Retiro de fondos de las AFP: La Moneda asume la derrota

Un jueves negro. Ese fue el cariz que tomó la que será recordada como una de las peores jornadas para la segunda administración del Presidente Sebastián Piñera. En menos de una hora una amplia mayoría de su propio sector le propinó dos complejas derrotas en el Congreso.

La que más le dolió a La Moneda se dio cerca de las 14.00, cuando la Cámara de Diputados despachó a ley por 116 votos a favor -de los cuales 35 fueron de Chile Vamos-, 28 en contra y 5 abstenciones, la reforma constitucional que permite el retiro excepcional de parte de los fondos previsionales, superando así por extenso margen el quórum de 93 votos que requería para su ratificación y logrando incluso los 2/3 de esa corporación.

La iniciativa -que refundió varias mociones opositoras- posibilita a los cotizantes a solicitar, por única vez, hasta el 10% de sus ahorros acumulados, estableciéndose como monto máximo de retiro el equivalente a 150 UF y un mínimo de 35 UF. En caso de que ese porcentaje sea inferior al monto mínimo -cerca de 1 millón de pesos- se establece que el afiliado podrá retirar hasta dicho monto. Lo mismo ocurre respecto de quienes tengan un total inferior al mínimo. Los montos retirados no serán imponibles ni embargables.

Si bien en Palacio ya tenían asumida la derrota, dado que el proyecto había contado en su primer trámite con el respaldo de 13 legisladores oficialistas, el fracaso terminó siendo aún más duro debido a que se sumaron otros 22 apoyos del sector. Un escenario que empezaron a predecir el miércoles en la noche luego de que el presidente de RN, Mario Desbordes, transmitiera que varios diputados que se habían abstenido inicialmente respaldarían la iniciativa. El timonel oficialista jugó un rol clave para lograr que la norma fuese aprobada por 2/3, haciendo gestiones hasta último minuto ante diputados de su partido y la UDI.

Esos votos a favor terminaron dándole un contundente triunfo a la oposición, desde donde calificaron el despacho de la ley como un hito “histórico” que constituiría -a su juicio- el primer paso para terminar con el sistema de AFP.

“No siento que uno experimente una derrota cuando lucha con convicción por Chile y los chilenos”, había dicho horas antes Piñera.

La norma había sido resistida con fuerza desde el gobierno, desde donde han advertido que es una solución “populista”, que se legisló mediante un “resquicio constitucional” y que tendrá un efecto nocivo en las pensiones futuras.

Y pese a todo lo que sus ministros y el propio Piñera se jugaron para evitar su avance, finalmente asumieron el fracaso y, de hecho, informaron a través de un comunicado que la promulgarán este viernes, desechando así la idea de acudir al Tribunal Constitucional (TC) o presentar un veto.

La decisión venía analizándose desde el miércoles en el Ejecutivo, sin embargo, se terminó de definir en la reunión que encabezó este jueves en la tarde el Presidente con su comité político, instancia en la que se analizó que ambas ideas serían inviables y en la que los ministros instaron a Piñera a desechar esas alternativas.

La determinación se dio, además, luego de que los senadores del sector, que habían adelantado su intención de recurrir al organismo -primero con la intención de impugnar la normativa y luego para hacer una consulta respecto al quórum- informaran públicamente que no acudirían.

El tema fue abordado en una reunión por Zoom que convocó a senadores de RN y la UDI. En esa cita, con escritos en mano, el análisis mayoritario fue que “no era viable jurídicamente” recurrir al organismo debido a que a este no se le pueden hacer meras consultas si no se intenta impugnar una normativa. Asimismo, se analizó que la ofensiva perdía validez dado que el principal objetivo de los legisladores era que el organismo fijara un precedente respecto del quórum de 3/5 con el que se tramitó la normativa durante todas sus etapas. Sin embargo, el hecho de que la reforma fuese ratificada finalmente por 2/3 echó por tierra esa posibilidad.

El análisis estuvo cruzado además por el hecho de que no querían pagar los costos políticos ante la ciudadanía yendo al tribunal, lo que hubiese dilatado la entrada en vigencia de la ley.

La sensación de que el gobierno está paralizado. Eso transmiten desde diferentes carteras del Ejecutivo en medio de la derrota que sufrió el gobierno con la aprobación del retiro de pensiones y el rechazo al veto a la ley de servicios básicos. Un ambiente que se cruza con la decisión que tiene que tomar el Presidente respecto a si concretará un cambio de gabinete, lo que para algunos en La Moneda es clave para recuperar la gobernabilidad en Chile Vamos y trazar los objetivos para los 18 meses que le restan a Piñera en el poder.

En Palacio reconocen que un cambio en el equipo es una alternativa que está sobre la mesa. En el oficialismo señalan al ministro del Interior, Gonzalo Blumel, como una de las principales modificaciones. Como sea, algunos en el gobierno y en Chile Vamos dicen que el escenario ideal para concretar ese cambio es previo a la cuenta pública, que está fijada para el 31 de este mes. Ese hito, dicen, podría servir para fijar las metas del gobierno junto a un nuevo equipo.

Otras versiones, en tanto, apuntan a que el Mandatario haga alguna modificación luego de la cuenta pública, más cerca de que se cumpla la fecha en que autoridades tengan que renunciar si es que quieren competir por un cargo parlamentario. De todas formas, en el oficialismo reconocen que la situación en el sector “no da para más” y que deben dar vuelta la página cuanto antes y dejar la derrota atrás. Por esta misma razón, dicen en el oficialismo, se optó por no acudir al TC y promulgar rápidamente el retiro de pensiones.

Así, en Palacio dicen que con o sin equipo nuevo los objetivos del gobierno son claros: el primero, recomponer las relaciones con la coalición y materializar el “nuevo trato”.