¿Qué falta para que la reforma de pensiones se convierta en ley?

El proyecto de reforma previsional dio un paso clave al ser aprobado en la comisión de Hacienda del Senado el sábado 25 de enero. Ahora, la iniciativa está lista para ser debatida en la sala del Senado, donde se definirá su futuro legislativo.

La reforma necesita el voto favorable de la mayoría simple de los senadores presentes en la sesión para ser aprobada en la sala. Esto significa que, de los 50 senadores, será necesario contar con al menos 26 votos si todos están presentes.

Pese al optimismo sobre que se apruebe, hay algunos senadores que han manifestado su intención de votar en contra del proyecto. Los primeros en anunciar su rechazo fueron los senadores de Renovación Nacional Carlos Kuschel y Alejandro Kusanovic. Este último calificó la reforma como una “mala reforma” y expresó: “No estoy dispuesto a ser cómplice de esta barbaridad”.

Kusanovic argumenta que el proyecto presenta un diagnóstico incorrecto del problema previsional y propone, entre otras medidas, aumentar paulatinamente la cotización obligatoria y eliminar los multifondos.

Además, el Partido Republicano y el Partido Social Cristiano (SC) han confirmado que todos sus parlamentarios votarán en contra de la reforma. La diputada y presidenta del SC, Sara Concha, criticó el acuerdo alcanzado en la comisión de Trabajo del Senado, señalando que “se les va a pegar un manotazo a los fondos” de los trabajadores. Los senadores Juan Castro y Rojo Edwards, de su partido, ya han anunciado su rechazo al proyecto, al igual que la senadora Republicana Carmen Gloria Aravena.

Lo cierto es que, de superarse el trámite en el Senado, el proyecto deberá pasar a la Cámara de Diputadas y Diputados para su tercer trámite constitucional, donde se revisarán las modificaciones realizadas por la Cámara Alta.

En caso de discrepancias entre ambas cámaras, se conformará una comisión mixta para resolver los puntos de conflicto.

A pesar del respaldo que el proyecto obtuvo en la Cámara Baja durante su primer trámite en noviembre de 2024, con 84 votos a favor, 64 en contra y 9 abstenciones, varios parlamentarios de oposición ya han anticipado que no apoyarán las modificaciones que salgan del Senado.

Como ya se mencionó anteriormente, el Partido Republicano ha sido uno de los principales opositores a la reforma. Recientemente, su negativa a suspender la semana distrital para continuar con la tramitación de la reforma previsional fue criticada por el ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, quien calificó la postura como “una pésima señal”.

En el oficialismo, la situación es cada vez más complicada debido a los descuelgues que pueden haber en torno al acuerdo alcanzado para la reforma previsional.

A pesar de que el Partido Comunista (PC) se mostró inicialmente alineado con el gobierno, las tensiones internas dentro de la coalición están creciendo, particularmente en los partidos del Socialismo Democrático.

En la bancada Independiente-PPD, seis diputados han manifestado serias dudas respecto al acuerdo, Jaime Araya, Cristián Tapia y Marta González, quienes han señalado que las medidas en favor de las AFP no responden a las expectativas de cambio. En la bancada del Partido Socialista, tres diputados también se han desmarcado del pacto.

Por su parte y a pesar de las tensiones iniciales, la bancada del Frente Amplio (FA) finalmente se alineó con el gobierno para apoyar la reforma previsional.

El grupo parlamentario reafirmó su compromiso con la iniciativa, destacando que, aunque el proyecto no es perfecto, representa un avance importante para mejorar las pensiones y reducir la brecha de género. Los diputados del FA, como Gael Yeomans y Andrés Giordano, resaltaron que la reforma incluye elementos clave como el seguro social y el aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU),