Se va Julieta Brodsky: los tropiezos y las tensiones que condenaron su gestión en Cultura
La ya extitular de las Culturas vivió numerosas complejidades durante el año que duró su período. Sus criticadas declaraciones referidas a los derechos de autor; el poco avance en materias clave, como el Nuevo Sistema Nacional de Financiamiento; los dos paros de funcionarios del Patrimonio, y la reciente polémica por el listado de autoras y autores que irán a la FILBA son algunos de los aspectos que explican su salida del gabinete.
Pese a las altas expectativas que generó su arribo, por el acento en el mundo de la cultura que siempre estableció el presidente Gabriel Boric, la antropóloga Julieta Brodsky Hernández no tuvo una gestión destacada al mando del Ministerio de las Culturas. Durante prácticamente un año, debió salir al pizarrón en más de una ocasión.
Y una serie de hechos y circunstancias, de alguna manera, sellaron su salida hoy como parte del cambio de gabinete.
Los problemas para Brodsky no tardaron en llegar. En abril del año pasado, a poco más de un mes de asumir, tuvo que enfrentar la molestia de los gremios de la cultura debido a unos comentarios que realizó en una entrevista televisada, donde señaló que los derechos de autor tenían que tener límites, ya que ahí se enfrentaban dos aspectos: el acceso a la cultura y el derecho a la retribución.
“La Convención ha hecho un trabajo interesante en el sentido de poder equilibrar dos derechos que en el Derecho de autor generalmente se ven enfrentados: que es el derecho de acceso a la cultura, y el derecho de los autores a recibir una retribución por su trabajo”, dijo Brodsky en aquella ocasión.
Además, agregó que para ella, el Derecho de autor se debe entender “en una lógica laboral”. Y agregó: “Entendiéndolo desde una lógica de derechos laborales de los trabajadores culturales, pero tiene que tener ciertos límites”.
Esos dichos hicieron reaccionar al mundo cultural, esquirlas que obligaron a Brodsky a retroceder y a recibir en una compleja reunión a los representantes de la cultura, donde se comprometió a (nuevamente) emitir una declaración pública rectificando sus dichos, y a llamar a una mesa de trabajo. Pese a ello, algunos participantes de la instancia manifestaron a este medio que no quedaron conformes.
En una entrevista concedida a Culto en diciembre, Brodsky señaló al respecto: “Me parece que efectivamente mis comentarios no fueron bien formulados. Quizás para el momento y la tensión que se estaba viviendo en ese instante, creo que se tomaron como un ataque a los derechos de autor o como una intención de este gobierno de flexibilizar de alguna forma la legislación actual en torno a derechos de autor, lo que no era para nada mi intención”.
Otro punto álgido fueron las controvertidas salidas de las directoras ejecutivas del museo Violeta Parra y del Centro Cultural La Moneda, Cecilia García-Huidobro y Beatriz Bustos, respectivamente. El caso de la primera, se debió a desavenencias con el Presidente del Directorio de la Fundación Museo Violeta Parra, Roberto Guerra Veas, quien asumió el puesto en mayo pasado, designado justamente por Brodsky. Mientras que para la segunda, la nueva presidenta del directorio, Antonella Estévez, señaló que buscaban “un nuevo perfil” para el cargo.
Además, se suman los dos paros de funcionarios del Patrimonio, en menos de seis meses. El primero, en junio, se debió a la “desidia de las autoridades” ante las demandas de los trabajadores, quienes pedían mejora en sus condiciones laborales. Todo se resolvió con la firma de un compromiso. Sin embargo, y tras comprobar que durante el trámite de la Ley de Presupuesto 2023 la partida no incluía mejoras para ellos, los funcionarios volvieron a paralizar en noviembre, y fue el Senado el organismo que terminó por solucionar el problema. Ello puso el nombre de Brodsky entre cejas. Ya en diciembre, la ministra daba por zanjado el tema. “Con la aprobación del Presupuesto 2023 y el diálogo constante y las mesas de trabajo con las agrupaciones, el conflicto está bastante manejado”.
Asimismo, el poco avance mostrado en la nueva Ley de Patrimonio Cultural, con una Consulta Indígena aún pendiente; y en el nuevo Sistema Nacional de financiamiento cultural, que busca terminar con la lógica de los Fondos Concursables, también hizo mella en su evaluación.
También asomaron otros focos de conflicto. La situación del Consejo del Libro, cuya secretaria ejecutiva, la poeta Gladys González, asumió en mayo, y debió tomar una licencia médica un mes más tarde porque los funcionarios la acusaron de crear un “ambiente hostil”. La situación, hasta la fecha, no se ha resuelto, en espera de un sumario del que tampoco se ha sabido mucho. “La verdad es que no puedo referirme mucho a ese tema porque es una investigación que está abierta y en curso. Entonces prefiero no adelantar nada sobre eso”, respondió Brodsky al ser consultada por este medio.
Como si fuera poco, Brodsky nunca pudo tener un gran nivel de conocimiento por parte de la ciudadanía. La encuesta Cadem de octubre del 2022 le dio un 20%, y a fines de febrero, un 19%.
Lo último que enfrentó fueron las críticas que recibió la lista de autoras y autores convocados a representar el stand de Santiago como ciudad invitada a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA). Los dardos apuntan, principalmente, a una homogeneidad de las personas escogidas.
“No se entiende la ausencia de Carlos Franz, Roberto Merino o Lina Meruane, por nombrar a algunos, ni tampoco que no se haya considerado a algún ilustrador que de cuenta del gran crecimiento de ese mundo en el último tiempo. Y sigue presente una especie de terror a que Isabel Allende nos represente, cuando es por lejos la escritora más leída del mundo en español”, señalaron desde la Corporación del Libro y la Lectura.
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