Adiós definitivo del gabinete: Giorgio Jackson renuncia al Ministerio de Desarrollo Social
La dimisión del secretario de Estado se dio esta tarde en una reunión que tuvo con el Presidente Gabriel Boric en La Moneda, en medio de fuertes presiones por su salida y ad portas de la presentación de una acusación constitucional en su contra.
Ad portas de la presentación de una acusación constitucional anunciada en su contra por la bancada Republicana -y respaldada por Chile Vamos- en el marco de los líos de platas entre entidades estatales y fundaciones, el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, presentó esta tarde su renuncia al cargo.
La dimisión del secretario de Estado se dio esta tarde en una reunión con el Presidente Gabriel Boric en La Moneda. La puerta de acceso a la oficina del Jefe de Estado fue cerrada y un escolta la resguardaba, mientras las luces del Salón Montt Varas se encuentran encendidas.
El Mandatario llegó pasadas las 18 horas a Palacio para la cita, mientras se preparaba el punto de prensa donde finalmente Jackson anunció su dimisión.
“Quiero comunicarle a la ciudadanía que después de sostener una reunión con el Presidente, quiero comunicar que he tomado la decisión de presentar mi renuncia de forma indeclinable”, dijo Jackson en su declaración.
“Llegué a esta convicción después de reflexionar bastante y de constatar de que Chile está cansado de vernos pelear, de que existan excusas de poder avanzar en una reforma a las pensiones, en las reformas necesarias para tener un sistema de cuidados, de poder avanzar en la reducción de las listas de espera, de los temas de seguridad”, continuó.
Jackson, además apuntó a que “particularmente doy un paso al costado al constatar también de que mi presencia en el gabinete ha sido ocupado por la oposición política como una excusa para no avanzar en los acuerdos que hoy día Chile demanda”.
Las presiones para su salida
El escenario se había complicado para Jackson por el rol de su partido, Revolución Democrática (RD) en los casos de líos de platas. El ahora exministro está en calidad de querellado y será citado a declarar en el caso en que el Ministerio Público indaga delitos de corrupción. Además, debió enfrentar una lluvia de peticiones de renuncia por parte de la oposición y de dirigentes del propio oficialismo a dos meses de que estallara la crisis.
El robo de computadores y una caja fuerte desde su cartera en medio de la indagatoria de la Fiscalía y las críticas internas por su manejo ante ese hecho ayudaron también a encausar presiones para su salida. Esta semana, adicional a eso, se conoció que el Consejo de Auditoría que depende de la Segpres pidió dejar de reportar detalles relativos a los traspasos a terceros justamente en junio del año pasado, cuando él aún era ministro de esa cartera.
A ese complejo cuadro se sumó la acusación constitucional impulsada -por segunda vez- por la bancada del Partido Republicano, para cobrar su responsabilidad política en los líos de platas -que se destaparon por contratos suscritos por una fundación ligada a Revolución Democrática, el partido que fundó en 2012- y, según acusan, por haber reconocido hechos de corrupción que no fueron debidamente denunciados por la repartición que dirige.
Su trayectoria en el gobierno
Jackson había arribado al Ministerio de Desarrollo Social el 6 de septiembre, cuando el Presidente realizó su primer ajuste ministerial. En esa oportunidad el jefe de Estado optó por un cambio en el corazón del gobierno, con la salida de Izkia Siches de Interior, el traspaso de Jackson desde la Segpres a Desarrollo Social, y la llegada del Socialismo Democrático al comité político: Carolina Tohá (PPD) asumió la jefatura de gabinete y Ana Lya Uriarte (PS) se instaló en la Secretaría General de la Presidencia (Segpres).
