Nombramiento de Francisco Figueroa (FA) en Bienes Nacionales genera críticas en el Socialismo Democrático y la derecha

El caso de la compraventa de la casa de Salvador Allende no ha dejado de agitar las aguas al interior de la alianza de gobierno.

Este jueves, el Presidente Gabriel Boric nombró como ministro de Bienes Nacionales al periodista Francisco Figueroa (Frente Amplio), quien entró a reemplazar a Marcela Sandoval, del mismo partido.

El nuevo secretario de Estado se desempeñó como jefe de gabinete de la ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro (FA). Además de su rol en la repartición, desde su época estudiantil ha estado vinculado a las figuras que hoy ocupan La Moneda. En 2011 fue vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) durante la presidencia a cargo de la ministra de de la Secretaría General de Gobierno, Camila Vallejo (PC).

Rápidamente, desde el Socialismo Democrático, la coalición que agrupa al Partido Socialista (PS) y el Partido Por la Democracia (PPD), hicieron ver sus reparos ante el nombramiento.

Por ejemplo, el senador Fidel Espinoza, del PS, publicó en su cuenta de X: “Nombran en Bienes Nacionales a un acérrimo detractor de Michelle Bachelet, quien públicamente la denostaba. Estamos cada vez peor. Esta cartera ha sido vilmente manoseada por el gobierno, perjudicando a miles de chilenos que luchan por su título de dominio”.

El legislador hacía referencia a una entrevista en Radio Cooperativa de Figueroa, publicada en 2015, en que él advirtió que Bachelet sufriría una “pifiadera enorme” en la Copa América de ese año.

Los dichos del senador son compartidos incluso por integrantes de la directiva socialista, encabezada por Paulina Vodanovic. Pero han optado por guardar silencio para evitar que la polémica escale aún más.

En la misma línea que Espinoza, el diputado Jaime Araya, de la bancada PPD e independientes, solicitó a la nueva autoridad “sincerar su opinión sobre los aportes de la Concertación, el Presidente (Ricardo) Lagos, la Presidenta Bachelet, de Sergio Bitar, y sobre los 30 años más prósperos en la historia de Chile, para confirmar que sus burlas y odios son cosas del pasado”.

En su publicación, Araya adjuntó una serie de capturas de pantallas de dichos emitidos por Figueroa hace años.

“Feliz por la tremenda votación del Frente Amplio. Se acabó la Concertación y con ella los estrechos marcos de la transición. Emerge una alternativa para el nuevo Chile”, publicó en 2017. “Bachelet asume Alto Comisionado ONU con más deudas que méritos en materia de DDHH. Nueva Mayoría podrá aplaudir, pero al hacerlo celebra reducción de DDHH a indicadores de buen comportamiento neoliberal, contra la concepción sustantiva que necesitamos para fortalecer nuestras democracias”, escribió Figueroa en 2018.

En todo caso, es un factor común entre las actuales autoridades del Frente Amplio haber criticado a los partidos que integraron la Concertación antes de unirse en esta administración. Sin ir más lejos, el propio Presidente Boric cuestionó en varias ocasiones a Bachelet, Ricardo Lagos y Eduardo Frei Ruiz-Tagle a través de redes sociales.

En tanto, el diputado Marcos Ilabaca (PS) sostuvo que “yo lo que espero es que el nuevo ministro asuma como corresponda y en definitiva entienda que el gobierno no es un espacio para ir a aprender. El gobierno, sobre todo en el último año de mandato, debe ser un espacio donde se haga la pega. Espero que el Ministerio de Bienes Nacionales esté a la altura de los desafíos que implica una de las carteras más importantes de la ciudadanía en orden a tener certeza sobre sus espacios”.

El nombramiento de Figueroa también generó cuestionamientos en los partidos opositores, desde los que no solo apuntaron hacia su falta de experiencia para el cargo, sino también a su cercanía con Boric.

Además, en el sector también ha generado ruido la tesis con la que Figueroa se tituló en la carrera de periodismo en la Universidad de Chile, en 2013, titulada “Llegamos para quedarnos. Crónica de la revuelta estudiantil”. En el texto, relata las movilizaciones estudiantiles del 2011 y -acusan en el sector- relativiza la violencia en las protestas.

Al respecto, el jefe de bancada de la UDI, Gustavo Benavente, aseguró que “Francisco Figueroa representa el lote refundacional del Frente Amplio. El Presidente sigue en la senda de poner a sus amigos de carrete en vez de buscar personas idóneas para los cargos. Un nuevo estudiante en práctica en el gobierno”.

Su par de Republicanos, Luis Fernando Sánchez, por su parte, señaló que “si es que es alguien tan cercano al Frente Amplio me hace sentido porque obviamente tenían que repararle el desaire de algún tipo a quienes terminaron pagando el pato. Porque entendamos las cosas como son, al final la salida de la ministra de Bienes Nacionales fue un fusible para blindar a Maya Fernández, para blindar a la familia Allende y para proteger este acuerdo (...). Espero que él haga bien su trabajo”.

En esa línea, el diputado Miguel Ángel Calisto (Ind.-Demócratas) complementó que “la administración del Estado no es administrar una federación de estudiantes. Lamentablemente, el gobierno insiste en nombrar a los amigos del Presidente que participaron con él en los distintos movimientos estudiantiles. Esperamos que el ministro, una de las primeras acciones que realice, sea dar explicaciones al Congreso y al país respecto de las eventuales irregularidades cometidas en la adquisición de la casa del expresidente Allende”.

El senador de la UDI y subjefe de bancada del partido, Sergio Gahona, afirmó que “el Presidente ha perdido una nueva oportunidad para fortalecer el Ministerio de Bienes Nacionales. Un ministerio golpeado por el escándalo de la casa de Allende, pero el octubrismo y el cuoteo político se impuso con Figueroa”.

La diputada Marlene Pérez (Ind.-UDI), en tanto, planteó que “lo que se esperaba era que el gobierno hubiese aprovechado esta crisis para nombrar a alguien con experiencia y demostrada capacidad de gestión como ministro de Bienes Nacionales, no alguien con el que evidentemente se busca mantener un equilibrio político entre los partidos”.