pasan por ahí”.

Lo pendiente: “El trámite de las acusaciones constitucionales y la ratificación de los nombramientos que hace el Presidente. No son cuestiones menores, porque a la larga, si la Cámara de Diputados es una cámara política, que fiscaliza los actos del Gobierno, pero que al mismo tiempo designa o ratifica sus designaciones, de nuevo está el tema de cómo se va concentrando el poder en esa cámara, especialmente el sistema electoral. Además, el tema de partidos versus movimientos, que se les trata como si fueran lo mismo, pero dice que tenemos que alcanzar un 3% esa colectividad”.

Javier Sajuria: “Es un presidencialismo un poco recargado en algunas áreas y eso es una mala noticia”

Para el abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y director de Espacio Público, Javier Sajuria, la comisión de Sistema Político es una de las “más trabadas, a pesar de ser la más moderada”. En ese sentido, asegura que el hecho de haber logrado un acuerdo ya es un gran avance y espera este “tenga suficiente apoyo en el pleno, al menos en general, para que no pase lo de la vez pasada”, refiriéndose al rechazo de la mayoría del primer informe presentado el pasado 18 de marzo.

Lo positivo: “Que hayan escuchado algunas sugerencias respecto al bicameralismo. Es un bicameralismo asimétrico con una Cámara Alta bien disminuida comparada con el Senado actual. Del punto de vista de la representacion territorial, esa es una buena noticia, a pesar de que todavía quedan cosas por mirar”.

Lo negativo: “Se perdió una oportunidad de avanzar hacia una verdadera redistribución del poder. Tenemos demasiado fuerte el presidencialismo como modelo ante la disyuntiva del ministro de Gobierno o el vicepresidente, que eran figuras que trataban de descentralizar el poder de la figura del Presidente (...). Es un presidencialismo un poco recargado en algunas áreas y eso es una mala noticia”.

Lo pendiente: “Falta mucho. Gran parte de las cosas en las que no se llegó a acuerdo terminaron mandatadas a la ley, entonces vamos a tener un proceso legislativo bien complejo. Por ejemplo, en el sistema electoral. La Cámara de Diputadas y Diputados quedó con un mandato de un sistema proporcional, pero sin mucho detalle. Va a haber que trabajar un montón desde el Congreso”.

Sebastian Soto: “Lo bueno es la eliminación del triunvanato”

Uno de los puntos que más destaca del acuerdo Sebastián Soto, académico de la Universidad Católica e integrante de la mesa técnica que realizó la reforma a la actual Carta Magna para habilitar el proceso constituyente, es la eliminación del triunvanato, es decir, del vicepresidente y del ministro de Gobierno.

Lo positivo: “De esta forma se consolida un presidencialismo moderado, que es parte de nuestra cultura de ejercer el poder y no daña la gobernabilidad. El triunvirato debilitaba la autoridad presidencial al incorporar al interior del gobierno tres agendas políticas diversas que posiblemente generarían conflicto y parálisis”

Lo negativo: “En las propuestas hay un conjunto de malas ideas, la más comentada es que el acuerdo mantiene un unicameralismo camuflado y no un bicameralismo asimétrico(...). La Cámara regional no es realmente un espacio de deliberación ni de contrapeso. Eso es un problema mayúsculo para la democracia que pierde contrapesos, y para la descentralización”.

Lo pendiente: “La regulación del proceso legislativo y las formas de control a la actividad de las cámaras que en Chile, desde 1970, está en manos del Tribunal Constitucional. Tampoco hay nada nuevo en la regulación de los DFL que en Chile están más limitados que en el extranjero ni respecto a las normas de fiscalización por parte de la cámara baja”.

Julieta Suárez-Cao: “Me gustaba la idea de la vicepresidencia”

Para la politóloga, profesional la U. de Buenos Aires y profesora de la Universidad Católica, Julieta Suárez-Cao, el acuerdo es positivo, cree que es un sistema político “mejor al que existe actualmente” y valora especialmente que existan escaños reservados de los pueblos originarios.

Lo positivo: “En ámbito presidencial me gusta que solo quede veto total. Me gusta esta idea de concurrencia presidencial en vez de iniciativa exclusiva, creo que pone un peso también en la presidencia para apoyar determinados proyectos y por lo tanto otorga mayor poder al Congreso. Me gusta obviamente lo de paridad, me parece que la definición de paridad es superadora a lo que existe a nivel mundial, esta idea de que al menos un cincuenta por ciento de mujeres y que además incluya identidades trans y no binarias que no se ubican en los tipos hombre-mujer”.

Lo negativo: “Personalmente no me gusta la forma de elección de las y los representantes de la Cámara Territorial. Me parece que es confuso y difícil de aterrizar en un sistema electoral coherente. Tampoco me gusta esta superposición de funciones de que son parte de las asambleas regionales. Entiendo el objetivo de rendición de cuentas horizontal entre asambleas regionales y Cámara de las Regiones, pero temo que esa relación horizontal oscurece la rendición vertical con la ciudadanía. Será un poco confuso para el electorado distinguir responsabilidades y funciones”.

Lo pendiente: “Me había gustado la idea de la vicepresidencia. Permitía una especie de seguro catastrófico, una posible acefalía y permitía también pensar en binomios paritarios en la elección presidencial, y generaba un puesto importante de recambio de liderazgo. Muchas veces en América Latina nos cuesta tener recambio de líderes y hay presidentes que terminan su mandato y no pueden volver a reelegirse y siguen orbitando cerca del poder y eso tiene un efecto nocivo en los recambios generacionales”.

Lucas Sierra: “Hay una relativa debilidad de la segunda cámara”

El abogado Lucas Sierra, investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP), valora el hecho de que la comisión de Sistema Político haya llegado a un acuerdo y advierte una debilidad en uno de los puntos claves de la propuesta: la Cámara de las Regiones.

Lo bueno: “El hecho de que, al menos, exista una propuesta que haya generado un principio de acuerdo sobre una materia que es ineludible para cualquier Constitución. También el que se haya eliminado el ejecutivo de tres cabezas originalmente propuesto y que parecía ser sólo el reflejo de una falta absoluta de acuerdo”.

Lo malo: “Hay varias cosas. Por ejemplo, la relativa debilidad de la segunda cámara, que reducirá la calidad de la deliberación legislativa y la visión de todo el territorio del país en ella. También, y esto es clave, el hecho de que se hable de “organizaciones políticas” y no, derechamente, de partidos políticos. En esa expresión ambigua podrían caber los movimientos sociales y las listas de independientes. El riesgo que esto implicaría para la gobernabilidad democrática es gigante”.

Lo pendiente: “Varias cosas. Por lo pronto, el contexto de órganos autónomos constitucionales con se rodeará al régimen político. Solo entonces podremos saber cuánto poder tendrá la Presidencia de la República y cuánta la gobernabilidad que entregará este régimen político”.

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