El paso de Jackson por la Secretaría General de la Presidencia -donde alcanzó a estar seis meses- había sido ripioso. Como líder en ese momento de la cartera encargada de llevar la relación con el Congreso, tuvo una relación compleja con los parlamentarios. Las críticas a su gestión llegaron al poco tiempo. Se le acusó de falta de diálogo y algunos de sus mayores críticos surgieron desde la propia coalición oficialista, incluyendo a los senadores PS Fidel Espinoza y Alfonso de Urresti. En algunos sectores lo apuntaron como supuesto “ideólogo” de la propuesta que buscaba acabar con el Senado en el texto de nueva Constitución redactado por la Convención Constitucional, que finalmente fue rechazado por la ciudadanía en el plebiscito del 4 de septiembre.
A esto se sumó que, poco antes de dejar la Segpres, y complejizando su situación, aseguró -en una transmisión en vivo en la que participó a través de la plataforma Twitch- que la “escala de valores y principios en torno a la política” de su coalición distaba tanto de la del gobierno anterior (de Sebastián Piñera) como de “la generación” que los antecedió. Llovieron las críticas del Socialismo Democrático, que compone la coalición del Ejecutivo junto a Apruebo Dignidad.
Y aunque se disculpó, las relaciones quedarían resentidas.
Ya en Desarrollo Social enfrentó uno de los episodios más complejos con la acusación constitucional en su contra impulsada por el Partido Republicano. Se lo acusaba de subejecutar el presupuesto de su cartera en lo relativo al fondo de tierras y aguas indígenas; “dejar sin ejecución la Constitución y las leyes por no implementar oportunamente la ley N° 21.302 y de haber ejercido eventuales presiones en contra de la exseremi por la Región Metropolitana, Patricia Hidalgo, para votar en contra de sus convicciones en diversos proyectos.
Hidalgo, a quien el ministerio responsabilizó de no haber hecho las denuncias pertinentes en un caso de presunta violación en una residencia dependiente de la cartera, anunció acciones legales en contra de Jackson, las que terminó ejecutando a fines de diciembre. El entonces titular de Desarrollo Social, por su parte, aseguró no haber ejercido ninguna presión.
En cuanto al libelo acusatorio, los diputados terminaron rechazándolo el 19 de enero.
Ya en el último tiempo, desde el gobierno se le había dotado de un rol preponderante en la crisis por los incendios en la zona centro-sur, como ministro enlace en la Región de La Araucanía.
Historia con el Presidente
Jackson y Boric se conocieron cuando ambos eran estudiantes universitarios. El primero era presidente de la FEUC y el hoy Mandatario lo sería luego de la FECH cuando ambos coincidieron hace más de una década en el local Mr. Cookse de Santiago Centro, donde -según han relatado- comieron pollo.
En ese lugar comenzó una amistad y también un camino político común. Fueron dirigentes estudiantiles, rostros fundadores de colectividades del Frente Amplio -Jackson milita en Revolución Democrática y Boric en Convergencia Social-, diputados en dos periodos, y luego el ingeniero civil industrial asumiría como jefe programático de la campaña presidencial.
Cuando eran parlamentarios jugaban como dupla, y la cercanía era tal que algunos incluso los confundían. Fue así que en su segundo periodo en la cámara resolvieron hacer un video para diferenciarse.
“No los confunda”, “mírenlos bien, son muy diferentes”, se veían en los textos escritos en la grabación, en la que iban apareciendo láminas con descripciones de cada cual con frases como: “uno es chuncho, el otro cruzado, uno está flanco, el otro no está flaco, uno es ingeniero, el otro es abogado...”
Ya en el gobierno se mantuvieron las interacciones, reflejando la particular cercanía entre ambos. En junio, cuando el Presidente se reunió en un bar en Canadá con el Primer Ministro de ese país, Justin Trudeau, desde Santiago, adjuntando una fotografía de ambos cenando, Jackson posteó un video con la popular canción Ultra solo mencionando la siguiente estrofa: “Aquí estoy, ultra solo, pensando en que me cambiaste por otro, pensando en cómo lo perdimos todo..”
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