Plan B: La Moneda pondrá suma urgencia a reforma que rebaja quórum de actual Constitución

Jackson y Winter
El ministro Giorgio Jackson y el diputado Gonzalo Winter esta semana en la comisión de Constitución donde se discute el proyecto.

En vista de que la tabla de proyectos se conforma con el acuerdo de todas las bancadas, existía el riesgo de que los republicanos no dieran la unanimidad para votar la reforma de los 4/7 el próximo miércoles. Sin embargo, ahora con el inminente envío del gobierno, la iniciativa podría ser despachada por el Congreso antes del plebiscito.


Una ayuda adicional de parte del gobierno recibirá la reforma que rebaja el quórum para modificar la actual Constitución.

El objetivo de la mayoría de las bancadas de la Cámara de Diputadas y Diputados es aprobar esta iniciativa el próximo miércoles en la sala, para que regrese al Senado a fines de agosto y sea despachada por el Congreso antes del plebiscito del 4 de septiembre.

No obstante, la bancada del Partido Republicano se había convertido en la última valla para este proyecto que dejaría en 4/7 de los legisladores en ejercicio (29 senadores y 89 diputados) el piso para realizar cambios a la Carta Fundamental vigente.

Esta reforma -de autoría de los senadores DC Matías Walker, Ximena Rincón e Iván Flores, además de su par independiente PPD, Pedro Araya-, en la práctica, habilita un Plan B en caso de que triunfe el Rechazo a la propuesta de nueva Constitución.

Si bien la iniciativa ya cuenta con el respaldo de la UDI, RN, Evópoli, la DC, el Partido de la Gente (PDG), el PS, el PPD, liberales, radicales, el Frente Amplio y el PC, además de independientes como Pamela Jiles y Carlos Bianchi, los republicanos aún tenían algunas cartas para dilatar la tramitación.

En vista de que la tabla de proyectos a discutir en sala se conforma con el acuerdo de todas las bancadas, existía el riesgo de que la colectividad que lidera José Antonio Kast, el senador Rojo Edwards y el diputado Cristóbal Urruticoechea no dieran la unanimidad para votar la reforma de los 4/7 el próximo miércoles.

Para evitar ese escollo, representantes de bancadas oficialistas le pidieron al ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson, y a la subsecretaria Macarena Lobos, que el gobierno le pusiera suma urgencia.

Según confirman al menos tres autoridades parlamentarias, esa medida -que debiera materializarse en la sesión del próximo lunes de la Cámara- permitiría poner en discusión esta iniciativa, a pesar de la eventual oposición de los republicanos.

Inicialmente el gobierno y del Frente Amplio y el PC se habían resistido a esta reforma para evitar hacer una suerte concesión a la campaña por el Rechazo.

Sin embargo, tras el giro estratégico que hizo el Presidente Gabriel Boric, al señalar que tendría que abrirse un nuevo proceso constituyente si es rechazada la propuesta de la Convención Constitucional, el oficialismo se allanó a apoyar esta moción.

Este proyecto ya fue visado por el Senado y el miércoles pasado, con 11 votos a favor y uno en contra, se aprobó en general en la Comisión de Constitución de la Cámara.

La moción contó con el respaldo de los diputados Karol Cariola (PC); Jorge Alessandri (UDI); Joanna Pérez (DC); Camila Flores (RN); Marcos Ilabaca (PS); Pamela Jiles (Ind); Raúl Leiva (PS); Andrés Longton (RN); Leonardo Soto (PS) y Gonzalo Winter (CS) y Catalina Pérez (RD). Mientras que el republicano Luis Sánchez votó en contra.

Con esa votación, se abrió un plazo de indicaciones hasta el mediodía del lunes. Una de las modificaciones que se propondrá -por parte del PS, el PC y el Frente Amplio- es rebajar adicionalmente el quórum de leyes orgánicas constitucionales y de leyes interpretativas.

Sin embargo, tras la sesión del miércoles, el jefe de bancada del Frente Amplio, Gonzalo Winter, anunció una jugada de alto riesgo: dijo que buscaría un acuerdo para rebajar aún más el quórum para dejarlo en la mayoría de los parlamentarios en ejercicio.

Si bien la moción original (de 4/7) deja un piso de aprobación de reformas en 29 senadores y en 89 diputados, con la mayoría absoluta de los legisladores quedaría en 26 votos en el Senado y 78 en la Cámara.

“Personalmente, soy partidario de bajar los quórums de la Constitución del 80 al máximo posible”, dijo Winter, argumentando que la idea de un quórum alto es proteger normas más allá de las mayorías circunstanciales, pero, a su juicio, hoy aquello no tiene justificación en la actual Carta Fundamental.

En esa línea, adelantó que le gustaría “una mayoría simple de los diputados (y senadores) en ejercicio, pero son indicaciones que se van a trabajar al calor de su capacidad de acuerdos y mayorías. No quiero solo hacer un saludo a la bandera”.

La jugada de Winter, que en el fondo sube la apuesta a la propuesta inicial planteada por los senadores, también constituye un arma de doble filo.

Si bien un quórum bajo facilita que las fuerzas afines al gobierno puedan plantear una nueva asamblea constituyente si gana el Rechazo, tal como lo expresó el Presidente Boric, también le daría un margen para que la misma derecha tome el control de los cambios constitucionales con una mayoría circunstancial.

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