¿Retrocesos o avances en derechos para las mujeres? Estas son las normas que quedaron en la propuesta de nueva Constitución

El proceso constitucional ya está en su recta final. Dentro de los muchos debates hay uno que se ha tomado la atención: los derechos de las mujeres. Mientras la derecha celebra los avances, la izquierda acusa un retroceso. Estas son las normas aprobadas en esta materia y la evaluación que hacen comisionadas y consejeras de ambos sectores.

El Consejo incluyó un artículo transitorio que mandata al Congreso a tramitar un proyecto de ley para crear un mecanismo de equilibrio de género de 60%-40% en el Congreso. Si dicha ley es aprobada en el Congreso el mecanismo tendrá una duración de dos ciclos electorales.

Esta es una norma que está inspirada en un artículo de la Constitución francesa. “La ley asegurará el acceso igualitario de mujeres y hombres a los mandatos electorales y cargos electivos, así como su participación en condiciones de igualdad en los distintos ámbitos de la vida nacional. El Estado garantizará el ejercicio de la participación política de las mujeres”, plantea el artículo. La norma fue derivada a comisión mixta por lo que dentro los próximos día se sabrá cuál será su redacción final.

La propuesta establece que “la ley protege la vida de quien está por nacer. El texto usa la palabra “quien” en vez de la frase clásica de la Constitución vigente que plantea que la ley “protege la vida del que está por nacer”. Para el oficialismo esa norma hay que leer junto con otro artículo que define que “se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad”. La medida fue promovida por los republicanos y se inspiró en el artículo 1 de la Convención de los Derechos del Niño, un tratado internacional ratificado por Chile.

La norma que quedó respecto a esta materia establece que “la Constitución reconoce el valor de los cuidados para el desarrollo de la vida en la familia y la sociedad. El Estado deberá promover la corresponsabilidad, así como crear y contribuir a crear mecanismos de apoyo y acompañamiento a cuidadores y personas bajo su cuidado”. Además, señala que “el Estado deberá promover la conciliación entre la vida familiar y laboral y la protección de la crianza, de la maternidad y de la paternidad”.

El texto establece que “una ley deberá contemplar mecanismos para asegurar una participación equilibrada entre mujeres y hombres en la integración de sus órganos colegiados”.

La propuesta de nueva Constitución incluye una norma que dice que “se proscribe la discriminación arbitraria en materia de retribución por trabajo de igual valor y con el mismo empleador, especialmente entre hombres y mujeres, de conformidad con la ley”.

En el texto aprobado por el Consejo se contempla que “es deber del Estado promover la educación parvularia, para lo que financiará y coordinará un sistema gratuito a partir del nivel sala cuna menor, destinado a asegurar el acceso a este y a sus niveles superiores. El segundo nivel de transición es obligatorio, siendo requisito para el ingreso a la educación básica”.

Pese a la incorporación de estas normas, la izquierda ha insistido en que el texto del Consejo va “contra las mujeres” y es un retroceso para sus derechos. Así lo cree la consejera María Pardo (CS): “Nos parece necesario transparentar la letra chica. Las derechas han planteado normas con un buen lejos, pero con un muy mal cerca. Nos parece que la Constitución como está quedando no ofrece garantías mínimas de avance, sino más bien retrocesos para las mujeres”.

Pardo insistió en que la regulación de la vida pone en riesgo la ley de aborto: “Insistimos hasta el cansancio que la ley que permite la interrupción del embarazo en tres causales peligra no solo por proteger la vida de ‘quien’ está por nacer, sino también porque se mantiene la redacción de ‘se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años de edad’”.

En la misma línea, la comisionada PS Catalina Lagos comentó que “los que se señalan como avances en materia de derechos de las mujeres tienen deficiencias técnicas e insuficiencias políticas”. Para Lagos, las normas del texto “no pueden ser entendidas como monedas de cambio a la negación de nuestra autonomía en otras esferas”, ya que, a su juicio, “pareciera que esas normas quisieran utilizarse como sobornos para justificar el retroceso que significa para el pleno ejercicio y goce de nuestros derechos”.

Desde la vereda contraria se destacan los avances. “Establecimos la paridad transitoria, solo por dos elecciones más, para que las mujeres puedan estar en igualdad de competencia en los cargos públicos. También hicimos un avance en el derecho a la educación respecto a la sala cuna universal y gratuita, esto es tremendo porque esto no existe ni siquiera en la ley”, argumentó la consejera Ivonne Mangelsdorff (RN).

La comisionada Natalia González (UDI) defendió la misma posición: “Me parece que esa es una crítica injusta. Cuando uno revisa las normas, en todas ellas no hay retrocesos para las mujeres, sino que hay avances”.

Sobre las normas que la izquierda señala como un peligro para la ley de aborto, González respondió: “Ese riesgo está exagerado. A quienes dicen eso les pregunto: con la composición, la forma de integrar el futuro TC y con un quórum de tres cuartos de sus once integrantes para poder declarar inconstitucional una ley, ¿es realmente factible que el día de mañana con integrantes que se renuevan por parcialidades es sostenible argumentar que puede haber tres cuartos de los once miembros del TC disponibles para declarar la ley de aborto en tres causales inconstitucional?”.