Reforma política: comisión del Senado ratifica umbral que solo condiciona elección de diputados

Tras los reparos técnicos del Servel, los autores de la iniciativa corrigieron la redacción del proyecto. Sin embargo, las enmiendas aprobadas mantienen los requisitos para tener representación en la Cámara y no tocan a quienes postulan o ejercen en el Senado, aun cuando sus partidos no cumplan con el mínimo de votación o de legisladores elegidos.
A un paso de ser despachada a la sala quedó la reforma política, impulsada por un grupo transversal de senadores (PS, PPD, UDI, RN y Evópoli), que busca combatir la fragmentación política específicamente en la Cámara de Diputados y contener el fenómeno del discolaje en el Congreso, en general.
Este lunes, la Comisión de Constitución del Senado, que preside Alfonso de Urresti (PS), aprobó en votación dividida el llamado corazón del proyecto: un umbral electoral para reducir la proliferación de partidos en el Parlamento.
Ante los reparos técnicos que había hecho el Servicio Electoral (Servel), los autores de la iniciativa accedieron a corregir la redacción de la iniciativa a través de una indicación que, al ser sometida a votación contó con el respaldo de De Urresti y de la senadora Luz Ebensperger (UDI). En contra votó la senadora Claudia Pascual (PC).
La nueva fórmula repite lo que decía el texto original y establece que “solo los partidos políticos” que tengan un mínimo de ocho legisladores o “que alcancen al menos el cinco por ciento de los votos válidamente emitidos a nivel nacional, en la elección de los miembros de la Cámara de Diputados, tendrán derecho a participar en la atribución de escaños en dicha Cámara”.
La principal innovación es que las colectividades que no superen el umbral tendrán que ceder sus “escaños” a colectividades de su mismo pacto que sí hayan logrado los requisitos. El proyecto original traspasaba los “votos” -que genera el mismo efecto de distribución de escaños-, lo que, juicio del Servel, podía generar una distorsión del punto de vista del financiamiento electoral (reembolsos y aportes por cada sufragio obtenido).
Otro ajuste introducido por los autores despeja lo que ocurriría con un partido que no tenga un aliado al que ceder sus escaños. En ese caso, los cupos parlamentarios “se asignarán a las demás listas de partidos o pactos electorales en forma proporcional a sus votos”, dice la enmienda que fue aprobada.
Con ello, se resuelve el riesgo de que un distrito electoral quede con menos diputados por efecto indeseado de la aplicación del umbral.
Sin embargo, la nueva fórmula insiste en un punto que generaba malestar en la Cámara Baja. Tal como está redactada la norma (al hablar de “dicha Cámara”), el umbral solo se aplica para la distribución de escaños de diputados y no toca a quienes postulan al Senado, aun cuando sus partidos no cumplan con los requisitos.
La razón es que el umbral se mide en función de los votos de la elección de diputados y los senadores tienen un mecanismo de elección diferido, pues cada cuatro años solo se renueva la mitad de la Cámara Alta. Por lo tanto, a juicio de los autores, resultaba más complicado aplicar el umbral a un senador que ya se encontraba en ejercicio.
“Más que el binominal”
Durante la sesión de este lunes, la senadora Claudia Pascual (PC) insistió con sus reparos a este filtro electoral, ya que, a juicio de ella, “vulnera la representación de los ciudadanos y las ciudadanas cuando eligen candidaturas”. “Va a excluir visiones de país, del Parlamento, e incluso puede ser aún más restrictivo que lo que ya se le criticaba al sistema electoral binominal, que no permitía la diversidad de visiones del país”, remarcó.
En defensa de la reforma, uno de sus autores, el senador Alfonso de Urresti, manifestó que “todos tenemos el diagnóstico que la fragmentación le está haciendo un tremendo daño al sistema político y al país, no al gobierno de turno. Es una buena reforma porque no es para beneficiar al gobierno de turno”.
Pese a los reparos de la senadora comunista, que son compartidos por otros legisladores de izquierda, del PPD y otras fuerzas políticas opuestas, como los republicanos y socialcristianos, la manifestación de votos ayer dejó claro que la reforma constitucional que altera el sistema político tiene respaldo suficiente para avanzar en el Senado. La norma requiere de 29 respaldos de la sala.
El problema, sin embargo, sigue siendo la recepción que tendrá el proyecto en la Cámara, donde a la inversa de lo que ocurre en el Senado, transversalmente se oponen al mecanismo del umbral.
Nuevo acuerdo
En la sesión de este lunes, en todo caso, quedó pendiente la votación de las enmiendas de Ejecutivo, que buscan complementar la reforma con disposiciones que instalan las órdenes de partido y consideran la pérdida del escaño de aquel parlamentario que renuncie o sea expulsado de su colectividad o de su comité de origen.
Si bien las propuestas del gobierno no fueron rechazadas de plano, los senadores acordaron darse un par de días para buscar una nueva redacción que deje conforme al Ejecutivo y a la mayoría del oficialismo y la oposición.
“Queremos construir un acuerdo, porque las indicaciones del Ejecutivo plantean algunas situaciones que no estaban consideradas en el proyecto. Por ejemplo, las expulsiones con los debidos procesos. Estamos cerca del despacho. Debería haber una reunión más, con la propuesta que queremos coordinar con el Ejecutivo”, explicó De Urresti, quien adelantó que su idea es tener el texto final resuelto esta misma semana.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.