Los desafíos de Tohá en Interior: un acuerdo en seguridad, articulación política y un nuevo relato que apuntale al gobierno

“En mi caso personal hay una emoción particular por llegar a este ministerio, al igual que para mi familia, mi partido y el PS, que me hace sentir con más profundidad la responsabilidad que significa este cargo”, dijo Carolina Tohá (57), en su primer punto de prensa, tras ser nombrada ayer ministra del Interior, en reemplazo de Izkia Siches, quien derramó algunas lágrimas tras dejar su cargo.

La histórica figura de la Concertación -y fundadora del PPD- se refería al simbolismo que significaba para ella llegar, 52 años después, al mismo cargo que ejerció su padre, José Tohá González (fallecido en 1974 tras ser detenido y torturado por militares) en el gobierno de Salvador Allende.

Antes de pasar el micrófono al resto de los ministros que llegaron con ella ayer a esta segunda etapa del gobierno de Gabriel Boric, Tohá se refirió brevemente a las que serán sus prioridades: “Sabemos que hay un desafío enorme de articulación política y de atender la demanda de paz y seguridad de la ciudadanía”. Pero inmediatamente precisó que “cambiar nombres no tiene un efecto mágico”. “Lo que tiene un efecto mágico es mover todas las energías del Estado”, agregó.

Tras pasar varios años alejada de la trinchera política, Tohá llega a La Moneda con las altas expectativas que existen de que pueda enfrentar con mayor decisión los temas de seguridad, la violencia en la Macrozona Sur, en las regiones del norte del país y apuntalar el gobierno de Gabriel Boric tras el mazazo recibido el domingo pasado, con el amplio triunfo del Rechazo en el plebiscito.

Para la presidenta del PPD, Natalia Piergentil, mejorar la articulación política del gobierno es, sin duda, una de las tareas de la flamante ministra, pero es en seguridad donde debe marcar diferencias con sus antecesores: “Sin ánimo de pautear, a mi juicio, su desafío es hacer un gran acuerdo en seguridad en sus dimensiones de prevención y persecución”.

El exsenador PPD Guido Girardi menciona las mismas prioridades: “Generar una coordinación estratégica al interior del gobierno” y “garantizar el Estado de Derecho en cualquier lugar del país que, a mi juicio, es algo que no se ha declarado ni hecho con suficiente claridad”.

Sergio Bitar, otro expresidente del PPD, agrega un tercer desafió: dotar al gobierno de un nuevo relato: “(Tohá) es una persona con bastantes cualidades para darle un relato más socialdemócrata al gobierno, más centrista, que no sea solo comunista y frenteamplista”.

La cientista política del PPD ha tenido una activa carrera política, ejerciendo cargos de poder en distintas esferas donde, señala Girardi “ha enfrentado situaciones políticas muy difíciles, que le han dejado cicatrices, es decir, experiencia que es algo muy importante en política””.

Durante los últimos años del gobierno militar, Tohá fue dirigenta estudiantil y vicepresidenta de la Fech. Tras el plebiscito del 88, decidió que la política era su pasión y abandonó la Escuela de Derecho cuando cursaba el cuarto año (con todos sus ramos al día) y partió a estudiar Ciencias Políticas a la U. de Milán, donde obtuvo el grado de doctora, eligiendo a la socialdemocracia europea como su base ideológica.

Tras volver a Chile asumió como secretaria ejecutiva del Comité de Ministros Sociales del gobierno de Frei Ruiz-Tagle, cargo que ocupó entre 1995 y 1997, cuando decidió postular como diputada por Santiago.

Pese al decidido apoyo de Ricardo Lagos y el entonces llamado red set concertacionista, fue vencida por el experimentado político DC Enrique Krauss.

En 1999, Lagos, a quien han llamado “su padre” político, la integró al comité ejecutivo de su campaña presidencial y, tras imponerse a Joaquín Lavín en segunda vuelta y llegar a La Moneda, la nombró subsecretaria general de Gobierno.

En las parlamentarias de 2001 se cobró revancha de su derrota parlamentaria anterior y se convirtió en diputada por el entonces distrito 22 (Santiago Centro). A los cuatro años se reeligió con facilidad por un nuevo periodo y, cuando miraba de reojo el Senado, en marzo de 2009, Michelle Bachelet le pidió que fuese ministra vocera, debiendo dejar su cargo en el Congreso.

Se instaló en La Moneda e hizo una vistosa carrera, pero el 15 de diciembre de ese año volvió a recibir una llamada que la sacaría de su track: era Frei, quien le pidió que fuese su jefa de campaña para volver a la Presidencia, elección que meses más tarde perdería ante Sebastián Piñera.

En mayo de 2010 agregó un nuevo cargo a su currículum y se convirtió en la primera presidenta del PPD, que ejerció hasta junio de 2012, cuando se le encomendó una nueva misión: recuperar la emblemática alcaldía de Santiago y, de paso, colaborar a propinarle un primer golpe a Piñera para pavimentar el regreso de la centroizquierda al poder.

La noche del 28 de octubre de 2012, al enterarse que había sido electa alcaldesa (imponiéndose a Pablo Zalaquett), Tohá habló a sus partidarios y dedicó su triunfo a su papá, momento que la emocionó y terminó con su salida del escenario.

Tras una gestión marcada por las “tomas” en liceos emblemáticos, el combate al comercio ambulante y la remodelación de la Plaza de Armas, entre otras cosas, Tohá decidió buscar su reelección. Cuando estaba a punto de anunciar su decisión, recibió un fuerte espolonazo: antecedentes entregados por la PDI revelaron la entrega de financiamiento por parte de la minera SQM al PPD bajo su conducción entre 2010 y 2012.

Pese a la negativa de sectores de la DC para que se repostulara, la cientista política compitió igual, pero fue derrotada el 23 de octubre de 2016 por el concejal de RN Felipe Alessandri.

La fundadora del PPD decidió alejarse de las trincheras y dedicarse a la vida académica, la investigación y las consultorías.

No fue hasta después del estallido social cuando a Tohá paulatinamente comenzó a aceptar invitaciones –públicas y privadas- para abordar la crisis institucional que estaba enfrentando el país, el proceso constituyente y las sucesivas contiendas electorales, reluciendo una madurez política y asertividad que revalorizaron su figura política.

Fue en este momento en que conectó con Gabriel Boric, quien vio en su experiencia y, quizás en “las cicatrices” a las que se refería Girardi, un apoyo y consejería en momentos que era requerido por su sector para ser candidato presidencial.

Pero respetando su militancia en el PPD, Tohá apoyó, aunque tibiamente, a las candidatas del Socialismo Democrático -Paula Narváez, en las primarias, y Yasna Provoste en primera vuelta-, aunque en su interior se identificaba más con el dirigente frenteamplista y su propuesta, a quien empezó a transmitir su experiencia.

Tohá fue muy crítica de la forma en que se estaba desarrollando la Convención Constituyente, pero volvió a respetar la línea de su partido y apoyo el Apruebo en el reciente plebiscito de salida, pero sólo desde su rol de analista.

En eso estaba cuando recibió el llamado de Boric para que asumiera Interior.

Hasta último momento, en sectores de Apruebo Dignidad (PC y Frente Amplio) y el Socialismo Demócratico (PS, PPD, PR y PL) hubo dudas sobre la llegada de Tohá a La Moneda. Estas se fundamentaban en el veto que habían advertido algunos sectores a raíz de un juicio de cuentas que lleva adelante la Contraloría por su gestión como alcaldesa de Santiago -que asciende a más de 300 millones de pesos- y también por el antes mencionado vínculo del PPD con SQM.

Incluso, entre 2011 y 2016, el Presidente tuiteó en varias ocasiones con críticas hacia su actual ministra del Interior, en su rol de alcaldesa y presidenta del PPD.